Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Plutocracia. Crónica de un monopolio global

Plutocracia. Crónica de un monopolio global
Guion
Abraham Martínez
Dibujo
Abraham Martínez
Formato
20 x 27 cm. Cartoné 144 páginas bitono
Precio
20 EUR
Editorial
Bang Ediciones. 2018

Año 2051. La mayor empresa del mundo, llamada La Compañía, se hace con el gobierno a nivel planetario y empieza a dirigirlo como si fuera una empresa, creando de hecho una plutocracia asumida. Un ciudadano anónimo decide investigar cómo el mundo ha llegado a esa situación más allá de la versión oficial. Sin saber muy bien por qué, miembros del propio gobierno le acaban animando a llevar a cabo dicha investigación aparentemente contra sus propios intereses, facilitándole el acceso a toda la información. A partir de ese momento su investigación tendrá un doble interés: averiguar la verdadera historia de La Compañía y al mismo tiempo intentar entender los diferentes intereses que tratan de influir en su investigación.

plutocracia:
1. Situación en la que los ricos ejercen su preponderancia en el gobierno del Estado.
2. Conjunto de ciudadanos adinerados que ejercen su influencia en el gobierno del Estado.

Siempre he sido partidario de la aristocracia, en su acepción clásica, como la forma óptima de gobierno. Es decir, aquella en la que el poder es ostentado por los mejores de entre los ciudadanos. Es decir, los más sabios, los más capaces, los más sensatos… Hombres y mujeres de Estado. El principal inconveniente de esta forma de gobierno (y la razón por la que al final siempre termino por rechazarla) es que, generalmente, dichos “mejores” son aquellos que han tenido acceso a una educación superior, cosa que tradicionalmente se ha conseguido gracias al dinero. Por tanto, aquellos que acabarían gobernando serían los mejores… de entre los adinerados. La evolución lógica de esta forma de gobierno es la plutocracia. Se podría decir que actualmente vivimos en una plutocracia: los bancos y demás grandes empresas presionan a los gobiernos para que legislen acorde a sus intereses económicos. Esto no es cosa del siglo XXI, lo llevamos viviendo desde hace mucho tiempo. Este cómic del que hoy hablaremos, Plutocracia. Crónica de un monopolio global, da un paso más al dotar a una empresa multinacional del poder político necesario para hacerse con el control no sólo de un país, ¡sino de todo el planeta! Lo más curioso es que, tal como nos lo cuenta su autor, Abraham Martínez, suena de lo más plausible, y a nadie acabará por extrañarle que en unas cuantas décadas acabe ocurriendo de verdad.

Un investigador, Homero Durant, hastiado de ejercer como simple engranaje en la maquinaria del sistema, decide escribir un libro denunciando el origen de toda esta situación, en la que el Presidente de la mayor (y única, gracias a las continuas fusiones y adquisiciones) empresa del planeta se convierte también en Presidente del mundo. Todo está privatizado, todas las empresas, grandes y pequeñas, son parte de La Compañía, y todo el dinero que se mueve sale y vuelve a las mismas manos: las de su Presidente. La Compañía no sólo verá con buenos ojos el trabajo de investigación de Durant, sino que además le financiará y le permitirá acceder a toda la información que desee para llevarla a cabo. ¿Qué gana La Compañía exponiendo al mundo todos sus secretos y miserias? A medida que va desvelando el pasado del Presidente y todo el plan meticulosamente trazado y llevado a cabo para hacerse con el control del planeta, Durant empieza a cuestionarse cosas que hasta ahora tenía muy claras, como sus principios éticos, o la utilidad de una Resistencia que se opone activamente a los tejemanejes del Gobierno.

plutocracia

A finales del s. XX y principios del XXI, cuando había que construir un túnel se sabía que, estadísticamente, fallecía una media de 4 trabajadores por cada kilómetro de túnel construido. Ya sabe, en accidentes laborales. Sabiendo eso, ¿cuál le parecería que sería la decisión correcta? ¿Dejar de construir túneles? No, Señor Durant, ésa no ha sido nunca una opción. Lo que se ha hecho siempre es incluir el coste de esas vidas en el presupuesto de la obra. Se hacían los seguros necesarios y se preveía el gasto. Los presupuestos de vidas humanas son tan antiguos como la misma humanidad. En la guerra, en los negocios… Es parte del coste. Es parte del progreso. Cualquier hombre con sentido de Estado lo sabe.

