Es la hora de las tortas!!!

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Entrevista con Mike Carey en el Salón del Cómic de Barcelona

Mike Carey es otro autor típicamente etiquetado como “británico que escribe Lucifer y otras cosas de Vertigo“. Pero sería injusto quedarnos ahí. Si bien es cierto que es más conocido por estas obras, no podemos obviar sus trabajos en Marvel o sus interesantes historias cortas como Creo en Frankie.

El pasado Saló del Cómic de Barcelona le entrevistamos, aprovechando que ECC Ediciones le había invitado para promocionar su The Unwritten, y aqui tenéis el resultado:

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Empecemos con unas preguntas personales. ¿Cuándo decidió convertirse en un escritor profesional?

No creo que fuera una decisión que tuviera que tomar. Quería contar historias, siempre he querido contar historias. Siempre lo he hecho, como un hobby. Incluso de niño, les contaba historias a los niños más pequeños de mi familia. Le dibujaba cómics a mi hermano menor, David. Ya en mi adolescencia, empecé a escribir novelas. Novelas tontas, sin estructura y poco originales. Pero las escribía sin parar y empecé a enviárselas a las editoriales. Era algo que hacía porque era intrínseco a mi naturaleza. Mi trabajo era la enseñanza, y fue una sorpresa cuando llegué a ganar suficiente dinero escribiendo como para dejar de enseñar. Yo quería escribir, no me lo había planteado necesariamente como una profesión.

¿A qué se habría dedicado de no haber sido un guionista de cómics y novelista?

Probablemente seguiría enseñando. Disfruto enseñando.

¿En un instituto?

Sí, trabajaba con chicos de edades entre 16 y 18 años. Lo llamamos Sixth Form College en el Reino Unido, justo antes de la Universidad.

¿Dónde le gustaría retirarse (esperemos que no demasiado pronto)?

En algún lugar del norte de Europa. Fantaseo mucho con Francia, Asturias… Algún lugar que sea más tranquilo y no tan densamente poblado como el Reino Unido. En el Reino Unido, vayas donde vayas, especialmente en el sur, estás rodeado de gente. Me gustaría vivir en un lugar tranquilo y poder descansar. Pero a mi esposa no le convence esta idea, así que probablemente me jubilaré en Londres (risas).

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¿Quiénes fueron sus influencias como amateur, de joven?

Mi primera influencia fue Enid Blyton. Los famosos Cinco, Noddy en Toyland, El árbol lejano (The Faraway Tree)… El árbol lejano me fascinó de niño. Es la historia de unos niños que encuentran un árbol en cuya copa hay otro mundo, pero sólo está ahí durante un día, y si aún estás ahí al final del día, el mundo se había movido, y pasarían años hasta poder volver.  Ese tipo de fantasías que leía de niño fueron una gran influencia. Cuando crecí descubrí a Mervyn Peake, el escritor de la trilogía de Gormenghast. Era un escritor británico de fantasía de los años 50, de la misma generación que Tolkien. Todos esos grandes escritores británicos me influyeron,  también mucha ciencia ficción americana, como Roger Zelazny, Isaac Asimov… y toneladas de cómics. Creo que mis tres principales influencias, sin duda, son Alan Moore, Neil Gaiman y Grant Morrison, los tres guionistas británicos que invadieron América y facilitaron que el resto de nosotros fuéramos detrás.

¿Quién es su mejor amigo en la industria del cómic, y con quién le gustaría llevarse mejor?

Mi mejor amigo es definitivamente Peter Gross, el artista de Lucifer y The Unwritten. Nos llevamos extremadamente bien y cada uno saca lo mejor del otro. Y… ¿con quién me gustaría llevarme mejor? Me llevo bien con todo el mundo (risas). Hay artistas con los que me gustaría trabajar. Hay un artista francés, David B, que hizo Epiléptico, y es un artista sorprendente.

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¿Hay algún personaje o serie que jamás escribiría, que se negaría rotundamente a escribir?

Probablemente muchos. Hay varias series que he rechazado. Cuando relanzaron hace unos años Alpha Flight, los superhéroes canadienses, el editor me preguntó si quería probar, y le dije que sí. Pero pensé y pensé y no tenía nada. No sentía ninguna conexión con esos personajes, así que tuve que decirle que buscara a otra persona. Tienes que sentir que hay algo que puedas hacer, que hay algo que puedas poner encima de la mesa. Con X-Men había personajes que estaba deseando escribir.  Elegí un equipo al que sentí que podía poner voz, con el que sentí que podía hacer cosas interesantes con sus relaciones…

¿Le reconocen mucho en los salones de cómic?

No, creo que es difícil reconocer a los escritores. A no ser que seas J.K Rowling o Alan Moore nadie te conoce. Esto es lo bueno de trabajar en cómics, puedes ser un poco famoso durante un par de días cuando vas a la convención y el resto del tiempo estás libre.

