Debería empezar esta reseña hablando de Alex Toth, probablemente uno de los autores más infrarreconocidos de la historia del cómic. Un autor que ha servido de influencia a decenas de autores modernos… y del que cuesta decir una obra que lo represente o una etapa de esas como La cosa del Pantano de Moore, el Superman de Gil Kane o el Green Lantern/Green Arrow de O’Neil/Adams. Sin embargo se cuentan por decenas las obras de las que es responsable, y cuenta con los créditos de ser uno de los diseñadores de clásicos de la animación como Johnny Quest, Fantasmas del Espacio, Los 4 Fantásticos o Super Friends. En cómic, probablemente El Zorro sea una de sus mejores obras y son muy recordadas sus etapas en revistas como Creepy o Eerie. Planeta recupera en un estupendo tomo recopilatorio una de las series favoritas de Toth, con regusto a clásico de principios del siglo XX, y cuya odisea editorial dificultó que tuviéramos más historias. Me estoy refiriendo a Bravo for Adventure.

Jesse Bravo es un piloto de aviones que pasa sus días como piloto de acrobacias para el cine. Un buen día recibe el encargo de un mafioso que busca a otro piloto que le debe una buena cantidad de dinero, y pide que le ayude a localizarlo. El moroso supuestamente es un antiguo compañero de Bravo, muerto hace unos años. La trama se mezclará con un nuevo trabajo para Bravo en el que conocerá a Vivi, la hija malcriada de un productor de cine y su poco fiable novio Bo. Una historia de aventuras al estilo más clásico.

La historia editorial de esta Bravo for Adventure fue dura. Comenzó como un álbum ilustrado al estilo de Corto Maltés, encargado por la editorial Nathan. Una editorial que no había hecho ninguna incursión en el terreno del cómic, pero que se vio animado por su cada vez mayor popularización. Toth se llevó un año preparando esta primera historia, para al final cancelarse antes de su publicación por problemas económicos de la editorial. Toth había dedicado mucho tiempo e ilusión a esta obra, y acabaría publicándolo en la revista The Rook. El autor intentó resucitar la serie en varias ocasiones, realizando pequeñas historias, así como publicar la historia original coloreada, pero acabaría desistiendo por la falta de impacto entre el gran público. Por primera vez en España, recuperamos todo el material recopilado en un solo tomo.

Viendo esta historia podemos apreciar el amor por el cómic clásico de aventuras y los homenajes a autores de manera más que evidente. Nunca ocultó su admiración por los pioneros del cómic clásico Noel Sickle y Milton Caniff, y la historia resulta tremendamente desfasada en la época que se editó (con el florecimiento del género superheróico y su paso a un público cada vez más adulto)… y sin embargo demuestra su efectividad. Tal vez el ver esas historias clásicas a principios de los ochenta no cautivó a tanto público como se pensaba. Pero cuando una historia está bien narrada, no importa que sea un género que ya no goce de la popularidad de principios de siglo. Además, una vez más, Toth demuestra sus habilidades artísticas: El uso de las tintas para la iluminación, los contraluces, las expresiones, el uso de las onomatopeyas como elemento integrador en la viñeta y con multitud de tipografías, la narración del movimiento por el mero dibujo de posturas, sin necesidad de recurrir a elementos como las líneas cinéticas… Todo un curso acelerado de narración gráfica del que deberían aprender los dibujantes noveles.

La historia que cierra el tomo, es un precioso homenaje a sus compañeros y a historias que le han marcado. Un golpe con una hélice hace que Bravo pierda el conocimiento y entre en un mundo onírico en el que vemos homenajes a los citados Sickles y Caniff, pero también a esos guerreros africanos que de vez en cuando dibujaba Hugo Pratt, o las enormes construcciones tipográficas de Eisner. Es un relato vacío de historia pero un absoluto derroche visual, que permite apreciar la capacidad artística de Toth.

La edición de Planeta es todo un regalo para el coleccionista, un tomo en tamaño europeo, cartoné, con papel de alto gramaje, satinado, y manteniendo el título original. Y es que con Bravo for Adventure podemos optar por dos definiciones, Bravo por la aventura o Bravo de Aventura (en plan A de asesinato). Como juega con el apellido y la interjección, veo bien que se haya mantenido el título original. Además, el tomo incluye bocetos del autor y pruebas de coloreado. La única pega es que la historia principal tiene 48 páginas. y las de complemento unas 20 más. El resto son extras y páginas de transición en negro. Si vas sin estar sobre aviso, y dado el precio del tomo, te puedes llevar una sorpresa. Es una edición de calidad y es un material que merece la pena ver, pero lo aviso para los más susceptibles.

En definitiva, Bravo for Adventure.

Un tomo maravilloso para homenajear a un autor del que se ha hablado demasiado poco. Un autor admirado por muchos, pero no reconocido por tantos como debiera. Una historia de aventuras clásicas, con un dibujo que sirve de muestrario de la destreza de Toth como narrador y que bien podría servir para ejemplificar cualquier clase de narración gráfica. Visto como historia únicamente, resulta un entretenimiento y un ejercicio de nostalgia para los lectores del cómic de aventuras de toda la vida. Una manera fantástica de echar un vistazo atrás e incluso volver a desempolvar esos cómics que algunos le curioseábamos a nuestros padres/abuelos. También es una manera de conocer a un autor de los grandes, aunque no suene tanto como otros.

Lo mejor: Ver la técnica de Toth. La segunda historia desde un punto de vista artístico.

Lo peor: La historia leída sin más puede resultar algo tontorrona, si te quedas solo en el guión.

Para los que disfrutan con un cómic bien dibujado. Para los que no conozcan a Toth. Para los que quieran recordar las aventuras clásicas de toda la vida.