Has escrito la “Trinidad” de DC Comics, que es Batman, Superman y Wonder Woman. Pero tus historias para Superman y Wonder Woman no han tenido tanto éxito como las que escribiste para Batman.

Creo que te equivocas. En realidad creo que las historias de Wonder Woman tuvieron mucho éxito. Las cifras de venta salieron durante mi etapa en Wonder Woman, y fue un éxito. Tenemos que compararlo con lo que vino después y lo que había salido antes. Lo que pasó después es que hubo un reinicio, con un número 1, y pasaron cuatro meses hasta que salió el número 2. Y tres meses más para el número 3. Si quieres comparar eso con mi etapa y decir que no fue un éxito, no estoy de acuerdo.

Superman fue otra cosa. Superman fue muy difícil de escribir, no encaja mucho con mi sensibilidad. Y eso pasó mucho también con 52. Para mí, 52 fue un trabajo devastador.

¿Fue más difícil escribir historias para Superman y Wonder Woman, dado que provienes de escribir novelas de género negro?

Creo que Wonder Woman no fue un problema. Pasé mucho tiempo pensando en el personaje, cómo quería escribir a Diana. No sé a qué te refieres cuando dices que tuvieron menos éxito.

No me refiero a que recibiera malas críticas, en absoluto, sino que tu etapa en Batman recibió mejores críticas.

Creo que es porque Batman es fácil de hacer. No se requiere una gran cantidad de talento para escribir Batman. Lo haces oscuro, haces que no hable mucho y sacas las cosas más oscuras que se te ocurran. Todo el mundo quiere sacar al Joker, pero no me pareció que fuera lo más inteligente. Creo que lo que mejor se puede hacer con el personaje es lo que está haciendo Scott Snyder. Creo que Scott está atrayendo mucha atención e ideas frescas. Pero, francamente, es muy fácil escribir un núnero de Batman. Y la gente ya está enganchada a Batman. Todo el mundo piensa que Batman mola. Tú piensas que Batman mola. ¿Alguno de vosotros piensa que Wonder Woman mola?

No tanto.

Ahí quería llegar. A la gente no le gusta Wonder Woman ni Superman tanto como dicen. El secreto para escribir una historia de Superman es que tienes que ponerle a prueba emocionalmente. No puedes ponerle a prueba físicamente. Creo que las historias que le ponen a prueba físicamente son aburridas, porque ya sabes cómo van a acabar: va a ganar. Nunca vas a poder matarle. Creo que Diana es un personaje aceptablemente difícil. Pasé mucho tiempo pensando cómo iba a enfocarla y cómo iba a escribirla. Y al final fue tan fácil escribirla como cualquier otro personaje, porque acabé conociéndola muy bien.

Creo que es muy, muy fácil convertirse en un favorito de los fans con Batman, porque a todo el mundo le gusta Batman, de todas formas. Es como los X-Men: puedes tirarte 10 años con historias verdaderamente mierdosas de los X-Men, que van a seguir estando en lo alto de la lista de ventas. La gente compra X-Men, sin importarle la calidad del tebeo tanto como dicen. Les importan que sea X-Men. Pero personajes como Superman o Wonder Woman son personajes que han sido tan diluidos y alterados que no ves un núcleo con el que trabajar. Superman necesita ser el mejor. El mejor como ideal. Se supone que tiene que ser lo que nosotros nos esforzamos por ser. Lo super no es que pueda volar, ni que sea a prueba de balas, ni que pueda ver a través de las paredes. Lo super es que es un buen hombre que hace el bien, y lo hace desinteresadamente. Ayer vi las noticias, y había gente manifestándose, y la policía decía que era ilegal reunirse. Pones a Superman en ese tipo de mundo y no encaja. Es duro ver a Superman en un mundo donde un terrorista se pone un chaleco y mata a gente. Es difícil para la gente ver a Superman en medio de una crisis económica mundial, donde a la gente que ha tenido que trabajar duro y hacer lo correcto, de repente les dicen “¿recuerdas ese futuro que te prometimos? Pues que te jodan. No vas a tenerlo”.

