Saludos luneros, queridos lectores. Otro lunes juntos, para leer una reseña de manga. Hoy le toca el turno a Reset, de Tetsuya Tsutsui.

Estamos ante uno de esos tebeos que ofrecen más de lo que parece. Me acerqué a esta obra pensando que sería una historia sobre la imposibilidad de distinguir el mundo real del virtual. Y lo es, pero es mucho más.

Reset nos habla de un mundo digital tan real que, una vez dentro, parece el real. Algo así como Second Life usando gafas de realidad virtual. Y los usuarios de este juego lo usan como forma de desestresarse, jugando a matarse entre ellos.

Pero Reset nos ofrece mucho más dentro de ese-eses mundo-mundos. El guión nos habla de venganza, ambición, avaricia y aislamiento. Tetsuya Tsutsui usa esta dualidad entre el mundo real e ¿irreal? para ofrecernos historias que nos hagan pensar.

Desde el investigador de los extraños suicidios que asolan una zona residencial, que quizás no saben en cual de los mundos están exactamente al morir, al adolescente solitario que se relaciona a través de un teléfono móvil. desde el profesor que busca ayudar a sus alumnos hasta la esposa y ama de casa que ha dejado de verle sentido a su vida.

Poco a poco aparecen personajes que se relacionan con los dos protagonistas. Pero todos albergan secretos. Algunos tras una máscara, otros tras sus silencios. Lo que pensábamos que iba a ser ciencia ficción nos ofrece una serie de temas sobre la propia persona, las decisiones que tomamos y las que otros toman por nosotros, antes de convertirse en un manga de acción.

Pero para mí, entre todas las tramas, sobresale la venganza.

Reset es una corta corta, de un único tomo de 232 páginas. La longitud hace necesaria la velocidad del desenlace, dándonos una historia resuelta, pero con un final lo bastante abierto para que pueda continuar. Es como si viéramos un episodio piloto.

Cada lector tiene un bagaje, unas lecturas anteriores, diferentes a los demás. En mi caso,la obra no deja de recordarme a la realidad virtual de Cyberpunk, el juego de rol. Recuerdo que una de las minihistorias de ambientación hablaba de un ejecutivo que creaba por las noches un modelo informático de la ciudad y allí cazaba a su jefe. Una noche, se encuentran en un restaurante del mundo real…Y la historia se repite en este mundo no digital.

No se nos ofrecen en Reset largas y técnicas explicaciones de cómo o porqué funciona este mundo virtual. Tampoco se nos dan larga explicaciones del pasado de los personajes. Pero no nos quedamos con demasiadas dudas ni preguntas. Terminamos el tomo y nos quedamos pensando en alguna de las cosas que hemos leído. O quizás no, pero no nos queda ninguna sensación de obra inacabada.

El dibujo es limpio y claro. El autor evita caer en los excesos visuales que a veces definen un “mundo virtual informático”. Tenemos unos personajes creibles, aunque quizás a veces sus caras parezcan algo andróginas. Tenemos también unos escenarios claros y “limpios”. No hay excesos visuales, ni fondos recargados ni multitud de onomatopeyas o notas que llenen las viñetas.

Todo nos ofrece un aspecto actual, creíble, para nada exagerado.

La edición de Planeta Cómic es pulcra y centrada en la historia, extras. Con una sobrecubierta a color que parece incidir en la dualidad que veremos en la obra.

¿Por qué leer Reset?

Ciencia ficción de aspecto realista. Dibujo pulcro y limpio. Las tramas secundarias pueden hacer que cierres el libro y reflexiones sobre ellas.

¿Por qué no leer Reset?

Es una historia corta y cerrada. Buscas evasión en un futuro exagerado y lleno de mechas y coches voladores. Puede ser triste y deprimente en algunos momentos.