El principal mérito de este libro es la capacidad que tiene su autor, Abraham Martínez, para contarnos todo el proceso de creación de La C0mpañía, y de su evolución desde empresa multinacional a sistema de gobierno, sin que nos resulte ajeno o disparatado. Del mismo modo, los argumentos que esgrimen sus ministros para defender sus políticas sociales y sanitarias resultan tan sólidos y creíbles que nos sorprendemos dándoles la razón interiormente antes de darnos cuenta de lo que estamos leyendo. Plutocracia. Crónica de un monopolio global se convierte así en un aviso o recordatorio de en qué se puede convertir nuestro país o planeta si permitimos que el capitalismo salvaje se desboque. Y ojo, que este libro no es una crítica al capitalismo. Es más, si lo pensamos bien, el capitalismo, con sus defectos, es el único sistema de gobierno factible y que permite el crecimiento tanto individual como de la sociedad. Pero el capitalismo libre, sin ataduras ni leyes que acoten los posibles desmanes de especuladores sin escrúpulos, puede desembocar en la tiranía del dinero, y dar como resultado una plutocracia de facto. Este libro trata de prevenirnos sobre eso, al tiempo que nos recuerda lo fácil que es caer en las redes de la retórica económica.

Gráficamente, Abraham Martínez, que proviene del mundo de la fotografía y el arte público, oscila entre el realismo y la caricatura, exagerando los rasgos de los ministros de La Compañía para acercarlos a la imagen que se suele tener del orondo millonario, con su traje oscuro y su puro en la boca, al tiempo que su Durant es la viva imagen del periodista de izquierdas, con sus gafas y su barba poblada. Todo responde a unos patrones estéticos comúnmente aceptados, incluso la casi total ausencia de mujeres en puestos de alta responsabilidad del Gobierno, e incluso en la vida privada de Durant. Es como si se quisiera achacar también a este capitalismo irredento la ocultación de la mujer en el ámbito público. A medio camino entre el dibujo tradicional y el diseño gráfico, Martínez compone en poco más de 140 páginas en bitono un relato gráfico carente de toda implicación emocional externa: descubrimos al tiempo que Durant toda la historia de La Compañía de principio a fin como si de una grabación documental se tratara, sin dejarnos involucrarnos.

Hace muchos años que desde los gobiernos no se ponen trabas a la rebeldía. No se censura nada, no se impiden las manifestaciones, no se callan las voces críticas, no se silencian las teorías de conspiración ni a los grupos antisistema. Primero nos dimos cuenta de que hacer estas cosas sólo les beneficiaba. Y después nos dimos cuenta de que no queríamos que nada de todo eso desapareciera. ¡Al contrario! Hace años que se fomentan. Si se escenifica una represión policial, siempre se hace con el fin de avivar la llama. ¡Porque todas esas cosas son de gran utilidad! El pueblo se desahoga. ¡Se entretiene! Tiene sensación de libertad. Y al final… siempre es una fuente de ingresos y de contenidos para los informativos.

El mundo plutocrático del año 2051 según Abraham Martínez mezcla la mercantilización anestésica de Un Mundo Feliz con el gobierno monopolítico de Corea del Norte. La privatización de la policía que veíamos en Robocop (1987) no parece tan lejana ni tan absurda, ahora que empresas privadas gestionan hospitales públicos, y los gobernantes electos complementan sus pensiones de jubilación ingresando en consejos de administración de bancos o compañías energéticas. Plutocracia, publicada por Bang Ediciones, es una bofetada a la visión suave y tolerante del capitalismo.