Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Leyendo entre líneas: Tensión

Así es como poríamos definir la situación actual entre los tres actores de esta tragicomedia que es el mundillo del cómic en España: las editoriales, los libreros y los lectores.

En el momento de un nuevo lanzamiento, la editorial teme por dónde le van a caer los palos, los libreros temen los pedidos sin derecho a devolución, y los lectores temen las ya habituales pifias de traducción, rotulación, impresión, etc.

Es una situación, como decimos, tensa, que se va forzando cada vez más, hasta el punto de que por algunos lados se rompe: malas actitudes por parte de las editoriales, lectores que abandonan las ediciones españolas en pos de otras mejores, más baratas y sin (ejem) errores de traducción y, en medio del fuego cruzado, los libreros.

El librero es el eslabón más débil de la cadena, porque no tiene ningún poder de negociación en esta contienda. No se puede permitir cabrear a la editorial, porque ésta dejará de servirle material, o se lo servirá tarde. En este sentido, a la editorial no le importa perder un punto de distribución: si el lector no encuentra sus cómics en la librería A, no dudará en ir a buscarlos a la librería B. Las ventas serán las mismas, y se ahorrará costes de envío.

Tampoco puede el librero permitirse irritar al lector, porque un ciente descontento con una tienda dejará de comprar ahí para hacerlo en la más cercana. Y no está el mercado ahora como para ir por ahí perdiendo clientela.

Esta guerra fría no tiene un claro perdedor. Tiene tres. Y, por desgracia, la solución sólo está en manos de una de las partes: es la editorial quien tiene que hacer un mayor esfuerzo para mejorar sus ediciones. Y no supone tanto desembolso económico. Por unos 2.000 € al mes se puede contratar a un profesional que se encargue de revisar y corregir los tebeos antes de mandarlos a imprenta. ¿Que es mucho gasto? Más cuestan las reimpresiones de tiradas defectuosas, o las ventas que no se hacen porque se corre la voz de que un tebeo sale tarado. Además, lo que la editorial gasta en personal lo recupera en imagen y prestigio.

Al fin y al cabo no es un gasto, es una inversión. Como dijo aquél, no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos.