Hubo un tiempo en el que Hulk era La Masa. Un gigante verde de 3000 kilos y el cerebro de un gorrión. Todo recuerdos de unos cómics que se publicaron hace mucho en nuestro país y que ya habían quedado en poco más que el olvido.

Pero Panini está haciendo una gran labor de recuperación del pasado, algo que es muy de agradecer ya que es una forma en la que los lectores más recientes podrán acceder a ese material y ver cómo eran sus personajes antes del éxito cinematográfico.

Claro está que en el caso de los grandes tomos de Marvel Heroes hay que asumir que el coste es algo elevado, prácticamente cincuenta euros, lo que no está al alcance de todos los bolsillos y menos de forma asidua. Aunque viendo el formato cuidado, con tapa dura, a todo color, las casi 800 páginas y dar etapas completas, entonces el esfuerzo es un poco menos doloroso de hacer.

En este caso se recoge el trabajo de Roger Stern al frente de Hulk, un autor que es en sí mismo toda una leyenda del mundo del cómic. Considerado parte de la tercera ola de Marvel Comics entró en la empresa en 1975 poniendo sus letras al servicio de Spider-Man, Los Vengadores y creando a la Capitana Marvel (posteriormente Fotón) y a El Duende, además de pasar luego también por la Distinguida Competencia y de forma más reciente en Egmont y Panini UK.

Sus guiones para Hulk pecan en ocasiones de repetitivos, es cierto, pero no hay que olvidar que estamos ante un personaje que de forma básica no deja de ser un forzudo venido a más. Esto hace que en gran medida una trama tras otra consista en enfrentarle con seres grandes, o violentos, o similares, lo que también es una de las señas características de este desde sus comienzos.

Aunque igual de característico desde el principio es lo extraño de sus villanos que han ido desde extraterrestres a dioses, pasando por seres excéntricos, un buen número de personas mutadas por la energía Gamma y, lo más importante, él mismo.

La eterna dualidad Bruce Banner-Hulk y viceversa, una constante a lo largo de toda la vida del personaje y que comienza a tomar aquí un camino diferente. Se torna este tema en algo más complejo y oscuro, con unos tintes psicológicos que con el paso de los años irán a más convirtiendo a Hulk en una de las más interesantes creaciones de Marvel Comics. Al menos si cae en las manos de un buen artesano que sepa ir más allá de lo superficial, rompiendo las distintas capas para ahondar más y más en lo que no deja de ser un hombre luchando contra él mismo.

Roger Stern firma una de las etapas más recomendables de la historia de este anti héroe, pero (y es un pero importante) solo es recomendable para seguidores del mismo. Lo que encontraréis en este tomo os enganchará o repudiará a partes iguales, todo depende de si conocéis de verdad a Hulk o pensáis que solo es un bruto con la piel de color verde.

Y Hulk nunca ha sido solo un bruto con la piel de color verde.