Kirby es redondo y glotón. Como hoy hace un día precioso, ha venido a la isla de los dulces con su amigo Waddle Dee. Ven un castillo hecho con un pastel enorme. Y también hay un río dulce de chocolate. Picotean un poquito de unas nubes esponjosas y sus mejillas se van hinchando cada vez más. ¡Ahí va! Allí salen nubes de humo. Parece una fábrica extraña. Del interior, también han salido unas criaturas extrañas. ¿Quiénes serán?
Aquí siempre decimos que somos muy fans de Kirby, pero hoy hablaremos de otro Kirby. En concreto, de esa bolita rechoncha con mejillas sonrojadas proveniente del planeta Pop Star, protagonista de varios videojuegos y series de televisión, un manga y los sueños de muchos niños. El Kirby del que hablamos fue creado en 1992 por la empresa HAL Laboratory para el juego Kirby’s Dream Land de la Game Boy de Nintendo, y hasta la fecha ha aparecido en más de 20 videojuegos. Al ser un personaje con un diseño tan kawaii y achuchable, es uno de los favoritos de los niños, aunque he de decir que algunos de los videojuegos a los que he podido jugar, como el Kirby’s Epic Yarn, son realmente adictivos. El caso es que entre la gran cantidad de productos relacionados con el personaje, apareció en el mercado este cuento ilustrado, dirigido a los muy pequeños, con la idea de que den sus primeros pasos en la lectura, o incluso para ser leído por padres y madres.
En esta breve historia (32 páginas que se leen en un suspiro), Kirby y su amigo Waddle Dee están dando un paseo en globo aerostático y llegan a una extraña isla donde hay una fábrica que produce dulces sin cesar. Tras aterrizar y ayudar a sus habitantes a limpiar las instalaciones, les ayudan a cocinar multitud de dulces, para luego volver volando a su país, no sin antes haber cargado el globo de provisiones para el camino. Como veis, un argumento de lo más sencillo, pero ideal para hacer las delicias (no pun intended) de los pequeños lectores. Tanto el diseño de los personajes como los colores y estilo del dibujo (blanditos y redondeados, con predominancia de colores suaves como el rosa y el amarillo) están pensados para atraer la mirada de los niños. A esto ayuda un texto que se limita a una o dos frases cortas por página, para no saturar. En resumen, se trata de un libro que pueden empezar a leer los niños, o que sirve como perfecto cuento de buenas noches para que se lo lean los mayores. Ahora bien, mi experiencia particular me dice que más vale que le cojáis el gusto, porque lo vais a leer y releer más veces de las que esperáis.
Por si os estáis preguntando si es necesario conocer al personaje antes de leer este libro, la respuesta es no. De hecho, Kirby podría ser aquí cualquier bichito adorable que viaja y va conociendo a gente y ayudándoles. Ni siquiera se hace referencia a sus poderes (los que hayáis jugado a alguno de sus videojuegos o hayáis visto la serie de animación sabréis que puede “absorber” a sus enemigos y adquirir así sus poderes y habilidades). Este pequeño libro ilustrado cuenta con textos de Nao Ootsuka (artífice de, entre otras cosas, cuentos de Hello, Kitty) e ilustraciones de las hermanas Tau Karino y Poto. Los tres autores ya gozan de experiencia en el mundo del cuento infantil ilustrado, y sin duda esta Extraña Isla de los Dulces gustará a los peques de la casa.
ECC Ediciones ha sacado hasta la fecha dos libros ilustrados protagonizados por el pequeño Kirby. Además de este La extraña isla de los dulces, cuentan en su catálogo con Un paseo por las estrellas. Ambos cuentos están destinados a los pequeños lectores, aunque no me extrañaría que acabaran también en las estanterías de los fans del personaje Nintendo, independientemente de su edad. De coleccionista a coleccionista, cosas más raras se han visto.
