Si ya hemos citado que Peter Parker somos nosotros, o un nosotros de alguna otra realidad, también es cierto que por eso mismo muchos de los sucesos que le pasan sirven para abordar las preocupaciones de la juventud de la época. Aunque no hay que olvidar que los temas tratados por Stan Lee y el resto de compañeros que le sucederán en su labor viene encuadrados por la realidad social americana.
En este punto hay que citar la historia en la que los caminos de Spider-Man y Kingpin (Pánico en la universidad Spider-Man nº 43 Bruguera) se cruzarán, pero donde lo realmente interesante y de relevancia ocurre alejado de la vida heroica de nuestro chico en mallas. Durante, además de antes y después, el enfrentamiento del arácnido con el villano se puede ver que en la universidad donde estudia Peter Parker están sucediendo una serie de manifestaciones para lograr que una sala, casualmente en la que se exhibe una poderosa tablilla que busca Kingping, sea transformada en viviendas económicas para los estudiantes. Es curioso pensar que tantos años después y además en un país distinto como es el nuestro la preocupación de la vivienda, su precio y la imposibilidad de los jóvenes para poder comprar una sea el pan nuestro de cada día.
Otro de los momentos clave de este súper héroe que hay que tener en cuenta como reflejo de las inquietudes de la sociedad y, más concretamente, de la juventud es la excelente trilogía en que se aborda el tema de las drogas y no solo como algo marginal, ya que cualquiera puede caer en sus redes.
Para esta historia tenemos que ir hasta 1971. Nos encontramos con un momento en que América estaba en cambio. La guerra de Vietnam había causado estragos en su moral y como respuesta a ello se empezaron varios movimientos y formas para intentar encontrar de nuevo el american way of life. Prueba de ello podría ser la cantidad de gente que se desplazó hasta Woodstock en 1969 para el legendario festival de rock que allí se realizó.
En esta ocasión el trasfondo social y todo el drama viene encuadrado por los personajes secundarios que rodean al personaje, con un mayor pesar ya que se trata del hijo del que será su mayor enemigo. Harry Osborn es el heredero de la locura y el terrible legado de su padre, Norman Osborn, que se ocultará tras una máscara de carnaval y el terrible nombre de El Duende Verde. Spider-Man tendrá que enfrentarse, al igual que en innumerables veces a lo largo de su historia, con este villano pero los que realmente pagan las consecuencias son sus amigos y allegados, en este caso al pobre Harry le caen palos por ambos lados ya que (aunque no lo sepa) tiene relación con ambos personajes.
Un punto interesante a considerar, que no se trató en demasía en su momento y se ha comentado con el devenir de los años, es el poco aprecio que Norman sentía por su hijo; algo que podemos ver en el cómic unitario Los diarios del Duende Verde cuando Harry decide ponerse el disfraz de su difunto padre. Hoy en día esto habría tenido una mayor relevancia en la historia a desarrollar, aprovechando para hablar del maltrato y abusos que podría haber sufrido el hijo de Osborn, aunque este es un tema que queda solo a especulación, al menos de momento.
