It’s the end, the end of the seventies

-The Ramones, Do you remember rock’n’roll radio?, 1980

Tomo a tomo ya hemos llegado al final de los años setenta de Amazing Spiderman. Desde que en 2012 Panini empezó la edición de la serie en formato Omnigold, han visto la luz ya un total de nueve tomos, cubriendo nada menos que diecisiete años de la colección original.

El regreso del ladrón

Este noveno tomo incluye, a falta de dos números, la etapa completa de Marv Wolfman, un autor que había empezado su carrera en DC a finales de los 60 y se mudó a Marvel en 1973. Aún no siendo uno de los autores más renombrados en la historia del trepamuros, hay que reconocer que dejó varios momentos imborrables en la historia del personaje. Quizás los dos más destacados, a nivel argumental, fueran el cierre de la historia del ladrón que mató al tío Ben, un cabo suelto que llevaba casi dos décadas coleando, y la entrada de Peter Parker en la vida adulta. Hasta este momento, Peter había sido un estudiante al que le pasaban cosas. Sí, tenía superpoderes, y se pegaba todos los meses con algún tarado disfrazado de algún tipo de animal, pero lo que más hizo que el lector medio se identificara con Peter Parker en lugar de con, por ejemplo, los X-Men, es que no había mes en el que no viéramos algún problema familiar de Peter o alguno de sus amigos, le veíamos salir con amigos, tener novias e ir a clase. Ya fuera en el instituto o en la universidad, Parker era un eterno estudiante, y The Amazing Spider-Man era el día a día de un chaval que, cuando no vestía de azul y rojo, tenía una vida más o menos normal.

Hasta este volumen.

El gran cambio que plantea aquí Marv Wolfman es que Parker deje de ser un chaval. Sí, sigue siendo joven, tendrá que continuar su formación académica con algún tipo de postgrado… pero su etapa universitaria ha terminado. Ahora, su preocupación principal -en su plano personal, no en el superheroico, por supuesto- será salir adelante en el día a día. Y el primer paso para sentar la cabeza es declararse a su novia de los últimos años, Mary Jane Watson.

No, por favor, que los veteranos del lugar no digan nada. Mejor disfrutar de la cara de todos los que lean este momento por primera vez.

En el plano artístico, este tomo no destaca especialmente. En el pasado, la serie había contado con Steve Ditko, con John Romita Sr., con Gil Kane. En el futuro, pocos meses después, entraría John Romita Jr., que sería sucedido por un muy inspirado Ron Frenz en uno de los mejores trabajos de su carrera. Pero en este tomo, el dibujante principal es Keith Pollard, el tipo al que los que leíamos tebeos en los 80 recordamos por sus ilustraciones para los Official Handbook of the Marvel Universe con una palma de la mano hacia delante y otra hacia atrás. A ver, que el hombre cumple y tal, pero… cumple y ya. Nada que ver con lo que hubo antes ni con lo que pronto llegaría. Gráficamente, es uno de los puntos más bajos del Spiderman clásico, pero no leemos el Spiderman clásico sólo por los dibujos, ¿verdad? Que esto no es WildC.A.T.S., vamos.

Y ahora, una pregunta, dirigida principalmente a los más veteranos. ¿Os suena de algo esta portada?

¡Efectivamente! Es la portada del primer número de Fórum de Spiderman. Así, con este tomo se completa, en formato Omnigold, toda la serie The Amazing Spider-Man entre el origen del personaje y el primer número de la primera serie editada con una cierta coherencia del personaje en nuestro país, hace ya… ¿treinta y cinco años? Sigh. Me hago mayor…

La gata negra

Quizás el motivo por el que más recordado es Marv Wolfman entre los seguidores de Spiderman es la creación de la Gata Negra. Originalmente es una versión bastante clara de la Catwoman de DC (en traje, actitud, inspiración felina, relación con el protagonista…), pero poco a poco, Felicia Hardy fue separándose de su inspiración original para ser un personaje con una personalidad propia, dejando de ser el clon que inicialmente fue.

Los extras

Además de los habituales textos de Raimón Fonseca, que se ha convertido por derecho propio en el articulista de referencia sobre la Marvel más clásica, y de los habituales bocetos y páginas a lápiz, tenemos varios textos de Marv Wolfman y una curiosísima marcianada: el calendario Marvel de 1978, con personajes y sucesos de la historia de la editorial como si se tratara de un santoral católico.

Y en la próxima entrega…

El décimo Omnigold de Spiderman contendrá la etapa completa de Dennis O’Neil, otra de las figuras clásicas de DC Comics, al frente de Amazing. Y, además, este décimo tomo será, con casi total seguridad, el último. No por falta de ventas ni nada por el estilo, es que el último número escrito por O’Neil es el 223, y el 224 es el primero de Roger Stern, justo el punto en que comenzó la recopilación de los tomos de Marvel Héroes.

En resumen…

El regreso del ladrón es una lectura de un innegable valor histórico. A estas alturas, ya estamos curados de espanto y ya hemos visto demasiadas veces una evolución de Peter hacia una madurez para que poco después alguien venga dando marcha atrás, pero estos números de entre 1978 y 1980 marcan el primer intento de dar una evolución personal que, con el tiempo, hemos acabado viendo que no es bien vista en la editorial. Quizás no tenga momentos tan señalados como la muerte de Gwen Stacy, la revelación de la identidad del Duende o la muerte de Jean DeWolff, pero para los lectores de los primeros tiempos de Spiderman, lo que ocurre en el fondo de este tomo es de una importancia capital.

(También vemos la primera muerte de la tía May. La primera de… ¿cuántas, hasta el momento? Yo ya he perdido la cuenta…)