IAN

Existe un bagaje casi reverencial entre la BD Francoblega y la Ciencia Ficción, y no es de extrañar teniendo como máximos exponentes obras como Valerian o Barbarella y a un autor que ha bañado casi toda su obra en ese genero como es Moebius. Aunque es un genero que en los últimos años no ha tenido una presencia tan continuada en el mercado, de vez en cuando se publica un título que recuerda el buen hacer de las historias de décadas pasadas. Uno de esos títulos es IAN.

Obra de Fabien Vehlmann (Green Manor) y Ralph Meyer (Página Negra, Balada Asesina), publicada en cuatro álbumes entre 2003 y 2007 en la editorial Darguad, la historia se sumerge en la idea de crear una inteligencia artificial que entre en conflicto con el uso preconcedido de un robot, que no deja de ser una máquina al fin al cabo.

Año 2044, los especialistas en robótica Joseph Remsky y Claire Neyman han creado para el Departamento de Seguridad del gobierno americano la Inteligencia Artificial Neuromecánica acrónimio de IAN, un androide único que piensa y aprende por si mismo, de igual modo que un niño o un adulto, que siente dolor o alegría, que es capaz de aprender de sus errores, de ese modo aprender humanidad y perfilar su personalidad individual. Recubierto de piel humana clonada, IAN formará parte del equipo de rescate de élite de la SRS, Special Rescue Section, con el fin de recabar información y desarrollar sus capacidades, tanto sociales cómo físicas.

En una misión de contención y rescate, IAN sufrirá un revés que marcará para siempre su destino, la muerte de quince revolucionarios asesinados solamente por su mano mientras sufre un extraño episodio de enajenación causada por un desconocido virus. A partir de ese momento, IAN será declarado Enemigo Público y perseguido por el gobierno americano, que enviará a un humano mejorado tras de él.

Sin caer en los tópicos recurrentes del género, Fabien Vehlmann nos vuelve a contar la famosa historia del hombre contra la máquina, aunque esta vez la máquina es consciente de su existencia, de poseer libre albedrío y capaz de mirar a su alrededor para tomar sus propias decisiones. Por que esa es la causa de su persecución y su posterior definición de monstruo por parte de los Mass Media. El desarrollo personal que sufre IAN define a la perfección al personaje, capaz de observar las miserias y desigualdades sociales que hay en el mundo, la mayoría causas por el propio hombre, y lograr buscar su humanidad entre tanto egoísmo y acusaciones de robar el sustento o el empleo en una sociedad plagada de robots que realizan casi cualquier trabajo/acción (metáfora de las acusaciones que sufren los inmigrantes cuando van a otros países a buscar trabajo).

Pero Vehlmann no se queda solamente en el desarrollo de la Inteligencia Artificial de IAN con sus vivencias, buenas y malas, sino que construye un escenario para desarrollar la historia, una nueva Guerra Fría entre los americanos y los chinos por hacerse con la carrera industrial por llegar al planeta Marte, que son los elementos sustitutos de la extinta Unión Soviética y el viaje a la Luna. Además, un tercer bando será el causante del inevitable final de la historia, un bando capaz de responder las dudas que corroen a IAN en referencia a la presencia que vive dentro de su memoria, que teme y no comprende, ya que podría ser su alma o personalidad verdadera.

IAN fue uno de los primeros trabajos de Ralph Meyer, artista muy influenciado por el trabajo de Jean Giraud/Moebius y que se hace presente en esta obra, de corte muy convencional, muy clásico, ajeno a los juegos narrativos que si que vimos en la primera obra publicada por Spaceman Books del autor, Página Negra (cuya reseña podéis leer aquí). Aún a pesar de la evolución en el dibujo durante los cuatros capítulos de la obra, Meyer mantiene una calidad envidiable en todas sus páginas, sin estridencias a la hora de diseñar tecnologías o narrativas, ya que quiere dejar muy claro la historia que nos quiere contar.

La presencia de acuarelas mezcladas con las líneas de tintas, la estupenda definición de rasgos y expresiones, han terminado por ser marca de la casa, y elementos definitorios para presentarnos a un IAN lo más humano posible, con detalles, a veces en un segundo plano, que hacen grande este medio de expresión gráfica.

IAN es un ejemplo claro de lo que una buena historia de Ciencia Ficción debe ser, sin mucha originalidad en algunos de sus aspectos, pero con la consistencia necesaria para afrontar su desarrollo argumental, sin fisuras más allá de las necesarias, para abordar una aventura con tintes de thriller.

Entrevista con Fabien Vehlmann y Ralph Meyer en la web de Spaceman Books.