Christophe Blain termina en el año 2000 el primer álbum de la serie Isaac el pirata. Es publicada en 2001 y al año siguiente ganaría el premio a mejor álbum del salón de Angoulême. Apenas llevaba tres años en la industria, por lo que su comienzo no pudo ser más ilusionante. El autor continúa la serie a prácticamente un álbum por año durante cinco libros más… y la pone en pausa. En 2017 anunció la intención de continuar con ella, aunque a día de hoy, no tenemos nuevas noticias. Norma Editorial publica ahora Isaac el pirata Edición Integral, el compendio de los cinco primeros libros de una serie de aventuras de las de toda la vida pero a su vez muy diferente, con una narrativa que atrapa al lector y que en el fondo nos hace odiar un poco a Blain por tenernos a la espera de más material con la que saciar nuestras ansias.

La historia cuenta la vida de Isaac Sofer, un pintor buscavidas que malvive con su prometida y que de la noche a la mañana pasa a formar parte de la tripulación del Capitán pirata Jean, separándose así de su amada Alice. Desde este punto seguiremos las andanzas de ambos, de cómo se buscan la vida y ansían volver a encontrarse, en un sinfín de aventuras de dos auténticos supervivientes en una Francia del siglo XVIII en la que no era nada fácil salir adelante sin recursos.

Si por algo destaca Isaac el pirata es por lo divertida que resulta. Uno puede abrir este tomo de 250 páginas y verse un poco abrumado por esas grandes páginas con muchas viñetas y pensar que va a ser una lectura árida, apoyado también en ese estilo feísta de Blain, con un trazo a vuelapluma, irregular. Pero os garantizo que una vez comencéis la lectura, vais a veros atrapados por unos personajes muy bien perfilados y una historia de aventuras con piratas, ladronzuelos, nobles con extrañas aficiones, tabernas… Como decía antes, una historia de las de toda la vida, a lo La isla del tesoro, pero con la peculiaridad de que está contada desde el punto de vista de un personaje no tan típico.

Y es que el título no hace honor a la serie (al menos de momento), porque Isaac no es realmente un pirata. Es el pintor que acompaña al grupo de piratas, y si toca hacer de médico lo hace, y si toca hacer de otra cosa, lo hará. Pero no es una historia de evolución de un personaje apocado y sin ánimos belicosos que acaba siendo un temible pirata, sino la de un superviviente que se busca la vida con lo que toca, e incluso cuando toca pasar al terreno físico no suele acabar bien parado. Casi más interesante me parece el personaje de Alice, la prometida de Isaac a la que dejan sola con la promesa de regresar en un par de semanas y se acaba teniendo que buscar la vida como puede, manteniendo siempre su dignidad y rechazando a poderosos hombres que solo buscan un interés carnal. Alice es un personaje muy interesante, con carácter, e incluso cuando tome decisiones con las que podamos llegar a desaprobar… son decisiones lógicas y que en ningún momento desvirtúan el personaje que se nos ha mostrado.

No son los únicos personajes, la obra está plagada de secundarios con más o menos interés, como el pirata Jean; Henri, el médico de la tripulación; Jacques, el pirata con el que más migas hace Isaac y con el que acabará compartiendo aventuras en tierra firme; y ese otro personaje, muy importante, y más a medida que avanza la historia es el padre de Isaac. Isaac es judío y tiene muchos enfrentamientos con su padre, un señor sin problemas económicos, pero que no aprueba que su hijo se case con una no-judía. A partir del tercer libro va ganando protagonismo y su relación con Isaac nos muestra un personaje con aspecto hosco y adusto, pero que en el fondo se ablanda con su hijo, y sufre por esa relación que ha tenido con él. Comentan las malas lenguas que parte de la inspiración de la trama de Isaac con su padre es la relación de Joann Sfar (con quien Blain realizó Sócrates) con su padre. Sfar es judío y no tiene buena relación con su padre, un afamado abogado.

La historia evoluciona mucho a lo largo de los cinco libros. La frecuente estructura de página con 12-13 viñetas permite contar muchas cosas en las 45 páginas de cada libro, y por ello, el primero sirve casi de presentación, acabando con Isaac en el barco del Capitán Jean, en el tercero ya las aventuras acaban en tierra firme, donde se prolongarán en los siguientes dos libros en los que Isaac se buscará la vida como pintor, ladrón y lo que surja. El estilo de Blain es muy peculiar, pero a pesar de ese tono casi caricaturesco que tiene, sorprende por el excelente sentido del ritmo que tiene y por cómo introduce algunos recursos narrativos muy sutiles pero con gran potencia visual, como el reencuentro de Isaac con Agnés en el quinto libro en el que el fondo se va distorsionando a medida que pasean mostrando el agobio de Isaac, esa terrible tormenta del segundo libro en el que los ángulos de visión se van invirtiendo de una viñeta a otra para dar esa sensación de intensidad, o ese secuestro en el libro cuarto en el que al estar los protagonistas con la cara tapada solo vamos a ver la sombra de las piernas de los secuestradores para ponernos en las mismas circunstancias que los secuestrados.

En definitiva, Isaac el pirata Edición Integral.

Una obra de aventuras, en las que nos llevarán a escenarios muy variados, alrededor del mundo. Esos cambios de escenarios propician a su vez cambios de género literario, pues igual vamos a ver una obra de piratas, que una de ladrones o simplemente una historia costumbrista en la Francia del siglo XVIII. Dibujo muy peculiar pero con una potencia narrativa impactante, y con un sentido del ritmo sorprendente, que hace que nos sumerjamos en esas densas páginas y nos olvidemos de todo. Blain nos tiene a la espera de más historias de Isaac, pero a pesar de no estar cerrada, es una obra muy disfrutable y que merece la pena solo por lo que nos ha contado hasta el momento. Una oportunidad excelente de tener esta obra en un solo tomo con una relación calidad-precio insuperable (cinco tomos BD a 7 euros cada uno es un regalo).

Lo mejor: El sentido del ritmo de Blain. La caracterización de personajes, concretamente Alice. Los recursos narrativos que incluye.

Lo peor: ¡Maldita sea, Christophe, retoma la serie de una vez! XD