Pia Guerra, conocida sobre todo por ser la dibujante de la aclamada serie Y El Último Hombre, estuvo en Barcelona el pasado mes de mayo, con motivo del Saló Internacional del Cómic de Barcelona, invitada por ECC Ediciones.

Aprovechamos su presencia en Barcelona para entrevistarla.

¿Cuándo decidiste que querías ser dibujante?

Desde que era muy joven, en cuanto fui capaz de sujetar un lápiz. Mi madre siempre cuenta la historia de cómo yo dibujaba en las paredes, así que me compró cuadernos de dibujo y me animó a que dibujara en ellos en vez de gritarme, lo que estaba muy bien. Seguí haciéndolo, y no fue hasta que cumplí diez años, cuando que leí mi primer cómic, cuando me di cuenta de que podía contar historias con mis dibujos. Era mucho más interesante que hacer dibujos en un cuaderno de bocetos. Fue muy emocionante, y desde entonces seguí haciéndolo.

¿Tuviste en tu infancia algún género favorito?

Cuando empecé a leer cómics, el primero que leí fue uno de los X-Men, y me encantó. De niña leía Batman, y la Liga de la Justicia, y veía cosas en la televisión, y con esos tebeos me di cuenta de que podía contar historias con mis dibujos. Fue la primera vez que me metí realmente dentro de un cómic. Y de ahí pasé a los Teen Titans, Daredevil, más X-Men… en su mayoría superhéroes, que me gustaban por alguna razón.

¿Qué habrías sido, de no ser dibujante de cómics?

No tengo ni idea, ya me sorprende bastante haber llegado hasta aquí. Mi primo vino a verme desde Queens, cuando yo vivía en Toronto, y se dejó unos tebeos de X-Men en la mesita de café. De no ser por ese descuido no habría empezado nunca a leer cómics y no estaría hoy aquí. No sé qué habría hecho, probablemente me habría dedicado a la arquitectura o algo igual de tonto. Estoy muy contenta con dónde estoy ahora mismo.

¿Prefieres dibujar cómics o hacer ilustraciones?

Desde hace muchísimos años me ha encantado dibujar cómics. Creo que después de hacer Y, quise tomarme un descanso porque llevaba mucho tiempo haciéndolo. Así que últimamente he estado haciendo más ilustraciones sueltas, carteles para grupos de teatro locales, a veces storyboards. He intentado volver a dibujar arte secuencial en cómics, pero me cuesta porque mi cuerpo no quiere hacerlo, sigue luchando contra mí, pero volveré a hacerlo algún día. Se trata de encontrar esa chispa, esa felicidad que obtienes de ello. Ahora mismo la felicidad está en otros sitios, y quiero hacer esas cosas.

¿Dónde te gustaría jubilarte?

Oh, cielos… Hay una lista. En lo más alto está Hawaii, que es precioso y me encanta. Barcelona ocupa el segundo puesto, viví aquí cuando era niña, sólo unos meses. Tal vez Londres, porque es muy emocionante, me encantan los museos, los teatros, las galerías de arte, la cultura… todo lo que me gusta está allí. A lo mejor Nueva York, pasé mucho tiempo allí cuando crecía. Pero sí, es toda una lista (RISAS).

¿Cuáles eran tus influencias de niña, a quién te hubiera gustado parecerte?

Desde un inicio, yo diría que George Pérez, su trabajo en Teen Titans era precioso. Me hubiera encantado dibujar igual de bien. Tuve mucha suerte de descubrir a otros artistas con el tiempo, porque pensar que para alcanzar ese nivel de talento había que dedicar muchas horas de trabajo, me habría frustrado desde un principio y lo habría dejado. Había otros muy buenos, como Barry Windsor Smith, y John Romita Jr. Ésos eran mis favoritos, pero todo empezó con George Pérez.

¿Quién es tu mejor amigo en la industria del cómic, y con quién te gustaría llevarte mejor?

Tengo un par de buenos amigos en la industria del cómic. Shane McCarthy es un escritor australiano con el que he trabajado en algunas cosas, y tengo una muy buena amistado con Richard Starkings, que es un editor en Comicraft y nos vemos mucho en convenciones. Es lo interesante de trabajar en el mundo del cómic, que tienes amistades muy cercanas con gente a la que sólo ves tres o cuatro veces al año y en otras ciudades, nunca en la tuya. Así que siempre nos emociona poder ir a una de estas convenciones, para poder ver a nuestros amigos. Luego está Joey, que es la modelo para uno de mis personajes, y nos seguimos encontrando en convenciones, es una chica increíble. Hay muchísima gente maravillosa, es una lista muy larga. ¿Y a quién me gustaría conocer mejor? ¡Josh Whedon, me encanta su trabajo! Me he encontrado un par de veces con él, pero muy brevemente. Me encanta todo lo que hace, me gustaría poder trabajar con él, es fantástico. Está ahí en lo alto junto con Brian (K. Vaughan) en la lista de autores que avivan mi imaginación.