Con Diana la gente piensa “Oh, es demasiado perfecta”. Nada de eso: es un mito griego. Y si miras los mitos griegos, ninguno de ellos es perfecto, de eso se trata. Hercules es un capullo. En serio, es un gilipollas. Diana es arrogante. Es muchas cosas: es sabia, es bella, es graciosa, es poderosa, pero también es arrogante. Y al final del día duerme tranquila porque cree que tiene la razón. No creo tener una sensibilidad especial a pie de calle, por lo que he dicho antes. Siempre escribo desde el personaje. Siempre averiguo quién es. Suelen decir que no hay Bruce Wayne, sólo existe Batman. Bruce Wayne es un papel que Batman interpreta. No hay Superman, sólo Clark Kent. Todo lo bueno que hay en Superman proviene de Clark Kent. Diana sólo es Diana. Este personaje se ha roto de tantas maneras que ha dejado de ser divertido. Mira el Nuevo Universo DC. Han llegado al punto de ignorarlo todo y volver a empezar desde el principio. Eso también puedo hacerlo yo. El nuevo DC estaba basado en el hecho de que “Superman no mola lo bastante” y “Nadie entiende a Wonder Woman”. Mi opinión es que los dos son personajes en perfectas condiciones, y que nadie les ha dado la oportunidad de ser lo que verdaderamente son. Siempre están “Vamos a hacer de Wonder Woman la número 1, así que vamos a hacer un reinicio”. Eso no tiene ningún sentido. Creo que es estúpido.

De modo que no estás de acuerdo con la política de DC de empezar todo de nuevo, hacer un reinicio. ¿Crees que será permanente o que volverán al punto anterior?

Creo que es sólo cuestión de tiempo que vuelvan.

¿Cuánto tiempo les das?

Les doy otros dos o tres años. Podría equivocarme. Creo que el Nuevo 52 dejó claro que ya no quiere a gente como yo leyendo esos comics. El problema es que no quieren gente como vosotros leyendo sus comics. En los EEUU usan tablas demográficas para ver las ventas que quieren. Creen en un mítico varón de entre 18 y 35 años, y esa es la única persona que les importa, es para quien venden. Y por eso ponen a Batman manteniendo relaciones sexuales con Catwoman en lo alto de un tejado porque eso es lo que VOSOTROS los treintañeros queréis ver. ¿Pues sabes qué? Que vale, tengo 42 años y dos hijos, y no me interesa eso. Tampoco estoy seguro de que todo chaval de 18 años esté interesado en eso. Al final del día, cuando hablas de Marvel y DC estás hablando de corporaciones, estás hablando de personajes corporativos, y los personajes corporativos no valen para nada que no sea hacer dinero. No les importa la historia, no les importa su valor icónico, no les importa el hecho de que no puedas ir a ningún lugar del mundo sin ver a un niño con un logo de Batman en alguna parte. No les importa. Sólo les importa vender camisetas como ésa (señala mi camiseta de Daredevil) y ganar dinero con eso. Y en eso consiste el juego.

De modo que creen que con el reinicio del Universo DC tendrán a más gente leyendo sus comics. No hay nuevos lectores. Los lectores antiguos se están yendo. Lo único que DC quiere es ganar más dinero con esto. Creo que es grotesco, pero es lo único que quieren. No les importa si te gusta lo que hacen, con tal de que lo compres. Y dado que DC pertenece a Warner y Marvel es de Disney, los comics importarán cada vez menos dentro de esas grandes corporaciones en comparación con otras cosas que sacan, como las películas. La película de Los Vengadores va a hacer mucho por Marvel. Nick Furia ahora es negro. Pues hagamos que en el comic también sea así. Películas, camisetas… en los últimos años son el único motivo por el que hacen comics. Y es deprimente.

Sería ingenuo que pensara “todo lo que quieren es ganar dinero”. Por supuesto que sí. Diría que es lo que nos preocupa a todos. Pero en los EEUU ha habido una corriente de pensamiento que dice que “las corporaciones son personas”. Y una mierda. La diferencia es que la gente come, duerme, se enamora, cría hijos y llora a sus muertos. Las corporaciones quieren dinero. Es todo lo que hacen. Las corporaciones no son personas. Mirad, la bestia va a seguir creciendo todo lo que el dinero aguante. En cuando deje de aportar dinero, las corporaciones van a cortar de raíz la división de comics. Y eso necesita que lo que la película de Batman requiera, se va a llevar todo lo demás por delante. Si hacen una mala película, van a castigar a los comics por ello. Los comics son la parte más barata del imperio de Warner Bros. No cuesta mucho hacerlos. Cuesta 80 millones, 120 millones de dólares hacer la película de Batman. Podrías gestionar DC durante 50 años con 120 millones de dólares.

