Flashbacks, pasadas de la continuidad por el arco del triunfo, cliffhangers tramposos, Deus ex machina, subterfugios emocionales y retrocontinuidad con la sutileza de un bulldozer. Todos esos engaños y artificios vamos a encontrar en Marvel Saga. Daredevil nº12 La edad dorada… y sin embargo, la historia funciona y es una de las mejores de una etapa que se ha ganado por derecho un lugar en la historia del guardián de la Cocina del Infierno.
Sin tomar muy en cuenta esa extraña temporalidad de Marvel, Bendis y Maleev nos contarán en tres tiempos la historia de Alexander Bont, un viejo capo del crimen en la Cocina del Infierno encerrado por nuestro diablo rojo cuando aún era amarillo y marrón. Ahora es viejo, pero sediento de venganza.
Con su acostumbrado desparpajo, Brian Bendis se saca de la manga otra de esas historias que resulta que siempre habían estado ahí, pero nunca habíamos oído hablar de ellas y si para eso tiene que contradecir con toda la alegría del mundo lo que han hecho sus predecesores, al calvorota de Cleveland no le dolerán prendas.
La historia se divide, como adelantábamos, en tres tiempos: un pasado que suponemos cercano a la segunda guerra mundial donde Bont es un ratero de segunda que no duda en hacer tratos con los nazis y que terminará haciéndose un hueco el hampa. Seguiremos con un pasado más cercano en el que tiene sus más y sus menos con el Daredevil amarillo de los inicios y el momento actual donde si a Matt Murdock no le bastaba con todo el lío que arrastra sobre su identidad y su papel de Kingpin, añadiremos a Bont para ejecutar sus venganza y ponérselo aún más difícil.
Para la ocasión es Dave Stewart el que llevará la batuta del cambio estético. No es que Maleev no ponga de su parte con un pequeño cambio de registro para cada tiempo de la narración, pero siempre se acaba imponiendo la arrolladora personalidad del dibujante búlgaro y si no fuera por el excelente trabajo de Stewart, sería complicado muchas veces saber en qué época estamos leyendo. Así para el primero de los marcos temporales, la labor de Stewart será precisamente su ausencia, para dejar las impresionantes tintas de Maleev en blanco. Para el segundo periodo usará unos efectos de trama de semitono bastante exagerados y su habitual buen hacer para el momento presente.
Los momentos del pasado bajo el punto de vista de la continuidad son un despropósito. Por poner algunos ejemplos, la primera vez que Daredevil se cruzó con Gladiador, ya vestía su uniforme rojo y, sin embargo en esta saga se nos relata un encuentro aparentemente posterior (dado que ya lo conoce) con su traje amarillo. Tampoco cuadra la presencia del Tigre Blanco, que sería creado en los años 70 y así alguna más.
Esto es quizá la más palpable de trampas Bendis, pero Marvel Saga. Daredevil nº12 La edad dorada está repleto de todos sus vicios… y sin embargo, pese a verle los hilos, pese a saber que me está haciendo trampa, la historia funciona. Aunque con algún pijama de por medio, estamos ante una historia de género negro con una atmósfera potente, unos personajes contundentes y una trama que por artera que sea, resulta bien hilada y engancha.
Ojalá todo los tebeos de Bendis hubieran sido como su etapa en Daredevil y como esta historia en concreto. Y es que cuando el resultado final es éste, podemos pasar por alto sin problema tantas jugarretas de guionista como quiera colarnos.
