Saludos, queridos lectores. Hoy empezamos la reseña sin chistecito. Es un pequeño homenaje a la chica con la que comienza el Integral de El Quinto Evangelio.

Ponent Mon nos trae, en una preciosa edición, una obra dura que nos habla del ser humano y de la oscuridad que hay en su alma. Y que sale de ella para afectar a los demás.

En las primeras páginas vemos el asesinato de una adolescente, casi una niña, sin saber la razón.

Año 1174. Tierra Santa.

Jean-Luc Istin y Timothée Montaigne (que también ha estado en El Tercer Testamento, de temática secretística, religiosa y conspiranoica) nos traen una historia dura y llena de las bajezas humanas. Olvidemos cualquier idealización. Tendremos lo más bajo que podemos caer desde el principio. Los autores no nos “engañan” sino que van directos al tono que tendrá la obra.

El guión nos ofrece una interesante variación del misterio sobre libros religiosos secretos que tanto creció tras El Péndulo de Foucault. Esta vez no estamos en el siglo XX (o XXI) intentando descubrir los secretos del pasado. Estamos en el presente de esos secretos, en pleno siglo XII.

Jerusalén. Saladino. Un Rey leproso. Organizaciones secretas (no es un espoiler, lo imaginamos desde la portada que recuerda a cierto videojuego :-)). Secretos sobre Jesús de Nazareth. Muerte. Victimas inocentes.

Tenemos todos los ingredientes pero en una época y lugar diferentes. Y esos cambios le sientan muy bien a la historia.

Hablando de ingredientes… ¿He oido la palabra Templarios?

A lo largo de estas páginas se irán mezclando los temas bélicos, de investigación, políticos e incluso escenas casi costumbristas que nos permitirán tener algo de descanso. Una mezcla muy acertada y bien removida que se lee de un tirón.

No considero que debamos ser expertos en la época o en el tema de las guerras religiosas que forman el esqueleto de la historia para disfrutarla.  Tampoco encontraremos largas parrafadas de los personajes explicándonos cosas que debemos conocer.

Quizás podríamos pensar que a veces los personajes tienen unas sensibilidades e ideas más propias de nuestra época que del siglo en el que viven. Pero  también es cierto que precisamente esas ideas son lo que nos llaman la atención, lo que hace avanzar la historia, lo que nos interesa. Y, sobre todo, es lo que los autores han preparado para contarnos lo que pasó lo que pasa.

Son las ventajas de escribir cómic histórico, que te puedes tomar ciertas licencias poéticas que no hay en el mundo real. Hay una escena que, estando perfectamente creada y escrita, me hizo pensar: CSI Jerusalén (lo que por otra parte molaría. Hay demasiadas pocas series televisivas de investigación histórica).

Pasemos al dibujo, que es obra de Benoît Dellac y Roberto Viavaca. Un dibujo realista que nos ofrece una narrativa clara y facil de seguir. Tal vez usa demasiado viñetas pequeñas, con escasez (que no ausencia) de esas viñetas a toda pagina que tanto nos gusta ver en el comic historico. Pero esas viñetas estan llenas de detalles y unos personajes muy expresivos.

Algo que me ha gustado mucho es que el dibujo, que a veces debe ilustrar escenas crudas y muy duras, evita el gore y lo excesivo. No os voy a decir que los asesinatos y suicidios (por poner un ejemplo o dos) sean lo mas delicado del mundo; pero los autores consiguen evitar lo escabroso, lo excesivo.

El color se lo debemos a Elodie Jacquemoire. Ha escogido una paleta reducida. Que consta básicamente de tonos amarillentos y azules. Los primeros para representar al sol. El sol de Tierra Santa (quizás deberíamos usar el término Reino de Jerusalén), ese sol que ilumina tierras amarillentas, y a veces desérticas. Y representa muy bién ese desierto. En algunas viñetas casi notas que se te seca la garganta. Los azules nos llevan a las noches, iluminadas por la luna y algunas antorchas.

También podemos encontrar una paleta fria y neutra en algunas de las escenas de recuerdos que veremos. No son los únicos tonos, pero dejaré que los vayáis descubriendo vosotros, queridos lectores. Que no se diga que os descubro los trucos del colorista y os destripo los secretos de la historia.

Dejadme hablar un poco de la edición. Tapa dura. Con la portada de cada uno de los cuatro números que forman la colección al principio de cada historia. Sin extras. Pero con…

Con la contraportada más bonita, elegante, delicada y sugerente que he visto en mucho tiempo

Es preciosa.

Y no penséis que, por vivir en el siglo XII, no hablamos de los traductores. Además, que en este tipo de historias siempre hay algún antiguo tomo que traducir para descubrir la verdad. O que destruir para que no se conozca, claro. La traducción es, en este caso, cosa de Fabián Rodríguez Piastri.

¿Por qué leer El Quinto Evangelio?

Un marco diferente para las historias de secretos y conspiraciones religiosas. Una historia que, literalmente, te atrapa desde las dos primeras páginas.

¿Por qué no leer El Quinto Evangelio?

Es una historia dura, no apta para todos los públicos. No te interesan las historias sobre libros secretos que ocultan misterios.