Vamos a hablar ahora sobre su obra. A principios de los 90, trabajó para Malibu, haciendo cómics sobre Ozzy Osbourne y Pantera. ¿Tiene algún tipo de afinidad a ese tipo de música o…

(Interrumpiendo, con risas) ¡No! ¡En absoluto! ¡Ni la más mínima! Lo que ocurrió es que yo había estado trabajando con un editor independiente británico, Apocalypse Comics, que dejaron el negocio porque cayeron en bancarrota, y no me quedó nada. Estuve intentando vender mi trabajo con varios editores. Entonces conocí a esta maravillosa mujer, Loreen, la esposa del artista Dave Dorman, que estaba intentando crear una agencia para creadores de cómics, y estaba enviando nuestro trabajo a editores americanos. Les mandó guiones míos a Malibu, y ellos le dijeron que estaban preparando un cómic sobre Ozzy Osbourne, y preguntaron qué pensaba yo sobre Ozzy, y ella dijo “¡Le encanta! ¡Es el fan número uno de Ozzy!” Ese cómic no estuvo mal. Pero el de Pantera… ojalá pudiera borrarlo del mundo. Es espantoso. Pero es que es una banda espantosa. No, no puedo decir eso, pero su música no me provocaba ningún sentimiento. Pero pienso que su música es espantosa. Me mandaron todos sus CDs, los escuché y pensé “¿pero qué *** es esto?”. Así que era simplemente un trabajo que pagaba facturas. Y como carta de presentación, podía ir a otros editores, enseñárselo y decir “tengo un libro”.

Lucifer surgió como un spin off de Sandman, aunque rápidamente encontró su propia voz. ¿En qué momento pasó este trabajo de secuela comercial a una serie personal escrita con tanta pasión?

Siempre fue un proyecto apasionante. Era un gran fan de Neil Gaiman, adoro Sandman. Y si lees Sandman y Lucifer, verás que hay muchos recursos narrativos y de estructura que he tomado de Neil. El momento en el que empieza a oírse mi voz, cuando dejo de canalizar a Neil, es el número 4, Born with the dead, el número en el que presento al personaje de Elaine Belloc, que acabaría convirtiéndose en un personaje clave. También es el primer número en el que Dean Ormston es el dibujante. Escribí el guión en un día, lo miré y pensé “vale, sé lo que estoy haciendo aquí”.

Además de Lucifer, trabajó con personajes de Neil Gaiman en Petrefax, Las Furias y en la adaptación de Neverwhere. ¿Le consulta en alguna ocasión o tiene libertad creativa en estas obras?

Cuando Lucifer se convirtió en un título mensual, Neil fue un asesor durante los dos primeros años. Podía leer los guiones, hacer comentarios, sugerencias… tenía derecho a veto, por si no le gustaba algo de lo que yo estuviera haciendo, pero de hecho nunca lo ejerció, nunca me dijo que no pudiera hacer nada. Hubo una vez que corrigió un diálogo, cuando Lucifer se encontró con Muerte. Hay un momento en el que Lucifer le dice “Tú no tienes ningún derecho sobre mí” y ella le responde “De todos modos, no sabría dónde ponerte”, y Neil dijo “Ella no podría decir eso. A diferencia del resto de Eternos, ella no tiene un reino. No hay un Reino de Muerte, como el Sueño, donde se lleva a la gente. No sabes dónde se lleva a la gente. Simplemente se los lleva a lo que sea que venga después”. También hubo un momento en el que quise escribir una historia sobre Rose Walker, pero Neil dijo que la iba a volver a sacar en Sandman, que era una historia que él quería terminar. Pero salvo esto, fue increíblemente generoso y abierto a todo lo que yo quisiera hacer. Fue genial trabajar con él.

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Tommy Taylor, el protagonista de The Unwritten, es un personaje claramente inspirado en Harry Potter.

¿Te lo parece? (risas)

Y las similitudes entre Potter y Tim Hunter de Los Libros de la Magia son obvias. ¿En algún momento se pensó hacer Unwritten con Tim Hunter?

No, nunca. Harry Potter no fue el punto de arranque, fue una herramienta necesaria. La idea básica de The Unwritten partía de alguien que era famoso como personaje de ficción en un libro de otra persona contra su voluntad. La inspiración vino de Christopher Robin, de los libros de Winnie The Pooh (ndr: Christopher Robin Milne era el hijo de A.A. Milne, escritor de los libros de Winnie The Pooh, y el niño protagonista de estos libros se llama Christopher Robin). Dijo que odiaba salir en los libros de su padre, y que sentía que le habían robado su infancia y le habían dejado nada más que la fama vacía de ser su hijo. Así que la inspiración inicial es Winnie The Pooh, pero con Harry Potter en la mezcla la gente dice “vale, lo entiendo”. Es un fenómeno mediático colosal, conocido mundialmente. Por supuesto que ayudó que Peter hubiera dibujado Los Libros de la Magia. Así, si alguien nos decía “Habéis robado a Harry Potter” nosotros podíamos contestar “¡No lo hicimos! ¡Robamos a Tim Hunter!” El estilo en el que Peter dibuja a Tommy es muy similar a Tim Hunter.

