Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Marvel Héroes: Secret Wars. Integral

Marvel Héroes: Secret Wars. Integral
Guion
Jim Shooter, Jay Faerber, Karl Bollers
Dibujo
Mike Zeck, Bob Layton, Gregg Schigiel, Jorge Molina
Tinta
John Beatty, Jack Abel, Mike Exposito, José Marzán Jr.
Color
Christie Scheele, Paul Turtrone
Formato
Cartoné (178 x 26 cm.) 552 págs a color
Precio
42 EUR
Editorial
Panini Comics. 2021
Edición original
Marvel Super Heroes Secret Wars 1-12, What If vol. 2, 114, What If Secret Wars y Secret Wars: Behind The Scenes HC

Descubre la más alucinante guerra de las galaxias jamás narrada. En un lejano Mundo de Batalla, los mayores héroes y villanos de Marvel han sido convocados por un ser llamado El Todopoderoso, que los desafía a enfrentarse entre sí, con sus mayores deseos como premio final. Secret Wars cambió la faz de La Casa de las Ideas y marcó a sangre y fuego a toda una generación de lectores como ningún otro cómic pudo hacer. Edición remasterizada, con más extras de los que puedas imaginar, para conocer hasta el último detalle de la mítica epopeya.

Escoge, querido lector, la frase con la que quieres dar inicio esta reseña:

a) Todo empezó con una llamada telefónica.

b) Qué mala es la nostalgia.

c) El megaevento que dio origen a todos los megaeventos.

Escoge tú, porque la verdad es que no sé con cuál empezar. Podría hablar de la historia subyacente a este cómic, diseñado para vender la línea de muñecos Mattel que la juguetera acababa de negociar con Marvel Comics. Podría decir que de niño tuve varios de estos muñecos, e incluso la Torre Acorazada y el Turbo Cycle, y que mi opinión de este cómic está tremendamente sesgada. O podría decir que sin esta primigenia Secret Wars no hubiera habido, probablemente, Crisis en DC Comics, ni todos los crossovers con los que las editoriales nos bombardean cada año. Diga lo que diga, éste es un tebeo que tuvo más éxito en ventas que los muñecos que publicitaba; que leído ahora no es tan bueno como me pareció en su momento; y que como crossover se queda un tanto flojo, sirviendo más como cuenco donde servir la ensalada de mamporros que como cómic por derecho propio.

secret wars

Todos sabemos la historia: a Jim Shooter, a la sazón Director Editorial de Marvel, se le ocurre firmar un acuerdo con la juguetera Mattel para que ésta saque una línea de figuras articuladas que compitieran con las de Super Powers de DC y Kennel. Que, como la chavalería no conocía a la mayoría de los personajes de Marvel a falta de internet y películas que las apoyaran (DC jugaba con ventaja: en 1983 ya se habían estrenado las 3 primeras películas de Superman con Christopher Reeve, y se seguían emitiendo en televisión reposiciones de la serie de Batman de los sesenta), hacía falta un soporte publicitario para que, en resumidas cuentas, los niños aprendieran a jugar con estos muñecos. Esto visto a día de hoy es más que evidente, pero a mediados de los ochenta, si no eras lector habitual de Cómics Forum, si te ponían un muñeco de Lobezno en las manos no ibas a saber cómo jugar con él: qué poderes tiene, cómo habla, es bueno o malo… Los niños necesitaban un cómic que les explicara, bien clarito, de dónde venían todos esos personajes y cómo había que jugar con ellos. G.I. Joe y Masters del Universo tenían series de dibujos animados a juego, pero los muñecos de Marvel Super Heroes Secret Wars necesitaban de este tebeo. Y aquí entró Shooter.

