Ay, se terminaron las vacaciones. De vuelta a la dureza del trabajo.

En fin, despidámonos de los amigos y pongámonos a la faena.

Adios, Naruhito, gracias por las katanas. Las pondré en el mejor lugar de mi salón.

Adios, Masako. Cada día cocinas mejor. Practicaré todas tus recetas al volver a casa.

Adios, Aiko. Sé buena, estudiosa, obediente con tu madre y seduce al pueblo para que le exijan al Abuelo cambiar la Constitución.

Adios, Espantapájaros, a ti te extrañaré más que a nadie…Espera, esto va degenerando más a cada línea…;-).

Hoy toca comentar una cosilla de Wayu Suzumiya, Una familia peculiar.

¿Y de qué va esto?

Vereis, cualquier lector recién iniciado sabe que la figura romántica básica del manga no es la pareja, sino el triángulo amoroso. Pues en el caso de esta familia lo que hay es un pentáculo enfrente de un espejo…con algunas lineas a mayores :-).

A ver si lo he entendido. A mí me gusta mi hermana mayor (política, no hermana de sangre ) que me cuida como si fuera mi madre. Pero ella le gusta a mi padre, que le gusta a su secretaria, lo que lo convierte en mi rival. Y resulta que mi otra hermana me echa los tejos mientras una antigua compañera quiere ser mi novia y las amigas de mi hermana mayor-madre postiza quieren que se eche novio y…

Casi mejor nos apuntamos todos a un psicólogo, ¿no?:-)

Esta obrita de dos tomos de Banzai Comics es la única que tengo de esa editorial. Y casi es ese su único mérito dentro de mi biblioteca.

Es una obra corta, demasiado corta. La escasez de espacio hace que la historia vaya demasiado rápido, hasta el mundo de liar al lector y sin darle tiempo a encariñarse con los personajes. No es que aparezca una chica y a las pocas páginas se enamore, sino que casi aparecen ya vestidas de novias :-).

Junto a eso, aparece el hecho de que la serie se toma en serio a sí misma, sin llegar a tener un humor tan absurdo como la premisa que plantea. El resultado es rato. A ratos te parece comedia, y a ratos que deriva hacia el drama costumbrista.

El segundo volumen se completa con una de esas historias raritas ( y algo obscenas, que se ven tetas y se dicen tacos ) que me convencen de que la carrera de psicólogo sexual en Japón goza de gran demanda :-). Un chico tiene un accidente y la enfermera que lo atiende es clavadita a su actriz porno favorita. Y se dedica a tirarse por escaleras y cosas así para que le ayude a no morir virgen…

Y luego el guionista rarito soy yo ;-).

El guión de la historia no supera nunca el problema de la falta de espacio y, como dije antes, va demasiado rápido. Y aunque parezca contradictorio, a veces la historia parece ir a saltitos, como si faltasen cosas.

El dibujo…Clásico y de trazo rápido. Sin embargo, hay algo que ronda por la cabeza mientras lees la obra. Al final te das cuenta de que los planos varían demasiado y terminan mareando. Además, algunas páginas tienen una distribución de viñetas que ( al menos para el lector occidental ( la serie se lee desde la derecha )) resulta confusa.

¿Por qué leer Una familia peculiar?

Es tan exagerada que te ries. Te gusta escandalizar contando de que vá lo que lees. Te llamas Edipo o Electra. La historia extra.

¿Por qué no leer Una familia peculiar?

No dejará mucha huella, más allá del…Joder, qué cosas más raras leen los japoneses ( y sí, en estas reseñas se dicen tacos 🙂 ).