¿Hay algún personaje o alguna serie que nunca dibujarías?

Cielos… Probablemente. A ver si me viene algo a la cabeza, y si puedo decirlo sin emplear términos negativos… No se me ocurre ninguno.

No tiene necesariamente que ser algo que no te guste. Sólo algo para lo que no te ves capaz o con lo que no te sientas conectada.

Ah, bueno (PIENSA). Mente abierta… Crepúsculo, nunca haría eso.

¿Crepúsculo? ¿En serio?

Sí (RISAS). Nunca me han preguntado esto antes, así que es difícil responder.  Déjame pensar en eso… No se me ocurre nada más.

No pasa nada, creo que Crepúsculo es una respuesta bastante buena para nuestros lectores.

Sí, no me gusta en absoluto.

¿Te reconocen mucho en las convenciones?

En las convenciones sí, pero fuera de ellas soy totalmente anónima, y eso es genial. E incluso a veces, en las convenciones le doy la vuelta a mi tarjeta y nadie sabe quién soy. Pero si estoy detrás de una mesa con un letrero que lleva mi nombre, entonces sí (RISAS). Pero está bien, lo genial de esta industria es que hay gente que te reconoce, pero no todo el mundo. Me gusta hablar con gente a la que le gusta lo que hago, pero no que me acechen, eso da miedo. Es como las estrellas de cine, no me gustaría vivir así.

Tus primeros años como artista son bastante desconocidos para el gran público. ¿Qué nos puedes contar de tus inicios?

Hubo muchos cómics independientes. Por aquel entonces intentaba introducirme en este mundo justo cuando empezaba a echarse a perder. Todo el mundo empezaba a ganar mucho dinero con los cómics, y nacían muchas editoriales que pensaban que también podían tener éxito. Conseguí trabajo en un par de ellas, y algunos de los cómics que hice no se vendieron bien, o perdieron dinero. Así que fueron unos años difíciles porque había que pagar el alquiler y las facturas y tenía que trabajar a media jornada. Hacía cómics pequeños o storyboards para anuncios de televisión, ilustraciones para libros técnicos y manuales. Hice una carpeta de trabajos y la enseñaba a las grandes compañías. Así es como conocí a Heidi McDonald en 1997, que me pidió que le enseñara más cosas y que hiciera unas pruebas. Tardé unos años, hasta el 2000, en el que…

De repente llega “Y”, y con él el éxito, buenas críticas… ¿Cómo llevas este repentino reconocimiento?

Ayuda mucho el que no me reconozcan por la calle, si no sería demasiado abrumador. Fue una sorpresa maravillosa porque cuando salió el cómic por primera vez pensamos que tendríamos suerte si llegábamos a los cinco números. Que nos iban a cancelar, las crifras serían muy bajas… así que mejor ser realistas y hacerlo lo mejor que pudiéramos. Pero el boca a boca funcionó y se convirtió en algo enorme. No nos lo esperábamos, nos sorprendió. Hay veces en que pienso en ello, pero otras estoy demasiado ocupada como para pensar en ello. No fue hasta casi el final, que empezaron a invitarnos a ir a otros países, nos llegaba correo de todo el mundo… Estábamos esperando el latigazo, a la parte negativa, porque eso siempre ocurre. Y Brian y yo estábamos preparados para eso, y nos preparábamos… Pero nunca llegó a pasar, así que aún lo estamos esperando, el que empiecen a odiarnos. Todo lo que ha salido de esto es una bendición, es una sorpresa maravillosa, y nos sigue sorprendiendo cada día.

Recientemente hemos visto trabajos tuyos relacionados con Doctor Who, así que la pregunta es obligada: ¿David Tennant o Matt Smith?

Oh, cielos… Yo era una fan integral de David Tennant hasta que vi a Matt Smith. Me encantan los dos por diferentes razones. Creo que David Tennant tiene una energía maravillosa que irradia de él, y tiene muchísimo talento. Pero cuando vi a Matt Smith tenía un enfoque completamente diferente, en plan “no sé por qué me gusta este tío”, pero luego te das cuenta de que está conectado con algunos de los primeros doctores, como Hartnell, como el Tercer Doctor, y tiene esa energía de los años sesenta, con los pies en la tierra, conduciendo ese bus EW por la campiña inglesa. Cuanto más Matt Smith era, más disfrutaba sus episodios. Las dos primeras temporadas fueron estupendas, encajaba perfectamente en el papel, pero los guiones iban en direcciones muy raras, era muy molesto. No sé, me encantan los dos, no sabría decir cuál es mi favorito. También está Tom Baker, al que recuerdo de cuando era niña.

Para acabar la entrevista, sometimos a Pia a nuestro “desafío de un minuto”, y se marcó uno de sus personajes estrella de Y El Último Hombre: