Es la hora de las tortas!!!

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Marvel Deluxe: Lobezno y la Patrulla-X 4. Academia Infernal

Marvel Deluxe: Lobezno y la Patrulla-X 4. Academia Infernal
Guion
Jason Aaron.
Dibujo
Nick Bradshaw, Ramón Pérez, Pasqual Ferry, Pepe Larraz, Salva Espín.
Tinta
Walden Wong y otros.
Color
Laura Martin y otros.
Formato
Cartoné, 168 págs, color.
Precio
17,95€.
Editorial
Panini Cómics. 2018.
Edición original
Wolverine And The X-Men #29-35 (Marvel Comics).

Pasado el evento Vengadores vs la Patrulla-X, Marvel no vivió una época tranquila en cuanto a cruces precisamente. Vendrían Infinito, el evento de Jonathan Hickman más centrado en Vengadores, pero con repercusiones en todo el Universo Marvel, y dentro del propio universo mutante llegaría La batalla del átomo, que volvería a paralizar todas las series mutantes durante un par de meses para dar paso al evento. Pero entre VvX y La batalla del átomo, tendríamos unos meses de tranquilidad, que son los que hemos visto en el tomo anterior y ahora en este Academia infernal. Alguna referencia a Infinito, pero sin obstáculos para contar sus propias aventuras.

Academia infernal
El tomo abre con un número autocontenido en el que esa ceremonia de enterrar cápsulas del tiempo que tanto gustan a los americanos, dará paso a una trama contada en dos líneas temporales, la presente y dentro de 25 años. Una historia dibujada pro Ramón Pérez y en la que Aaron juega con habilidad con las paradojas temporales, los saltos en el tiempo y el planteamiento de un futuro al que poca atención han prestado los editores, puesto que poco más de un par de años después hicieron poco viable ese Instituto Jean Grey del futuro, teniendo en cuenta que pasó al Limbo, donde le cambiaron de nombre a X-Haven (Extraordinaria Patrulla-X) , y luego a Central Park donde se le volvió a cambiar el nombre a Instituto Xavier… (X-Men Gold). Sí, es verdad que todo puede volver a sus orígenes, pero no parece que vaya a ser el caso. Sea como sea, supone un número muy entretenido y que acaba con una escena que da pie a La saga del Fuego Infernal, que consta de un preludio y un arco de cinco números.

La premisa de este gran arco es que Kade Kilgore, el líder de esta nueva versión del Club Fuego Infernal (cuya historia e influencias creativas están muy bien explicadas por Julián M. Clemente en una introducción bastante jugosa), decide crear una academia similar a la que ha creado Lobezno, con las mismas intenciones de formar a jóvenes mutantes y enseñarles a aprovechar sus poderes, solo que con unas asignaturas y profesorado radicalmente diferente. Podéis haceros una idea…

Academia infernal
De hecho, el preludio y el primer número del arco sirven exclusivamente para plantear cuál será el alumnado, después de que algunos miembros del Instituto Jean Grey decidan cambiar de bando, y mostrar las asignaturas y el profesorado. Son números, especialmente el primero del arco, engañosos. Cuando uno ve esa jornada de clases con profesores del corte de Mística, Saurón o Pandemónium, puede dar la impresión de que estamos ante un DC Superhero Girls con un target algo mayor de edad… pero tampoco mucho. Ves esas clases de profes malotes invitando a los chicos a hacer el mal y poniendo pruebas en las que se juegan la vida y puedes pensar que va a ser un arco algo ingenuo y sin pretensiones. Nada más lejos de la realidad. Poco a poco los profesores siguen a la búsqueda de la Academia Infernal, dentro de ella habrá traiciones en ambos sentidos, alumnos que no encajan… y la historia va cogiendo cada vez más impulso hasta llegar a unos números finales espectaculares y que dejan sin aliento.

Lo mejor que hace Aaron, para mi gusto, es plantear una historia que va dirigida a la acción y a los enfrentamientos entre personajes super-poderosos, pero que está pensada para potenciar la caracterización de personajes, de hacerlos evolucionar, como en el caso de Sapo o Idie, e incluso del propio Quentin Quire. Aquí los profesores están en un segundo plano y los verdaderos protagonistas son esos jóvenes indecisos y sin experiencia suficiente para poder hacer frente a un mundo que les queda grande.

El arco principal está dibujado por Nick Bradshaw, ese alumno aventajado de Arthur Adams. Como sucede con la propia historia, comienza con un pequeño bajón de nivel, con un dibujo algo menos detallado de a lo que nos tenía acostumbrados, pero los dos últimos números son una verdadera delicia, con escenas espectactulares y alguna splash page de las que apetece poner de fondo de pantalla en el ordenador. El preludio corre a cargo de Pasqual Ferry, Pepe Larraz y Salva Espín. A pesar del nivel de los tres, adolece de ese cambio gráfico en un solo número, que es algo que cada vez me resulta más molesto.

Academia infernal
En definitiva, MD: Lobezno y la Patrulla-X 4. Academia Infernal.

Un arco engañoso, que comienza algo bobalicón y casi pareciendo que se lo van a tomar en plan cómico, pero que alcanza unas cotas de espectacularidad importantes, apoyados en el trabajo de Bradshaw, perfecto para esas escenas de batalla con Krakoas y gigantes de hielo entre otros muchos. Aaron ha sabido aprovechar bastante bien al nuevo Club Fuego Infernal, otro de los elementos que parecía no iba a poder ser tomado en serio con esos niños de papá, pero que aquí muestran su peor cara y dejan claro que están dispuestos a llegar hasta el final. Estamos ante un solo tomo para acabar la etapa de Aaron en la colección, sin duda una de las mejores etapas que se han visto en una colección mutante en la última década. Nos queda la duda de si Panini continuará la edición con la etapa de Mahmud Asrar, en mi opinión muy muy floja.

Lo mejor: El ritmo de la historia del arco principal. El dibujo de Bradshaw cuando está al 100%.

Lo peor: El baile de dibujantes del número 30, a pesar del nivel de los tres. Comenzar a leer el arco principal y pensar que va a ser una historia muy tonta.