Todo llega a su fin, y la etapa de Spiderman Superior no iba a a ser diferente. Lo que había comenzado como una afrenta para los Spider-fans más acérrimos y que le supuso a Slott numerosas amenazas de muerte e improperios en redes sociales al principio de su propuesta, acabó siendo aceptado por el grueso del fandom con interés, sobre todo por el buen hacer del guionista y sus atractivas ideas. Con Marvel Saga Spiderman Superior 44. Nación duende llegamos a la recuperación de Peter Parker y la vuelta al Asombroso en la cabecera. Sin embargo, no fue una decisión voluntaria. En mayo de 2014 se estrenaba la «fascinante» The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro y la cúpula de Marvel no podía consentir que el filón publicitario que brinda el cine hiciese que los nuevos lectores potenciales acudieran a las tiendas y se encontraran con un cómic de Spiderman… en el que no estaba Spiderman. Y forzó la vuelta de Peter. Hasta por esto le vamos a tener que coger manía a la película…

Slott tuvo al menos tiempo de preparar su grand finale con el enfrentamiento entre el Spiderman Superior y todos ese ejército de Duendes que llevaba creciendo desde arcos argumentales anteriores. Y no lo hace de manera precipitada, ni tiene que resolverlo a toda prisa. A todo lo que ya nos ha ido presentando hasta ahora se le suma este arco de cinco números (el último con una extensión algo mayor) y el segundo anual de la renombrada cabecera. Así vamos a poder ver todo un tour-de-force intelectual entre el Duende Verde y Otto Octavius, en el que los antaño colaboradores van a medir su potencial para ver quién está por encima del otro y qué puede hacer el ex-villano cuando la salud de sus seres queridos esté en riesgo. Para ello contará con la ayuda nuevamente de Spiderman 2099.

Tengo que reconocer que me gusta mucho este último arco argumental de Spiderman Superior. Me parece una reflexión maravillosa sobre lo que supone ser Spiderman y sobre las verdaderas cualidades de Peter Parker dentro del traje del héroe. Sí, Otto es ordenado, previsor, decidido y directo. Pero Peter tiene algo que lo convierte en un héroe único. Lo que pueda parecer improvisación e incluso suerte queda patente que no es así: Peter tiene un sexto sentido, mucho más potente que su sentido arácnido, una capacidad de clarividencia que le permite tomar las decisiones correctas bajo presión, centrar toda su concentración cuando es necesario e ir al grano cuando hay que frenar a un supervillano. Y en eso, como acaba reconociendo el propio Otto… demuestra ser realmente el Spiderman Superior.

Y como siempre, Slott demuestra tener todos los hilos bien atados. Podría haber desarrollado esa vuelta de Peter mucho más sutilmente o de una manera más gradual, pero en el fondo… da igual la excusa, el lector sabe que tiene que volver, y cualquier esfuerzo por dar giros y giros al asunto hubiera quedado como una excusa para justificar lo inevitable. En su lugar, el guionista prefiere desarrollar y dejar cerradas todas las tramas secundarias: Jameson, Mary Jane y su nuevo novio, Tía May y su marido, Ben y Phil Urich, Anna Maria, el profesor Lamaze, Carlie Cooper, la capitana Watanabe/Fantasma, Osborn, Alchemax, Miguel O’hara… Slott es consciente de que a partir de este «reinicio» necesita empezar nuevamente de cero y prefiere resolver todos los cabos sueltos.

Camuncoli es un gran dibujante y lo demuestra con unas escenas de acción alucinantes. Los numerosos enfrentamiento entre Spidermans y Duendes son trepidantes y cargados de dinamismo. Pero a su vez realiza una serie de dobles páginas donde recuerda toda la carrera de Spiderman, así como otras tantas en las que las psiques de Peter y Otto se entrecruzan que son muy potentes visualmente. El anual corre a cargo de Javier Rodríguez, cuyo dibujo me gusta un poco menos que en el anterior anual del que ya hablamos con el tomo anterior, pero que aún así sigue destacando sobre la media, con unas secuencias de acción en una sola viñeta (recurso muy habitual en Mikel Janin) geniales pero sobre todo con un uso del color fascinante. Las paletas de colores de Rodríguez son muy reconocibles por lo personales que resultan, con ese recurso habitual a los rosados y azules.

En definitiva, vamos a echar de menos al Spiderman Superior. Es cierto que comentaba con el tomo anterior que Slott cerraba antes de que quemase la premisa… pero creo firmemente que podíamos haber aguantado al menos un año más con grandes historias. Sea como sea, una etapa redonda, con muy poco baches y una vuelta al Asombroso Spiderman de siempre y una situación en la que Peter tiene un largo camino por delante con muuuuuucha gente. Va a tener que explicar muchas cosas y va a tener que afrontarlo además sin los recuerdos de lo que ha hecho Otto.

Lo mejor: Lo espectacular que queda el arco. Cómo demuestra Slott haber entendido perfectamente qué convierte a Peter en Spiderman. Lo bien cerrado que lo deja todo antes del «reinicio».

Lo peor: Tal vez la vuelta de Peter podía haber sido algo un poco más espectacular. Que vamos a echar de menos a Otto.