La última (y única) edición en España de Las Crónicas de Atlantis data de 1991. Algo muy difícil de comprender dado que estamos ante una obra enorme en cuanto a calidad y muy relevante para la historia de Aquaman, aunque su participación en ella se limite a una viñeta. ECC Ediciones por fin lo ha remediado con esta reedición en cartoné de una fantástica historia “adaptada” por Peter David y con los lápices de la leyenda patria Esteban Maroto. Una historia épica, que cubre siglos de historia y que sienta las bases de lo que es el mundo submarino en el Universo DC.
Y es que vamos a conocer el origen de la Atlantis submarina desde antes de estar cubierta por agua y vamos a ir conociendo las diversas generaciones de regentes de las dos principales ciudades que sobrevivirían al hundimiento: Poseidonis y Tritonis. Los primeros regentes que nos presentan descienden directamente de Arión, el hechicero señor de Atlantis al que veríamos surgir de las páginas de Warlord: Se trata de Orin y Shalako, dos hermanos con una visión muy diferente de la vida. Mientras el primero es un firme defensor de la ciencia y los avances tecnológicos, el segundo es un firme defensor del culto a los dioses y la hechicería. Sus diferencias a la hora de interpretar las cosas hará que cada uno acabe en una ciudad diferente: Mientras Orin se queda dirigiendo Poseidonis, Shalako acabará en Tritonis. Hablar más de la trama es revelar toda la historia y quitarle la emoción a la lectura, por lo que diré que… hasta aquí puedo leer.
La historia está contada en siete números, cada uno de ellos narrado por un cronista diferente, que supuestamente ha escrito uno de los tomos de Las Crónicas de Atlantis que es adaptado en cada capítulo. Eso aporta momentos divertidos como al propio Orin corrigiendo a una de las cronistas que da su visión particular de una relación extraconyugal o la sorpresa de revelar la identidad de un cronista aparentemente diferente al resto.
El tomo abre con una de esas joyas para los lectores selectos: Una introducción de Robert Greenberger, el editor de la serie y que trabajó para el departamento de continuidad de DC Comics durante unos cuantos años. En dicha introducción nos revela el origen de esta miniserie de siete números que estuvo pensada como una serie limitada de 12 números y finalmente se “amplió” a siete números dobles. También cuenta algunas anécdotas muy divertidas, como el origen de la cara del meteorito que hunde Atlantis por culpa de una mala interpretación de la hija de Maroto al traducirle el guión a su padre, y que acabó fascinando al propio David. También mantiene la historia del supuesto historiador R.K. Simpson que ofreció a DC Comics ver esa Crónica real de Atlantis para que fuera adaptada a cómic. Simpson es el protagonista de unas entrevistas y artículos que son incluidas entre los números de este tomo.
La serie sirve para explicar muchas cosas que se dan por hecho en la DC moderna acerca de Atlantis, como la telequinesis marina de los atlantes, la fisiología o el color de pelo de sus habitantes. Son pequeños detalles que se van revelando a lo largo de estos números que tienen más de fantasía heróica que de superheróica, con un tono de historia de linajes reales, intrigas palaciegas y traiciones y actos heróicos más propio de Canción de Hielo y Fuego que de Aquaman.
Pero en el fondo, aunque la obra sea una historia fantástica para justificar y clarificar el enorme vacío que existía en torno a Atlantis hasta el momento, es usado por el hábil David para contar una historia de disputas familiares y hacer una reflexión sobre el eterno enfrentamiento ciencia vs religión. Como digo, Shalako y su descendencia serán los adoradores de los dioses que justifican todo lo malo como un castigo divino y tienen habilidades mágicas, frente a Orin y sus descendientes, que van a estar continuamente innovando en investigación para poder facilitar la vida bajo el mar.
El dibujo de Esteban Maroto necesita poco análisis. Es perfecto para una historia de este corte, y sirve de nexo perfecto entre el superheróico y la fantasía heróica. Sus rostros son bellísimos, y su fondos y splash pages son sencillamente espectaculares. En cuanto al color de Kachenhofer… se le agradece cuando está contenido, pues favorece a la narrativa, aunque hay que reconocer que a veces se le va la mano con esas técnicas digitales que se comenzaban a usar en aquella época y que le proporcionaba algunas páginas con colores excesivamente saturados y chillones.
En definitiva, Aquaman: Las Crónicas de Atlantis.
Una historia que diría es imprescindible para los aficionados a DC, pero también para cualquier amante de las historias de espada y brujería clásicas. Una historia de relevos en el poder durante siglos, con sus traiciones, violaciones, asesinatos… todo aquello que propicia la sed de poder. Una narración clásica, usando algunos trucos de perro viejo por parte de David como sembrar esa duda acerca del supuesto profesor de Universidad, y en la que vamos a ir viendo continuos guiños al lector de la DC moderna en cuanto a ir presentando algunos personajes o dando explicación a algunas cosas que siempre habían sido puestas en duda por los más exigentes. Para no perderse, al final del tomo viene un árbol genealógico que aclara las únicas dudas hacia el final en la que hay algún que otro salto generacional que pueda confundir un poco al lector. Una obra que no debes dejar de leer. Fantástica.
Lo mejor: Esteban Maroto. Cómo está narrada y la sensación de estar cubriendo muchos siglos de historia en la DC submarina.
Lo peor: Este tomo contiene más de uno (y de dos y de tres y…) errores tipográficos. Son demasiados, y por suerte no estamos acostumbrados a encontrarlos en las ediciones de ECC. Por desgracia, precisamente la falta de costumbre hace que llame demasiado la atención.
Para amantes de historias de espada y brujería. Para los que siempre han tenido dudas acerca de Atlantis. Para seguidores de Esteban Maroto.