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¿Dónde se siente más cómodo, en obras largas como Lucifer o The Unwritten o en las más cortas como Faker o Creo en Frankie? ¿Cuál considera que es su obra más personal?

Cada cual tiene su propia voz, sus propias fortalezas y debilidades. Me encanta la narrativa de obras a largo plazo, están abiertas a muchas posibilidades. En series de seis o siete años de duración, tienes la oportunidad de contar las historias despacio, de ir escondiendo pistas, de ir planteando argumentos, y que todo se una años después. Es muy satisfactorio. Pero las series cortas también pueden serlo, todo depende de lo que estés intentando hacer en la serie. Siempre me han gustado ambos tipos de series.

Félix Castor, el personaje de sus novelas, de las que hasta el momento ha publicado cinco, ¿qué hay de John Constantine y de Lucifer en él? ¿Qué le impulsó a saltar del cómic a escribir novelas?

Hay un montón de Constantine en él. Si lees la primera novela de Castor (ndr: El Diablo Que Ya Conoces, publicada en castellano por Dolmen allá por 2008), él es John Constantine. Empezó a ser Félix Castor en el segundo libro (ndr: Círculo Vicioso, publicado por Timun Mas en 2011). El motivo es que yo estaba escribiendo Hellblazer cuando empecé a escribirlo, y lo utilicé como argumento con el editor, “va a ser así, va a tener este ambiente”. Así que es difícil diferenciar a Félix de John, ambos se dedican a lo mismo, viven en el sur de Inglaterra… no era por copiar a Hellblazer, es que era mi experiencia, así que tenía sentido como punto de arranque para Castor, al que posteriormente le di un montón de mi infancia, de cosas que viví cuando crecía.

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Sobre la película y el tráiler de la serie de televisión de Constantine, ¿cuál es su opinión, habiendo trabajado en la serie?

Me gusta la película. Lo que pasa es que no tiene nada que ver con Hellblazer. Es una buena película de horror/fantasía. Si te olvidas de Keanu, tienes a Tilda Swinton, que está maravillosa como el Arcángel Gabriel, a Peter Stormare, que hace un fantástico Satán… y tiene a Keanu y a Shia LaBeouf. Lo que no entiendo es por qué la llamaron así, por qué pagaron los derechos de Hellblazer, porque no tiene ningún contacto con Hellblazer. Sobre la serie de televisión… el tráiler tiene buena pinta, Matt Ryan queda muy convincente como John, cara, voz, gestos… me parece que la televisión es un hogar más apropiado para Hellblazer. Hay muchas cosas que no puedes hacer en una película: en una película tienes que entrar, hacer el trabajo y salir, es como una historia corta. Pero una serie de televisión es como una novela, o una serie de novelas.

Escribió la adaptación de La Sombra de Ender, la primera novela de Bean. ¿Trabajó con Orson Scott Card o fue un trabajo individual? ¿Qué le pareció la película de El Juego de Ender?

Orson Scott Card leyó el guión y, al igual que Neil, nos dio la aprobación. Marvel estaba haciendo mucho material relacionado con Ender por esa época, El Juego de Ender y La Sombra de Ender salieron más o menos a la vez, hay un par de spin-offs sobre Valentine… Orson no le prestó mucha atención a ese material, pero creo que le habría gustado lo que hice. A mí me gustó lo que hice, con Sebastian Fiumara, una gran elección de artista. Las escenas en la Tierra, de la pobreza de la infancia de Bean, tienen mucha fuerza. Pero las escenas de ciencia ficción posteriores también son preciosas. Estoy muy orgulloso de ese trabajo, y me encantan esos libros, El Juego de Ender y La Sombra de Ender. Pero en ambos casos las secuelas fueron cada vez más flojas. La Voz de los Muertos está bien, pero Ender el Xenocida es horrible. Y La Sombra de Ender es increíble, pero con los libros posteriores me perdieron.

Comics. Novelas. Videojuegos. Películas. ¿Hay algún medio con el que no se atreva?

Hay medios en los que trabajo mejor. No volvería a hacer videojuegos, ya lo he hecho tres veces y es suficiente para mí. Obras para radio he hecho un par de ellas. Pero mi zona de confort son los comics, las novelas y los guiones, aunque me encantaría escribir una obra de teatro. Eso es algo que nunca he hecho y me gustaría.

Siendo el propietario de los derechos de The Unwritten, ¿qué le hace seguir trabajando con DC como editor, cuando parece que la moda del comic adulto está tendiendo a Image comics?

Creo que esa tendencia se debe a que el contrato con Image es más abierto. En el contrato Vertigo es más difícil que los derechos reviertan a ti. Antes, pasado un tiempo después de que la obra hubiera sido editada, los derechos volvían a los creadores, pero ahora eso ya no ocurre automáticamente. Creo que sigo trabajando con Vertigo porque conozco a los editores, tengo buenas relaciones con ellos, consigo mejores acuerdos… así que no me planteo irme a Image. Aquí me siento como en casa.