Es la hora de las tortas!!!

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Reseña: Grandes autores de Batman: Paul Pope. Año 100

Los noventa fueron terreno abonado para la creación independiente. Las primeras pelis completamente al margen de los circuitos tradicionales de distribución aparecieron en esta época, con directores como Jim Jarmush, Richard Linklater o Kevin Smith. Por su parte, el mundo del tebeo también empezaba a apostar por esa manera de funcionar, la del yo me lo guiso y yo me lo como, lo que ahora llamamos autoedición. Paul Pope es un dibujante y escritor de tebeos nacido en Filadelfia que formó parte de una nueva ola de artistas de cómic que también pretendían hacer la guerra por su cuenta en los Estados Unidos. En la misma dirección, pero cada uno a su bola, también avanzaban otros autores como Jeff Smith o James A. Owen. La celebrada obra de Pope, THB, una fantasía de ciencia-ficción ambientada en Marte y en el futuro, bien puede compararse (en cierto modo) con otros cómics también en blanco y negro de la época, como Bone o Hepcats. Pope se había labrado una excelente reputación publicando a través de su propia editorial, Horse Press; No es de extrañar que las grandes, Marvel y sobre todo DC, no tardaran en llamar a su puerta.

PaulPope_Ano100
Guion: Paul Pope.
Dibujo: Paul Pope.
Editorial: ECC Ediciones.
Formato: Cartoné, 272 págs. A color.
Contiene: Batman: Year 100 núms. 1 a 4 USA, Batman Chronicles núm. 11 USA, Batman: Gotham Knights núm. 3 USA, SOLO núm. 3 USA
Precio: 27,00 €


El volumen recopilatorio de ECC que hoy traemos aquí reúne algunas de las historias sobre Batman que el artista americano realizó para DC Comics. El grueso del tomo está formado por la premiada (dos Eisner) y ampliamente reconocida Batman: Año 100, una de las aventuras de Batman más recordadas de los últimos años. Como en todos sus trabajos para las grandes, Paul Pope no pierde sus señas de identidad en ningún momento, y tanto en Año 100 como en las pequeñas historias incluidas de relleno, vamos a asistir a ese estilo suyo tan particular, influenciado por las hechuras del cómic europeo y mezclado con la dinámica del manga. El Batman de Pope es feísta y un poco atropellado, de líneas sucias y narrativa secuencial un tanto confusa. Su estilo siempre me ha recordado a los sobaos pasiegos, que si no van empapados en leche se hacen bola. El resultado es un empastado de texto y dibujo, como en un disco de vinilo pero hecho de ladrillo y mantequilla, o algo así, que puede resultar delicioso, sí, pero que conviene consumir en pequeñas dosis para que no acabe por indigestarse.

La recopilación comienza con la mencionada Batman: Año 100, una serie limitada de cuatro números publicada en 2006. En la Gotham City del año 2039 (100 años después de la aparición del personaje por vez primera en la cabecera Detective Comics) Batman es tan sólo una leyenda. Los tiempos en los que el Hombre Murciélago luchaba contra el crimen han sido borrados de la memoria colectiva por los organismos opresores del estado distópico instaurado en los USA. En el mundo que nos presenta Año 100, el estado controla a absolutamente todos los ciudadanos del país. Los federales lo saben todo de todo el mundo, menos de Batman. La acción comienza con el misterioso asesinato de un policía federal. Batman huye de un escuadrón de élite de la misma poli federal, acusado de ese crimen que obviamente no ha cometido… Y así todo el rato. Pope nos presenta una trama plagada de conspiraciones futurísticas en la que Batman tendrá que escapar de un aprieto detrás de otro, siempre por los pelos, si es que quiere desenmarañar el complot a su alrededor. Al mismo tiempo, el Comisario Gordon de esta Gotham del futuro, nieto del original, se abre paso a duras penas entre la molesta telaraña de jurisdicción tejida por los federales y la corrupción de un sistema al que sirve. Este Batman encarna la lucha del individuo frente a los poderes (fácticos o no) opresores del sistema, como el de Miller; y para ello se sirve de la ayuda de una suerte de Oráculo, de una extraña versión de Robin y de una estupenda Bat-Moto.

Batman año 100 pope

El Batman de Pope también destaca por ser extremadamente orgánico. En cuanto al dibujo, la suciedad y la sangre siempre están presentes. Como el propio Pope comenta, Batman tiene que llevar el traje arrugado y botas militares, no puede parecer el típico maniquí superheróico de otros dibujantes, pintado a colores y con botines de cuento infantil. Y todo esto potenciado por el color de José Villarubia. Por el lado de los textos, Pope propone una exposición del contexto y de los hechos apoyada en infinidad de globos de texto que surgen de un lado y de otro. Ese efecto tan cinematográfico, el de estar escuchando muchas voces a la vez, transmite una tensión perfecta para las escenas de acción tan vertiginosas que se nos plantean en el tebeo. Un poco a lo Arma X de Barry Smith, y como en aquél, ojo porque esta manera de contar las cosas puede llegar a saturar.

Tras el gran espectáculo principal, el tomo se cierra con otras tres obras bastante menores (y muy cortitas) también protagonizadas por Batman. La historia más destacable quizá sea El Batman de Berlín, publicado originalmente en el número #11 de la colección The Batman Chronicles, en 1998. Aquí se plantea otra sociedad distópica en cierto modo similar a la anterior, pero esta vez la de la nefasta Alemania Nazi. Batman es alemán y lucha contra la tiranía desde dentro de la bestia. En este caso sus padres son judíos, y en vez de morir asesinados por un atracador a la salida del cine, lo hacen molidos a patadas de sus vecinos arios. Curioso e impactante. Las historias que cierran el recopilatorio son Compañero Adolescente, con un relatillo muy intrascendente y casi publicitario, y Nariz Rota, en la misma línea que la anterior pero en blanco y negro y con algo más de interés.

batman berlin

Antes de terminar hay que destacar el excelente material extra que incluye la edición de ECC (y cuidado que eso se paga). En varios textos de material complementario, conformados por hipotéticos informes y noticias generados en la realidad de Batman: Año 100, se ahonda en las particularidades de esa sociedad futurista que se nos ha presentado. Imprescindible. Además destaca el apartado dedicado a los bocetos del propio Paul Pope, con notas dirigidas al editor Bob Schreck, años después de que Miller le diera la Nochebuena con DKR.

En definitiva, Batman: Año 100 es un tebeo imprescindible que no debe faltar en la estantería de ningún aficionado al personaje, pero que, eso sí, creo puede tener efectos secundarios y debe recomendarse con contraindicaciones. En general Pope huye de los convencionalismos del género de supes, y eso, como mínimo, se agradece un montón.