Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Escuadrón Suicida: Misil a Rusia

Escuadrón Suicida: Misil a Rusia
Guion
Rob Williams.
Dibujo
Philippe Briones, Diógenes Neves, Germán Peralta, Brent Schoonover, Will Conrad.
Tinta
SCott Hanna.
Color
Gabe Eltaeb.
Formato
Rústica, 112 págs color.
Precio
11,50€.
Editorial
ECC Ediciones. 2019.
Edición original
Suicide Squad v5 #47-50 (DC Comics).

La vida del completista/coleccionista de cómics hoy día es francamente difícil. Para seguir una serie hay que estar muy atentos, como es el caso que hoy nos ocupa, puesto que ECC ha publicado el final de la colección Escuadrón Suicida, que había publicado previamente en formato grapa, en este Escuadrón Suicida: Misil a Rusia, con un número 25 que solo vamos a ver en la caja con el código de barras de la portada, y que se continúa con el número 24 que fue la última grapa publicada. En este tomo tenemos los últimos cuatro números de la serie, una vez pasados los números del crossover con Aquaman publicados en el último tomo de su serie con todos los números de ¡Hundid Atlantis! ¿Seguís conmigo o ya os habéis perdido? XD. Sea como sea, mejor un tomo con estos cuatro números en lugar de dejarlos colgados, pero con dos grapas más habríamos tenido todo el volumen en el mismo formato.


En este tomo vamos a tener un número fill-in con una misión de Capitán Bumerán en su país, y un arco argumental que da título al tomo, y que lleva al Escuadrón a Rusia a rescatar a una Amanda Waller que había sido apresada, con unos acontecimientos que tienen relación directa con aquella misión del Escuadrón en la que contaron con la participación del propio General Zod allá por el número 10 de la edición en grapa de ECC.

Tengo que reconocer que me ha costado entender al guionista en ese primer número del tomo, en el que Bumerán es un agente secreto del Gobierno australiano, y que no deja de ser una parodia de las novelas/películas de James Bond. Eso sí, una parodia más cercana al Agente Contrainteligente de Sacha Baron Cohen que a las novelas de Fleming, por ese patán que es Digger Harkness. Lo mejor de este número es la recuperación en Renacimiento de un personaje del Universo DC al que le había cogido cierto cariño en su día, aunque finalizando la serie en el número 50 , me temo que va a ser una reaparición sin demasiada repercusión. El tiempo lo dirá.


En cuanto al arco argumental de tres números (con el último número de doble extensión), Rob Williams juega bastante bien con todo el conflicto psicológico de Rick Flag y su culpabilidad con respecto a algunos compañeros perdidos en combate, y cómo los enemigos aprovechan esa culpabilidad para enfrentar al militar a la propia Waller. Es muy sutil y puede pasar desapercibido en una serie tan palomitera como es esta, pero el guionista se encarga de ir introduciendo pequeñas escenas de discusiones con compañeros del grupo para ir mostrando la progresiva fragilidad mental del personaje hasta llegar al conflicto con Waller. La serie hubiera merecido un cierre más formal, y no ese fin de misión sin más, pero bueno, teniendo en cuenta que vamos a tener película del grupo en 2021 no debe hacerse esperar demasiado el anuncio de un nuevo volumen de la colección.

En cuanto al dibujo, lo propio de las series que no son superventas en DC, un tomo con cuatro números en el que participan cinco dibujantes diferentes. Es verdad que Briones se encarga del número 47, Neves del 48 y 49 y es el 50 en el que participan tres dibujantes diferentes. En su defensa decir que es un dibujo más o menos homogéneo, sin cambios de estilo demasiado bruscos o diferentes entre sí. Ni siquiera el número 50 con sus tres dibujantes tiene cambios demasiado marcados.


En definitiva, Escuadrón Suicida: Misil a Rusia.

Cierre del último volumen, hasta el momento, de Escuadrón Suicida. En un número tan redondo como el 50 y con un número doble, y que sirve de cierre para un interesante arco argumental con mucha acción y retomando hechos vistos en los primeros números de la serie tras Renacimiento. La serie ha tenido una carrera algo irregular con una influencia, me atrevería a decir, negativa de la película que ha provocado cambios continuos en fórmulas editoriales (la publicación bimestral no le sentó nada bien) y de equipos creativos alternantes. Al menos ha tenido a Rob Williams los cincuenta números de este volumen, a excepción del arco argumental Los elegidos (#33-34) que escribió Simon Spurrier, y eso es algo de agradecer, puesto que ha mantenido un tono constante y ha tratado siempre a los personajes de manera correcta. También se ha notado en las subtramas y en tramas recurrentes como hemos comentado en este mismo tomo con el supergrupo ruso de principios de la serie.

Lo mejor: Por hiperparódico, exagerado y sinvergüenza, el primer número con el Capitán Bumerán.

Lo peor: En ese mismo número, el miedo a que el personaje que han recuperado no tenga la más mínima repercusión en el resto del Universo DC.