Es cierto que, para el lector veterano, leer este cómic ahora es más duro que amueblar un gimnasio. Pero hay que entender que los interminables monólogos de los personajes, las constantes explicaciones de todas sus acciones y el que en cada número se recontara por qué habían ido a parar al Mundo de Batalla, respondía a que los lectores podían no estar familiarizados con sus protagonistas, y que cualquier chiquillo podía subirse a la colección en cualquier número, y no era cuestión de que se perdiese en la lectura. Tampoco ayuda que Shooter (Los Vengadores) no fuera el guionista más habilidoso, y la trama del Doctor Muerte, Galactus y el Todopoderoso sólo gane interés en el último tercio de la maxiserie. Lo que tenemos es, más bien, una interminable sucesión de escaramuzas que, viéndolo desde fuera, y con la benevolencia de la nostalgia, recuerda a esas batallas de muñequitos que hacía con mis amigos en mi habitación. No hacía falta una historia muy elaborada: sólo saber quiénes eran los buenos y quiénes los malos. Y ya os digo que esos muñequitos aguantaban muy bien los golpes y las caídas (menos los tentáculos del Doctor Octopus, que no duraron pegados al cuerpo ni una semana).

secret wars

También guardaba mejor recuerdo del dibujo de Mike Zeck, un artista que, para mí, alcanzó la cumbre en la miniserie de El Castigador Círculo de Sangre, y que en estas Secret Wars se vio obligado a hacer mil y un cambios en sus páginas, obedeciendo las indicaciones de Shooter. Puede que fueran estas continuas correcciones, o tal vez fuera el poco inspirado entintado de John Beatty, las causantes de la baja calidad de algunas de sus páginas. Viendo las reproducciones de sus páginas a lápiz incluidas en los extras de este tomo, me inclino por lo segundo. Pero también es cierto que en los números 4 y 5 de la maxiserie tuvo que ser reemplazado por Bob Layton, dibujante cumplidor sin más, y que posteriormente deslumbraría en la colección de Iron Man con su Guerra de las Armaduras. El tiempo ha tratado muy mal a las Secret Wars. Vale que fuera un cómic creado para ayudar a vender muñequitos (¡y qué muñequitos, proclamo!), pero lo cierto es que ni el guion ni el dibujo eran nada destacables. Tal vez los lectores de aquella época teníamos grandes tragaderas, o puede ser que el grueso de compradores fueran niños que se acercaban por primera vez a un cómic, y por tanto no tenían con qué comparar, pero los nueve primeros números de la maxiserie se atragantan más que una caja de polvorones. ¡Pero no se vayan todavía, aún hay más!

Panini ha incluido en este tomo dos historias What If relacionadas con estas primeras Secret Wars. Una de ellas (What If vol. 2, #114) tiene como protagonistas a los hijos de los héroes y villanos de la historia original, que en este caso no consiguieron volver a la Tierra. Tanto el guion de Jay Faerber (Guerra de Reyes: Guerreros) como el dibujo amerimanga de Gregg Schigiel (enfocado después de esto en el cómic infantil independiente) dejan muchísimo que desear, tratándose de una historietilla sin ningún valor, sosa e intrascendente, pero incluida aquí por su relación con las Secret Wars. La otra historia contenida aquí es ¿Y si el Doctor Muerte conservara el poder del Todopoderoso?, aparecida en What If Secret Wars (2009), obra del guionista Karl Bollers (Sonic the Hedgehog) y el dibujante Jorge Molina (Spidergedón) y es ligeramente más interesante que la anterior, con un dibujo algo más lustroso y una historia que gira alrededor de los héroes que se quedaron en la Tierra, y en cómo intentarán hacer frente al regreso de un Doctor Muerte ebrio de poder y ganas de rehacer el mundo a su capricho.

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Este mastodóntico tomo de Panini contiene la maxiserie original de 12 números Secret Wars, que ocupa las primeras 320 páginas, los dos What If mencionados, y abundantes artículos acerca del origen de toda la historia, los juguetes que casi se acaban muriendo de asco en las tiendas, y otros extras como reproducciones de páginas a lápiz o tinta, portadas alternativas, anuncios de la época o fichas de los personajes que vieron la luz en esta colección, como Titania o Arachne (la nueva Spiderwoman). Si, como yo, creciste jugando con estos muñecos pese a su diseño tan sencillo y limitado, este tomo te hará volver a una infancia a la que, cuidado, tal vez no quieras regresar. El inicio es duro, pero cuando te haces a la forma de narrar de Shooter en los ochenta, no puedes evitar sentirte uno más de esos héroes que iban de escaramuza en escaramuza (primero nos atacan ellos, ahora les atacamos nosotros…). Y si, como yo, sólo tenías el viejo tomo de Cómics Forum, ya va siendo hora de sustituirlo por esta edición remasterizada.