Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Jennifer Walters: Hulka 2. Que coman pasteles

Jennifer Walters: Hulka 2. Que coman pasteles
Guion
Mariko Tamaki
Dibujo
Georges Duarte, Julián López, Francesco Gaston, Bachan
Color
Matt Milla
Formato
Rústica con solapas, 112 págs, Color, 17x26 cm.
Precio
11,50 EUR
Editorial
Panini Comics. 2018
Edición original
Hulk v5, 7-11 USA

Un vulgar presentador de programas de cocina se transforma en un monstruo ante las cámaras. Jen debe llegar a un acuerdo con su lado monstruoso antes de prestar su ayuda. ¿Podrá encontrar un antídoto a tiempo de que la causa se extienda por las calles?

Mi compañero tortense Alejandro escribió hace unos meses una reseña del primer tomo de esta serie, Deconstruida, en la que destacaba el enfoque psicológico que se le daba al personaje de Jen Walters, en detrimento del de Hulka. Porque aunque compartan identidad, algunos personajes superheroicos son diametralmente opuestos a sus alter ego. Por poner un par de ejemplos, Ojo de Halcón y Pájaro Burlón se comportan de la misma manera con y sin disfraz, no así Batman o Superman. En el caso de Jennifer Walters, el cambio a Hulka no le suponía sólo un aumento de fuerza y masa muscular, sino también de personalidad: mientras que Jen es tímida y apocada, Hulka es despampanante y desinhibida, que es por lo que, aun pudiendo cambiar a voluntad, eligiera ser Hulka la mayor parte del tiempo. Al fin y al cabo, ¿quién quiere ser Clark Kent pudiendo ser Superman? El caso es que a raíz de los acontecimientos de Civil War II (la paliza de Thanos y el asesinato de Bruce Banner), Jen Walters se ha escondido de Hulka refugiándose en su identidad de abogada penalista. Ya no le divierte ser Hulka, sólo quiere ahogar el dolor escondiéndose de lo que la hace feliz, aunque se va dando cuenta de que cada vez controla mejor a la bestia desatada de los primeros números.

Jennifer Walters

Dibujo de Georges Duarte

Afortunadamente, el tono oscuro y dramático de los primeros números va cediendo el paso a un ambiente más desenfadado, dejando a Jen el trabajo detectivesco y cediendo el control a su alter ego gris cuando se trata de repartir mamporros. De esta manera, tenemos más presencia de Hulka en este volumen que en el anterior, lo cual es siempre positivo (al fin y al cabo, es la titular de la cabecera). Los ocasionales toques de humor van abriendo camino al próximo volumen de la serie, que enlazará directamente con Legacy, recuperando también la numeración clásica.

El trabajo de la guionista canadiense Mariko Tamaki está bastante por debajo de lo que se espera de un cómic de estas características, con personajes que se comportan de forma extraña, otros que aparecen de repente a exigencias del guion… A esto contribuye un baile de dibujantes que poco ayuda a dar coherencia a la historia. Empecemos por el brasileño Georges Duarte, que firma aquí su primer trabajo para una major después de algunos números de Crossed: Badlands y Jackpot! Por desgracia, el encargo le viene grande, y lo que nos presenta es un festival de perspectivas fallidas, expresiones corporales exageradas y mucho, mucho por aprender. Un dibujante así es la peor carta de presentación para una colección Marvel que está intentando despegar. Le sigue el barcelonés Julián López (Hoy me ha pasado algo muy bestia), que comparte números con Francesco Gaston (Blodstrike, Monsters Unleashed): dos artistas cuyos estilos no podrían ser más diferentes. Mientras que López tiene un estilo realista, oscuro y detallado, Gaston se acerca más al cartoon, con una Hulka que algunos calificarían de kawaii. Este cambio de dibujante a mitad de número entorpecen la lectura y deja la impresión de que ni los propios editores se toman su trabajo en serio.

Jennifer Walters

Dibujo de Julián Lopez, con invitada de lujo

Los cuatro primeros números del tomo están dedicados a la búsqueda y captura de un youtuber cocinero (¿recordáis que en los números anteriores Jen se aficiona a un canal online de cocina? Pues adivinad quién lo presenta) que es envenenado con una droga que otorga fuerza y aspecto monstruosos, con el fin de obtener mayor audiencia y lucrarse con el aumento de visitas en internet. Por desgracia, el truco sale mal y el monstruo de las galletas (¡ja!) se dedica a destrozar la ciudad en busca de los que le envenenaron y de una posible cura para su mal. Será tarea de Hulka, que se siente cada vez más identificada con este monstruo, encontrarle y reducirle. El quinto número del tomo está dedicado a una cita vía Tinder (o alguna aplicacion similar) que sale mal para Jen. Porque claro, si saliera bien, ¿qué gracia tendría el tebeo?

Desafortunadamente, el tono tan irregular de la colección, tanto en guion como en dibujo, deja un sabor de boca agridulce para lo que podría haber sido el regreso triunfal de una de las superheroínas más queridas y carismáticas del Universo Marvel. Hulka es un personaje que funciona si la escribes y dibujas como han hecho los autores que mejor la han llevado: John Byrne y Dan Slott. De lo contrario, es un personaje que da bandadas como un pollo sin cabeza. Existen otros personajes a los que maltratar psicológicamente; Hulka es un personaje alegre, y sólo como tal funciona. Luego se extrañan de que estas series se cancelen.

Jennifer Walters

Dibujo de Francesco Gaston

Panini Comics nos trae los cinco últimos números de esta etapa de la guionista Mariko Tamaki, a la espera del regreso a Legacy. Esperamos que este retorno a la numeración original traiga consigo un cambio de aires y volvamos a ver a Hulka hablando con los lectores (aunque ya se nos da un atisbo de esto en el episodio de la cita), y su aspecto verde original. Porque así es como nos gusta, y así es como hace años nos enamoramos de ella.