Oye, estoy encantado de que hagamos esta entrevista. Estoy soltando lastre. He pasado mucho tiempo teniendo cuidado con lo que decía y lo que no decía. Ya no me importa. Voy a decir lo que opino. Si a la gente no le gusta, que no le guste, pero no voy a disculparme por ello.

Ahora que ya no trabajas para DC…

Me apena no trabajar para DC porque me encantan sus personajes. Ahora estoy en Marvel, pero el hecho es que los personajes de DC son los que llevo en el corazón. Alejarme de ellos, de Batwoman, es muy duro. Escribir a Kate, a Diana, a Bruce… Es un trabajo fantástico. Son personajes que amo profunda y verdaderamente y me encantaría volver a trabajar con ellos. ¿Cuán a menudo ocurre que el trabajo que haces te sobrevivirá? Lo que he hecho en Batman puede que no sea el mejor trabajo, pero esas historias seguirán ahí dentro de 200 años aunque los comics dejen de existir.

¿Lamentas haberte marchado de DC?

Lamento haber tenido que hacerlo. No lamento haberlo hecho, sino que la situación hubiera llegado a un punto en que fuera la única opción que me dejaron.

Fue durante tu etapa en Batwoman, ¿verdad?

Todo acabó cuando estaban saliendo los números de Batwoman. Ya estaba todo hecho. Había pasado 3 ó 4 años trabajando en ello. Iban a ser 12 números. La primera historia, “Elegía“, después la segunda, e iba a haber una tercera. Ya estaba acabada, e iba a ser lo siguiente que hiciéramos. Pero querían cambiar el orden. Yo les dije “¡No puedes empezar una historia con la 3ª parte!” Me sentí insultado. ¿Se suponía que teníamos que coger todo lo que nos dijeron que hiciéramos y tirarlo por la borda? Si cosas como ésa me hubieran ocurrido una sola vez, no hubiera pasado nada. Pero no exagero: fue como la 50ª ó 60ª vez que algo así ocurría a lo largo de tres años. Me decían “tienes que hacer esto”, y al poco me decían “no, no puedes hacerlo”. Después de tirarme tres semanas escribiendo un guion me decían “tienes que cambiarlo”. Te diré el momento exacto en que eso empezó. Fue justo después de 52. Y al cabo de 4 años les dije “¿Sabéis qué? Me estáis haciendo sentir triste y amargado y que no os importa lo que hago”.

Había estado muchos años trabajando para esa compañía, y el mejor trabajo que jamás había hecho: Gotham Central, Batwoman… Pese a las “dispersas” críticas recibidas por Wonder Woman, estoy muy orgulloso de mi etapa en esa serie. Ayudé a Geoff en Crisis Infinitas, me aseguré de que se cubrían todas la bases. Ayudé a Grant Morrison en Crisis Final. Hice varias miniseries y números únicos. Nunca recibí una reacción positiva. Necesitaba que cumplieran las promesas que me hicieron, pero parece que las promesas no importaban tanto como mantener a otras personas contentas. Cuando lo das por hecho, en algún momento todo el mundo tiene un amigo que tiene una pareja de la que dice “oh, qué mal me trata”, y tú le dices que intente hacer algo, y tratas de ayudarle a que se ayude a sí mismo. Y después de un año de esta rutina de “oh, qué mal me trata”, le dices “ahora es cuando deberías marcharte”. Es sólo culpa mía. No me alegro de haber tenido que marcharme, pero era necesario. Salvó mi vida, en lugar de acabar con ella. Perdí 10 kilos en los últimos 3 años, por el estrés.

Cuántanos algo acerca de tu trabajo en Batwoman.

Me encantó trabajar con JH (Williams III). JH el mejor colaborador que jamás he tenido en toda mi carrera. Es un artista muy dotado y una persona tremenda con la que trabajar. Michael Siglain fue mi editor en Batwoman. Michel tampoco está ya en DC, se ha ido a trabajar en comics Disney. Estoy muy orgulloso de ese trabajo.

Acerca de tu trabajo en dos de tus series más personales, Whiteout y Queen & Country, ¿te gustó la versión cinematográfica de Whiteout?

(Risas) ¿Te gustó a ti?

Como película, creo que es correcta y punto, pero no quise compararla con el cómic.

