Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Nick Furia: Operaciones encubiertas

Nick Furia: Operaciones encubiertas
Guion
James Robinson
Dibujo
ACO
Tinta
Hugo Petrus
Color
Rachelle Rosenberg
Formato
Rústica con solapas. 144 páginas. Color.
Precio
13,50€
Editorial
Panini Cómics . 2018
Edición original
Nick Fury 1-6 USA (Marvel)

Ya hemos comentado alguna vez como en la Marvel actual, donde las series centrales atraviesan un momento irregular, las joyas de la editorial pasan por esas series laterales que en muchas ocasiones no terminan en suficientes ojos y, pese a su calidad, acaban por desaparecer. Nick Furia: Operaciones encubiertas es uno de los mejores tebeos Marvel que he podido leer en los últimos años, pero puedo entender que no haya funcionado en ventas en los USA.

Nick Furia: Operaciones encubiertas

En cada uno los seis números que recoge este tomo, llevaremos a Furia Jr. a un escenario distinto donde tendrá que cumplir una misión puntual, sin apenas trama entre episodios, pero con todo el exceso, la flipada y la sobrecarga sensorial de la que son capaces. No hablamos de aquel Nick Furia director de S.H.I.E.L.D. de sienes plateadas, sino de su hijo, de nuevo agente, más cercano a un James Bond salido de madre que al conspirador del parche en el que se convirtió su padre.

De nuevo sobre el terreno, entre tiros, explosiones y locas persecuciones, más allá de la acción desenfrenada, lo más destacable de este número es cómo toman los hallazgos de James Steranko, se meten en su interior, los comprenden y los llevan hasta donde no podían llegar en los años 60. El propio Steranko llevaría todo el arte pop, el arte op, la psicodelia y los experimentos narrativos hasta mucho más allá en títulos posteriores como Atmósfera Cero. Desde este punto, James Robinson y un absolutamente impresionante ACO, recogen todos estos postulados y los llevan a nuestros días, con los medios y la cultura visual de hoy. El propósito de este Nick Furia: Operaciones encubiertas no se ciñe al homenaje como fin en sí mismo, sino que deconstruye aquello a lo que se rinde tributo para ser reconstruido desde la veneración y el entendimiento de lo que supuso en su día la obra de Steranko y se crea algo que habría sido impensable hace 50 años, pero profundamente fiel a su esencia.

Nick Furia: Operaciones encubiertas

Cada capítulo funciona de modo independiente y los pasos de Furia lo llevarán a la Riviera francesa, la base de un clan Yakuza en la Luna, países sudamericanos inexistentes, el lecho marino, apacibles pueblos de la América profunda que quizá tengan sus secretos y también algún que otro escenario familiar para los viejos lectores de Nick Furia. Cada capítulo tiene su propia locura, su propia estética y apenas hay un hilo conductor entre ellos. Este sistema es a la vez la mejor baza de Nick Furia: Operaciones encubiertas y posiblemente la causa de su escaso éxito comercial en los USA.

Pudiendo trabajar con cada grapa como una unidad autónoma el planteamiento gráfico puede ser más completo y cohesionado con cada una. Sin depender de una historia a largo plazo, ACO se puede permitir el lujo de dibujar cada tebeo como si sólo fuera a hacer uno. De este modo puede plantearse un diseño y un planteamiento narrativo cerrado que hace de cada grapa una pequeña pieza de joyería. Pero es que nos se queda ahí la cosa. Como tiene 6 piezas exactamente con el mismo enfoque (por mucho que cada una tenga su propia voz), se permite la repetición de algunos recursos creando una identidad visual y narrativa que dota de coherencia a todo el conjunto de la obra.

Sin embargo, he de reconocer que este tebeo puede desorientar a aquellos que estén buscando una historia convencional. Es difícil encontrar algo parecido a un planteamiento, un nudo y un desenlace canónicos, una trama con un desarrollo como estamos acostumbrados. En esta era donde el guión en más de una ocasión parece ningunear el dibujo, cuesta asimilar un tebeo como Nick Furia: Operaciones encubiertas. Es casi como si James Robinson se hubiese percatado de que el equipo formado por ACO, Hugo Petrus y Rachelle Rosenberg hubiera captado incluso mejor que él mismo lo que tenía en mente y les hubiese dejado hacer. Robinson funciona cumpliendo el expediente en un tebeo en el que sabe que no necesita hacer demasiado para que se sostenga. Sus diálogos funcionan en lo pretendidamente estereotipado, aunque quizá se echa en falta un toque de la brillantez que sabemos que tiene.

Lo que tenemos al final es un ejercicio donde el cómo se cuenta lo que sucede importa más que lo que sucede mismo. Diseños exquisitos y brutalmente creíbles pese al exceso, fondos abigarrados y delirantes que nos envuelven en esta vorágine, maquetaciones delirantes pero minuciosamente calculadas, juegos locos con el formato y los límites de las viñetas, onomatopeyas a cascoporro, saltos de plano constantes, colores increíblemente saturados…todo es excesivo para que la acción sea tan desmesurada como debe. Todo esto podría quedar como un festival de fuegos artificiales en unas manos menos competentes, pero ACO (ayudado por Hugo Petrus y Rachelle Rosenberg) sabe sacar petróleo y hacerlos trabajar en la misma dirección narrativa.

Nick Furia: Operaciones encubiertas

Tenemos por un lado ese tándem creativo formado por ACO y Petrus que con la técnica digital se asemeja más a la colaboración de un estudio japonés que al habitual reparto dibujante entintador, lo que explicaría la sintonía en la que trabajan, pero por algún motivo, del mismo modo el color e incluso la rotulación funcionan como pensados por una sola persona.

Pese a haberse cancelado en los USA, no tengo duda de que Nick Furia: Operaciones encubiertas será un cómic de culto entre todos aquellos que disfrutamos de esas peculiaridades que sólo el lenguaje del llamado noveno arte puede darnos. No obstante, puede que no sea el tipo de cómic que busca un gran público, que valora una trama por encima de todo. Estamos ante un tebeo para muy cafeteros, pero qué café, señores.