¿Qué son los héroes? Son personas que poseen un don de nacimiento y que han sido elegidas para servir a la sociedad, siempre bajo el control del Gobierno. Pero, en este mundo, hay otro tipo de héroes que no se ajustan a esa definición. No han sido “elegidos” por nadie y actúan movidos por su propia voluntad. Son “héroes ilegales”. ¿Cuál es entonces su justicia?  Lo primero de todo sería preguntarnos… ¿¡deberíamos llamarles héroes!?

Para los lectores habituales de tebeo americano mainstream, el concepto de superhéroe nos resulta de lo más corriente. Tal vez se haya tratado con menos frecuencia el tema de los superhéroes “oficiales” o financiados por el Gobierno. En el Universo Marvel, por ejemplo, Alpha Flight era un supergrupo dependiente del Gobierno canadiense. Los Vengadores operaban de manera independiente, pero tenían un contacto en el Gobierno de EEUU. Su versión Ultimate, por el contrario, sí estaba financiada por el Gobierno. En DC tenemos el Escuadrón Suicida que, sin que les llegáramos a considerar como superhéroes en el sentido estricto, son seres con superpoderes (o habilidades especiales) al servicio de su país. Al otro extremo están los héroes “no oficiales” o proscritos. Spiderman o la Patrulla-X serían el ejemplo más obvio. Aunque independientemente de la época de la que hablemos, los llegaríamos a considerar incluso fugitivos, como cuando la policía pretendía arrestar al trepamuros, o el caso de la Civil War, con dos bandos claramente diferenciados. Recordemos también Watchmen, en cuya historia los superhéroes pasan directamente a ser ilegalizados, con lo que la mayoría vuelven como si nada a sus vidas civiles, y otros pasan a la clandestinidad.

En Japón no son tan corrientes las historias de superhéroes. Sí es cierto que abundan personajes superpoderosos, y que algunos podrían ser considerados héroes (Son Goku, Los Caballeros del Zodiaco), pero no se hace referencia a ellos como superhéroes. La serie My Hero Academia, por el contrario, se adentra directamente en el género superheroico, al definir a una serie de personajes con superpoderes, y la existencia de una academia donde perfeccionarlos para poder conseguir una acreditación oficial que les permita ejercer como superhéroes. Tomando como clara referencia la Academia Xavier para Jóvenes Talentos, la serie original de Kohei Horikoshi presentaba un mundo con superhéroes y supervillanos, protagonizada por un muchacho de 16 años sin poderes de ningún tipo. Pues bien, en este spin-off llamado Vigilante Illegals, los protagonistas son gente con poderes que no han conseguido ingresar en la Academia pero que no quieren dejar pasar la oportunidad de hacer el bien. Así, tenemos a The Crawler, un muchacho de 19 años cuyo poder consiste en deslizarse por las superficies a la velocidad de una bicicleta de paseo, Pop-Step. una joven idol con el poder de dar grandes saltos y Knucke Duster, el limpiador de los puños de hierro, que esconde un oscuro secreto.

La serie, a caballo entre la acción y la comedia, aborda el concepto de héroe desde una curiosa perspectiva: el joven Kôichi Haimawari quiere ser un héroe, pero su poder es tan de andar por casa que se ve limitado a actuar bajo el nombre de Kindman (hombre amable), llevando a cabo buenas acciones ciudadanas como recoger la basura, dar indicaciones a personas que se han perdido o ir a buscar comida para gente mayor. Buenas hazañas, sí, pero lejos de las gestas superheroicas de su admirado héroe All Might (protagonista de My Hero Academia). Su encuentro con Knuckle Duster, un vigilante urbano obsesionado con dar palizas a delincuentes e investigar una poderosa droga que aumenta los poderes de quien la toma (similar, una vez más, a la hormona de crecimiento mutante marvelita), le hará replantearse si de verdad quiere dar un paso adelante. Y es que la vida de un superhéroe no es sólo propinar palizas a los malos y posar para los fans, sino que entraña un componente muy alto de riesgo. Al ver su vida peligrar, Kôichi empieza a mostrarse reticente respecto a lo de ser un vigilante superheroico, hasta que la sensación que le produce salvar la vida de otra persona le hará cambiar de opinión.

Los autores que toman el relevo de Kôhei Horikoshi, creador de la obra original, son el guionista Hideyuki Furuhashi (Alphas: Zetman Another Story) y el dibujante Betten Court (Tokyo Girls Destruction). My Hero Academia: Vigilante Illegals es una comedia de superhéroes. No serán los mejores héroes ni los más poderosos, pero están diseñados para que el contraste entre sus poderes y personalidades genere la comedia necesaria. Aun sin conocer la serie original de la que proviene, se puede leer y seguir sin problemas. Si te gusta el manga y los cómics de superhéroes (y piensas que hay vida más allá de los grandes crossovers trascendentales para el destino del universo), ésta es tu serie.