Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Madre Pánico 1: Un proyecto en marcha

Madre Pánico 1: Un proyecto en marcha
Guion
Jody Houser
Dibujo
Tommy Lee Edwards y Shawn Crystal
Color
Tommy Lee Edwards y Jean-Francois Beaulieu
Formato
Rústica, 176 págs. Color.
Precio
15,95€
Editorial
ECC Ediciones . 2018
Edición original
Mother Panic núms. 1 a 6 USA (Young Animal, DC)

Hace un par de años saltaba la noticia. DC creaba un nuevo sello editorial con algunas de las franquicias que hasta ahora se encontraban en el sello Vertigo y unas cuantas nuevas con Gerard Way como cabeza visible. Way es conocido principalmente por ser el vocalista de la extinta banda My Chemical Romance, pero en el mundillo de los cómics lo es por la eisnerizada The Umbrella Academy.

Madre Pánico 1: Un proyecto en marcha

De las cuatro cabeceras iniciales de Young Animal, hasta la fecha sólo habíamos podido ver en España la Doom Patrol escrita por el mismo Way. Madre Pánico es el primer título que nos llega de este sello donde Way sólo crea el concepto. Nos llevarán a Gotham para descubrir a una particular justiciera vestida de blanco bajo cuya máscara se oculta Violet Paige, una especie de Paris Hilton badass de la sociedad gothamita. Poco a poco indagaremos en su pasado traumático y su peculiar sentido de la justicia, así como su papel en la ciudad de murciélago.

Para esta misión tenemos a Jody Houser, una guionista que sin hacer mucho ruido se ha ganado su hueco en las principales editoriales USA con títulos como Faith, Supergirl o Spiderman: Renueva tus votos. Madre Pánico 1: Un proyecto en marcha contiene dos arcos cada uno de los cuales tiene a un equipo distinto en la labor artística. El primero de ellos, que da título al tomo, cuenta con Tommy Lee Edwards (Marvel 1985, The Question) al dibujo y el color, mientras que el segundo corre a cargo de Shawn Crystal (Deadpool, Batman: Mansión Arkham) al dibujo y Jean-Francois Beaulieu (I hate Fairyland, Green Valley) al color.

Madre Pánico 1: Un proyecto en marcha

Pese al talento de los implicados, si bien el cambio de equipo artístico casi nos sitúa en otro tebeo distinto, da la sensación de la que premisa no termina de despegar. Quien conozca la obra de Gerard Way, ya sabe que las ideas extravagantes están servidas y tanto las motivaciones como el elenco de secundarios que rodea a Violet se salen bastante de lo convencional. Sin embargo, Madre Pánico parece una sucesión de reclamos extravagantes sin demasiada relación entre ellos. No es un tebeo de superhéroes, pero tendremos a Batman, a Batwoman y la consabida pelea. Tampoco es un tebeo Vertigo pese a las ideas excéntricas, porque tampoco giran éstas en torno a un subtexto o contribuyen a enriquecer la historia o los personajes. A priori, esta idea de una justiciera oscura doompatrolizada podría dar mucho juego en el estrafalario ambiente de Gotham, pero todo queda bastante inconexo.

El personaje principal está tratado de un modo que es imposible identificarse con él, pero tampoco tiene el carisma de un personaje inhumanamente molón como Batman. Hay una serie de secundarios que rodean a Violet de los que no sabemos absolutamente nada ni parecen tener un papel relevante más allá de la madre de ésta. Hechos que parecen cruciales para entender al personaje no son mencionados hasta la cuarta grapa. En un medio camino un tanto extraño, Madre Pánico parece empeñada en llevarse la contraria a sí mismo contradiciendo cada idea con otra opuesta que no nos deja saber qué cómic estamos leyendo.

Madre Pánico 1: Un proyecto en marcha

Si la tarea de Jody Houser no sale airosa de la misión de presentar un concepto sólido, no ayuda tampoco a situarse y encariñarse con la serie el cambio de dibujante a mitad de tomo. Tommy Lee Edwards trabaja un estilo de pincelada enérgica y tangible, pero realista y oscuro, que le va como un guante a la ciudad. Es también bastante contenido en lo narrativo, lo que es completamente coherente con la verosimilitud de su estética, pero nos hace echar en falta alguna ligera variación por ejemplo en los flashbacks, ya que al principio cuesta unas páginas ubicarse en los saltos cuando aún no sabes quién es quién. Una paleta poco naturalista pone el toque extravagante y aporta atmósfera e impacto al resultado final, pero, si cabe, contribuye más a desorientar al lector.

Cuando por fin nos hemos acostumbrado a Edwards, entra el equipo formado por Shawn Crystal y Jean-Francois Beaulieu en un giro de 180º. Donde Edwards era realista, Crystal estiliza y deforma, recordando en cierto modo Sean Murphy, aunque lejano al impacto visual de éste. Donde la narrativa de Edwards era moderada, Crystal apuesta por las enormes onomatopeyas integradas en el dibujo y la abundancia de splash pages. Se mantiene la paleta de color antinaturalista, pero lo que antes eran violáceos, ahora son rojos y azules fuertemente contrastados. Tenemos de nuevo una estética potente y llamativa, pero falta de rumbo y trabajando por terminar de desubicar al lector, que no es capaz de asimilar una estética concreta a Madre Pánico.

Madre Pánico 1: Un proyecto en marcha

Tampoco entendemos del todo la historia de complemento de Radio Gotham de Jim Krueger y Phil Hester, que más allá de estar situada en la ciudad maldita, no tiene razón de ser en la historia principal.

Madre Pánico es una acumulación de buenas ideas sin ningún propósito ni dirección. Las rarezas, la originalidad, el ambiente enfermizamente extraño y el impacto visual se sitúan a la cabeza de este tomo en detrimento de la coherencia y el trabajo de fondo. Madre Pánico apenas nos presenta una situación y mucho menos un elenco de personajes sólido o una trama atractiva más allá de sus ideas locas dispersas. Madre Pánico es un tebeo francamente bonito e impactante, pero vacío de contenido.