Todos los lectores de cómic alguna vez hemos tenido en nuestras manos un ejemplar de las aventuras de este conocido personaje y, seamos sinceros, nos ha gustado. Spider-Man nos gusta, nos gustaba y nos gustará. Eso era cierto con su primera aparición en el Amazing Fantasy 15 y lo sigue siendo hoy.

¿Quién es Spider-Man?

Vamos a remontarnos un poco al pasado, aunque ya lo sepamos no viene mal recordarlo.

Spider-Man es un personaje que salió de la cabeza de Stan Lee, junto a la necesaria labor gráfica de Jack Kirby  y Steve Ditko (tema complejo. Leed este libro), al que decidió meter casi de relleno en una serie que estaba terminando (y en gran parte por empeño de su esposa). El éxito del Hombre Araña fue increíble, tanto que comenzó casi inmediatamente su andadura en solitario al frente de una cabecera con su propio nombre e incluso convirtiéndose en el emblema de la Marvel Comics durante décadas, lugar que hoy comparte con las siempre exitosas aventuras de la Patrulla X y sus allegados.

Es un pobrecillo. No hay otra de definirlo. Desde el comienzo de sus aventuras se nos muestra como un chico tímido, en parte marginado por sus compañeros de colegio y vilipendiado por ellos. Es inseguro con las chicas y se dedica más a estudiar que a otra cosa. En su personalidad de Peter Parker, la que se esconde bajo la máscara, no es otra persona que nosotros mismos y ese fue el acierto de Stan Lee.

Adolescencia y picadura de araña

Parker es adolescente y al igual que nos pasó a todos, se encuentra de repente con un gran número de cambios tanto en su cuerpo como en su vida. Tendrá que comenzar a enfrentarse a la realidad desde la perspectiva de un adulto y abandonar de una vez el refugio que era el regazo de su tía May, o la madre preocupada y temerosa de que nos pasara algo que en más de una ocasión teníamos encima cuando volvíamos de la escuela con una herida en la rodilla o un moretón en el rostro.

Al igual que muchos de nosotros este joven no se encuentra entre el grupo popular y lo tildan de raro, al contrario que ellos que se dedican a ir al pub y a los partidos (que hoy podríamos encontrar un equivalente a las discotecas y tragarte mierdas en televisión). En el fondo no es distinto de ellos ni es mal chico, pero simplemente el cambio para ser adulto está tardando algo más en llegar. Esa confianza que adquirimos en nosotros mismos tras los procesos que sufre nuestro cuerpo para asentarse, no ha llegado todavía pero lo hará y de la forma más explosiva posible.

De pronto un día en una conferencia sobre radiación atómica (no olvidemos que esto es un cómic de ficción y además estamos en los sesenta) recibirá la mordedura de una araña y esto alterará por completo su vida. Dicho en otras palabras, su cuerpo comienza a cambiar y Peter Parker pasará de ser un niño inseguro y temeroso del resto de muchachos a ser uno más del grupo, a tener confianza en sí mismo y por fin tomar valor para hablar con las chicas; esto último no es tanta tontería como parece ya que, al igual que a nosotros, gran parte de la vida del Hombre Araña ha girado alrededor de su relación con las mujeres ya sea su tía May, su esposa Mary Jane o la preciosa Gwen Stacy.

La transición se produce justo en ese momento en que la araña le picó. De pronto se despertó un día y se encontró con que ya no era un niño, durante el resto de su vida sería un hombre y como tal tenía una serie de responsabilidades y deberes que debería cumplir como tal. La ejemplificación de todo esto la tenemos en la bien conocida frase “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” que le dijo su tío Ben (en continuidad ajustada), que fallecería por culpa de una imprudencia suya o así es como el siempre lo ha querido entender. Siempre ha sido el héroe más humano de todos y en circunstancias así (y tristemente lo sé por mi propia experiencia) no puedes evitar culparte, al igual que lo hará de otras tantas desgracias que pasarán en su vida.