Comienza aquí una serie de especiales que nos muestran a los mejores personajes de Marvel desde la Edad de Oro hasta la actualidad, a través de los ojos de la gente común. Para este proyecto Kurt Busiek ha reunido a un increíble conjunto de autores para brindar un total de ocho puntos de vista sobre la historia de Marvel y sus héroes. Un recorrido dramático, inesperado y revelador a través del Universo Marvel, con una cornucopia increíble de creadores, desde la Edad de Oro hasta hoy, a través de los ojos de personas ordinarias.
Mira que suelo abominar de productos basados en apelar a la nostalgia, tachándolos de oportunistas y engendros nacidos del marketing, pero es ver una portada de Alex Ross con la cabecera de Marvels y se me va la mano a la cartera. Pocas cosas hay en los cómics tan ancladas al pasado que sean capaces de despertar en mí esa devoción, ese regreso a la tardía juventud en que leí Marvels por primera vez (y tarde) y me quedé maravillado ante ese mundo de prodigios, de dioses caminando entre humanos. El sentido de maravilla que desprendían sus páginas sólo podía ser fruto del amor desmesurado que sus autores profesaban hacia este universo y los personajes que lo pueblan. Es muy cierto que a Kurt Busiek y Alex Ross (Marvels, Marvels: Epílogo) les ha salido muy rentable la jugada, habida cuenta de la cantidad de obras derivadas que han surgido a la estela de esa opera prima conjunta, pero no es menos cierto que ninguna ha estado a la altura de ella, salvo, tal vez, la nueva miniserie que hoy nos ocupa.
Este Instantánea Marvels no es realmente una miniserie al uso, sino una serie de especiales unitarios (one-shots, que dicen cruzando el charco), cada uno de ellos dedicado a personajes y momentos emblemáticos del Universo Marvel pero, al igual que en la obra seminal, desde el punto de vista del ciudadano de a pie. La serie la inaugura Namor, uno de los primeros superhéroes de la primigenia Marvel Comics, de cuando aún se llamaba Timely. Como miembro del supergrupo Los Invasores, Namor participó en la Segunda Guerra Mundial en el bando aliado, junto a otros clásicos de la época como el Capitán América y la Antorcha humana original. Estamos en 1946, y Namor mantiene una curiosa relación sentimental con la policía de Nueva York Betty Dean, quien le acompañó de manera más o menos estable durante el conflicto bélico. En esta historia, el guionista televisivo Alan Brennert y el dibujante superestrella Jerry Ordway exploran las consecuencias que la guerra puede tener en la mente de aquellos que la presencian en primera persona. No sólo los hermanos de Betty sufren secuelas físicas y psicológicas a raíz de su estancia en el frente europeo, sino que veremos que el propio Namor no salió completamente indemne de aquello.
Pocos cómics hemos podido leer escritos por Alan Brennert (Batman: Black & White 2) , pero hay que reconocer que domina el lenguaje narrativo y conoce a los personajes. Aquí tenemos al Namor clásico que intenta congraciarse con los habitantes de la superficie, en parte debido también a su condición de medio humano, pero que no termina de comprender cómo somos capaces de sentir tanto odio por nuestros semejantes. Su amiga / novia Betty, consciente de lo imposible de una relación sentimental con alguien que podría llegar a vivir 600 años, intenta al menos convertirse en lo que le mentenga anclado a su parte humana. Son estos dos conflictos, el del estrés post-traumático de la guerra que sufre Namor y el sentimental que sufre Betty, los que darán forma a una historia en la que no faltará la acción, gracias a la aparición de un villano de segunda proveniente de aquellos primeros años de la editorial. ¡Ah, y con estrellas invitadas!
Si el guion de Brennert es digno de elogio, me faltan palabras para alabar el trabajo de Jerry Ordway (La Noche Más Oscura, El Poder de Shazam). Uno de los últimos grandes autores clásicos que siguen manteniendo un pulso tan firme como hace 30 años, Ordway fue una figura fundamental en la DC Comics de la segunda mitad de los ochenta y principios de los noventa. No sólo entintó a George Pérez en las Crisis en Tierras Infinitas, sino que también dio forma a la saga de la Muerte de Superman, entre otros muchos trabajos. Su estilo clásico, limpio y con gran profusión de detalles me ha dejado, literalmente, con la boca abierta. Es raro encontrar a un artista de este calibre que no sólo componga una página con un sabor inconfundiblemente clásico, sino que además se preocupe por dibujar los fondos en prácticamente todas las viñetas. Puede parecer una tontería, pero no hay muchos dibujantes hoy que se tomen tantas molestias para dibujar los fondos.
La segunda historia de Instantánea Marvels está dedicada a Los 4 Fantásticos, para ser exactos a Johnny Storm, la Antorcha Humana. La primera página del tebeo, que muestra un noticiero televisivo que nos ubica temporalmente hablando de la desaparición de Jennifer Walters, Hulka, tras el ataque de Los Vengadores en la Zona Roja. Pasamos ahí a conocer a Dorrie Evans, la primera novia de Johnny, que va a ser entrevistada por un reportera de televisión con motivo del regreso de éste a Glenville, la ciudad en que viviera sus aventuras de Strange Tales. En esta historia, Johnny y Sue Storm, nativos de Glenville, son retratados como unos héroes locales, contando incluso con un museo dedicado a recopilar sus aventuras. Y al celebrarse los 10 años de la graduación de la promoción de Johnny, el regreso del cerillita a su pueblo es todo un acontecimiento. ¿Pero estará Johnny a la altura de su reputación? ¿Seguirá siendo el chulo insufrible y rompecorazones que era en el instituto? Varias sorpresas nos aguardan en esta fiesta de aniversario.
Evan Dorkin (Los más divertidos del mundo) y su compañera Sarah Dyer (Action Girl Comics) se unen aquí al dibujante Benjamin Dewey (Tierras Otoñales, también con Kurt Busiek) para darnos, una vez más, un chute de nostalgia, esta vez en forma de recuerdos de instituto, a través de entrevistas a la propia Dorrie y al resto de compañeros de instituto de Johnny Storm. Un guion que destila verdadero amor y pasión por la Antorcha Humana, y un dibujo no tan perfecto y limpio como el de Ordway, pero con el mismo aroma a clásico de la vieja escuela (pese a la gran diferencia de edad entre ambos autores, alrededor de 40 años) convierte esta segunda entrega de Instantánea Marvels en un gran añadio a la mitología de Marvels y de Los 4 Fantásticos.
Kurt Busiek y Alex Ross se han vuelto a reunir para contarnos más historias de ese viaje al pasado que fue Marvels: Busiek se ha encargado de atraer a los nuevos equipos creativos, mientras que Ross nos deleita una vez más con sus maravillosas portadas pintadas. Estas historias de Instantánea Marvels dedicadas al Hombre Submarino y los 4 Fantásticos se han convertido de manera automática en clásicos por derecho propio. Una fabulosa iniciativa que no deja de darnos grandes satisfacciones. Y que no pare.
