Cuando san Juan puso el punto final, no sabía que había rematado un relato que se leería en clave costumbrista saltando sobre las ascuas de 2013.

Menos mal que una patrulla de Ángeles de la Viñeta toca las trompetas a rebato, tras devolverle el miedo primitivo a su profecía y brindarnos las llamaradas de la risa nerviosa para combatirlo. He aquí la Gran Revelación, grabada a tinta y a fuego: el Apocalipsis era esto, y esta vez no podremos decir que no nos habían avisado.

La mejor respuesta al Génesis de Robert Crumb, ese optimista.

Miqui Otero

En un presente donde el lenguaje del Apocalipsis ha sido usurpado por la propaganda y los informativos, era necesario reunir a un grupo de místicos renegados para cumplir la última misión heroica: devolver la poesía de los símbolos al discurso sobre el Final Absoluto de Todas las Cosas.

Jordi Costa