En los últimos 10 años pocos tebeos se han puesto en lo más alto de los tops personales de tanta gente. Con un arranque de lo más tímido, en una editorial relativamente modesta como IDW, Locke & Key ha sido una de las obras donde el boca a oreja mejor ha funcionado. De forma unánime (o casi) cada lector que terminaba Locke & Key se veía en la obligación de recomendarlo. El resultado es uno de los cómics mejor valorados de los 10 últimos años.
Este fenómeno es lo que posibilita un producto como Locke & Key: Cielo y Tierra, especial con 2 historias de 16 páginas y otra más de 6, pero engalanado con tapa dura y casi la mitad de las páginas del total del tomo dedicadas a extras. La primera de ellas es Abre la luna, que se publicó originalmente en Locke & Key: Guide to the Known Keys (2011). Grindhouse aparecería como un one-shot en 2012 y En el bote publicada en 2009 en IDW: 10 Year Anniversary Comic Book.
Cada historia nos ubica en distintos momentos en la historia de la familia Locke y sólo la tercera de ellas tiene hueco para los personajes principales de la historia madre.
Abre la luna nos habla de Ian Locke, un niño enfermo que emprenderá con su padre un poético viaje en globo hasta la luna. Dedican esta historia a Ray Bradbury, aunque son visibles ciertos tintes del Viaje a la luna de Georges Méliès y de Little Nemo, del que Gabriel Rodríguez nos demostraría que es un gran fan en Return to Slumberland.
Grindhouse relata el día que un grupo de criminales trató de robar la casa de las llaves en una especie de mezcla entre Callejón sin salida de Polanski con el Resplandor de Kubrick (y hasta quizá un poquito de Solo en casa), repleta de diálogos cliché del género negro e incluso con una rotulación que recuerda a los tiempos de Bruguera.
En el bote (In the Can) es la última historia y con su traducción pierde un poco el sentido, ya que la historia nos cuenta de modo muy simpático como Bode, el pequeño de los hermanos Locke busca desesperadamente un sitio donde plantar un pino (‘can’ viene ser algo así como ‘cagadero’). Sin embargo, las puertas en esta serie pueden encerrar de todo y por aquí desfilarán los protagonistas de algunas de las franquicias más populares de IDW, como 30 días de noche, Tank girl o G.I. Joe.
Las tres historias de Locke & Key: Cielo y Tierra mantienen la calidad a la que nos tienen acostumbrados Joe Hill y Gabriel Rodríguez, pero no dejan de ser historias cortas, anécdotas. Se trata de tres historias completamente distintas y tanto Joe Hill como Gabriel Rodríguez o el colorista Jay Fotos cambian de registro con una facilidad espectacular. No obstante, todas mantienen ese sabor de la serie madre, pero en su extensión la cosa se queda apenas en aperitivo ligero.
Lamentablemente, el resto del tomo está rellenado con un montón de extras de dudoso interés. Por ejemplo, tenemos un montón de fotos de los autores en los escenarios que inspiraron la serie, que viene a ser el equivalente del reportaje fotográfico de las vacaciones que te obligan a ver tus amigos y compañeros de trabajo. Tampoco es que podamos culpar a Panini, dado que ellos se han ceñido al hardcover que sacó IDW, pero en otras ocasiones han confeccionado su propia edición y ésta podría haber sido una oportunidad para haber aprovechado e incluir la historia Small world, que permanece aún inédita.
Locke & Key: Cielo y Tierra nos llega con un formato y un precio sobredimensionado para un producto menor, si bien está confeccionado impecablemente con la habilidad que caracteriza a este equipo de lujo. Quizá esto debería haber sido lo único de lujo en este tomo.
