Siempre es una buena noticia la aparición de una nueva entrega de Black Hammer, una de las franquicias superheroicas más interesantes, aunque no sea un tomo de la serie principal, sino uno de los spin-offs. No es que las series derivadas tengan una calidad inferior a la de la principal, que no es el caso, no olvidemos que Sherlock Frankenstein es uno de los cómics más redondos de los últimos años, pero es que el último tomo de la serie central nos dejó con tantas ganas de más que, por mucha calidad que tengan estas visiones periféricas, queremos saber qué va a ocurrir con los habitantes de la granja. Y si en el mencionado Sherlock Frankenstein visitamos el pasado del mundo de Black Hammer, en La era Quantum viajamos a su futuro.
Spiral City, dentro de cien años. Así arranca este tomo que nos muestra el futuro del universo Black Hammer. Y, como es habitual, los personajes que protagonizan esta historia son homenajes a personajes clásicos del género superheroico. En una historia ambientada en el futuro, lo lógico es que los protagonistas sean también versiones de héroes clásicos provenientes de sus respectivos futuros. Eso sí, así como en la Golden, la Silver, la Bronze y la Modern hay personajes a patadas entre los que elegir, no hay tantos futuros de los que rascar. Al menos, futuros estables que hayan tenido una cierta trayectoria editorial de más de dos números, vamos, algo que haya durado más que Días del Futuro Pasado, y descartando futuros alternativos como Tierra X, Injustice o Kingdom Come. Tenemos dentro de Marvel la línea 2099, que duró seis años, entre 1992 y 1998, con un reciente revival entre 2014 y 2017. Tenemos también los futuros de los que vinieron personajes como Impulso o Bishop, pero lo que sabemos de ellos es principalmente contado por gente que estuvo allí. También está el futuro de Cable, del que sí que hemos visto algo en primera persona. Bueno, ya me entendéis. Y, por supuesto, el futuro superheroico más significativo de los últimos cincuenta años es la Legión de Superhéroes, que es el elegido por Lemire para ambientar su mundo futuro.
Este título, probablemente el más superheroico de todos los vistos hasta ahora dentro del universo creado por Jeff Lemire, salta adelante y atrás entre dos momentos del futuro, separados entre sí por veinticinco años. En el más temprano vemos la época de máximo esplendor de la Liga Quantum, el grupo de héroes adolescentes que homenajea a la Legión, con un ambiente brillante, idealista, utópico. Veinticinco años después, la utopía juvenil se ha convertido en un estado distópico, en un sistema xenófobo y racista, de fronteras cerradas. Además de el homenaje de turno, Lemire utiliza esta ambientación para reflexionar sobre el riesgo de las utopías de convertirse en reflejos oscuros de sus brillantes inicios. Así, la Libertad, Igualdad y Fraternidad de la Revolución Francesa acabó dando lugar al Terror de Robespierre, la Revolución contra la opresión de los Zares en Rusia acabó trayendo las purgas de Stalin y el American way of life se ha convertido en un sistema dominado por la Alt-Right, xenófobo y racista, de fronteras cerradas.
No sólo veremos homenajes a personajes de la Legión en La Era Quantum. Sí, los hay, y muy obvios -a nadie se le escapa que Archivo es Brainiac 5-, pero también tenemos miradas al legado con el personaje de Chica Martillo, descendiente del Black Hammer original, e incluso tenemos datos sobre el futuro de alguno de los personajes de la serie central, dando algo de color adicional al Universo Black Hammer. Nada de lo que se cuenta aquí es imprescindible para la comprensión global de la historia -como sí lo era Sherlock Frankenstein-, pero es una lectura complementaria más que agradable, con un más que apropiado dibujo a cargo de Wilfredo Torres (Jupiter’s Circle, Caballero Luna), con un estilo muy claro que da un toque de sabor a lo Silver Age que recuerda a los primeros tiempos de la Legión.
El mayor problema que tiene La Era Quantum es que es, posiblmente, el volumen menos inspirado de los seis aparecidos hasta ahora de la franquicia Black Hammer. No es un mal cómic en absoluto, e incluso podríamos decir que está por encima de la media de lo que se edita mes a mes, pero por comparación con los demás tomos de la serie sale perdiendo claramente. Es un cómic más que correcto en una serie en la que las demás entregas son absolutamente brillantes. Es El Padrino III de Black Hammer.