Eso es sensato. Hay un maravilloso libro de Raymond Chandler, otro escritor de misterio americano de los años 30 y 40. Escribió una novela llamada El Sueño Eterno, que Howard Hawks convirtió en una película con Humphrey Bogart y Lauren Bacall. Hay una historia acerca de un reportero que llamó a Chandler a su despacho en San Diego y le dijo “¿Puedes creerte lo que Howard Hawks ha hecho con tu libro? Lo ha echado a perder” Chandler contestó “¿Qué? Nada eso, lo tengo aquí mismo y está perfectamente”. Creo que es así como hay que enfocar lo de las películas. ¿Es la película que a mí me hubiera gustado que se hiciera? Absolutamente no. ¿Creo que es una buena película? Absolutamente no. Es extremadamente mediocre. Creo que Kate Beckinsale resultaba aburrida, creo que Tom Skerrit estaba fabuloso en ella e hizo todo lo posible para salvarla, creo que Columbus Short (un joven actor que interpreta a Delfy) estuvo tremendo, pero el guion era un desastre, y lo fue de principio a fin. A Steve Lieber y a mí nos hubiera gustado ver una versión distinta. Pero cuando pagan por los derechos te dan a elegir: o coges el dinero y te callas, o no lo coges y no hacen la película. El dinero pagó mi préstamo universitario, el de mi mujer, y ha creado un fondo para la universidad de mis hijos. Así que no me puedo quejar, pero me hubiera gustado una película mejor.

¿Pudiste dar alguna opinión durante el rodaje?

Niniguna significativa. Me acreditaron como productor ejecutivo, y eso significó que tuve algo de influencia y un poco de dinero extra. Me invitaron a hacer una visita al plató y el productor, David Gambino, fue maravilloso. Me sentaba con David durante el rodaje y supervisábamos las tomas con Steve Lieber. Tenían unas pantallas de vídeo donde veían lo que se rodaba con los guiones del día, y me pidieron que reescribiera algunas escenas. Reescribí el guion unas 30 veces. Si ves la película, las escenas que reescribí son las de personajes, cuando Delfy y Carrie hablan, por ejemplo.

Empezaron a rodar sin mucho guion escrito. Y cuando haces eso, y lo digo en defensa de Kate Beckinsale y de Gabriel Macht, metes a los actores en una historia que no conocen, y no saben cómo actuar. Y cuando reescribes una escena tres veces en un día, no hay manera de que lo hagan bien.

Acerca de Queen & Country, ¿por qué hubo un dibujante diferente para cada arco argumental? ¿Fue algo deliberado?

Fue para tener oportunidad de poder trabajar con varios artistas. Soy un escritor razonablemente bueno, pero hay dos cosas en las que soy malísimo: una es recordar nombres, y la otra es identificar estilos artísticos. Puedo mirar un dibujo y decir si me gusta o no, pero soy incapaz de reconocer a un autor en particular. Y lo que quería en Queen & Country era contar mi historia con diferentes estilos, para enseñarme a mí mismo que no todo tenía que tener el mismo aspecto. Leandro Fernández y Steve Rolston tienen estilos muy diferentes, pero ambos son grandes artistas y muy apropiados para Queen & Country.

Se ha dicho de ti que tienes facilidad para escribir personajes femeninos con carácter. ¿Cuál crees que es la clave para esto? Y no digas que es tu mujer.

Los escribo como personas. Es la gran diferencia. No hago como que no lo son. No hago como que son tíos con tetas. Escribo todos los personajes de la misma manera. Escribes un personaje preguntándote quién es esta persona, de dónde viene, quién le quería cuando era niño, quién no, qué aprendieron, cuándo, dónde, cómo fue su primer beso, qué le asusta. Si tienes las respuestas, sigues adelante. La clave para escribir estos personajes femeninos es que estoy dispuesto a ser tan duro con ellos como con mis personajes masculinos. Dispuesto a dejarles ser mujeres, sin tener que castigarlas por ser mujeres.

Porque es diferente. Cualquiera que diga que una mujer y un hombre son iguales es un idiota. Se equivoca. Sólo tienes que pensar en cómo caminas solo por la calle a las 3 de la madrugada. Yo estaría nervioso caminando solo por la calle a las 3, pero no tendría que preocuparme de que me violaran. Esas son las sutiles diferencias. Tienes que ser consciente de ello, porque si no parece falso.

¿Has considerado traer a tu personaje Atticus Kodiak a los comics?

Varias personas me lo han pedido. Es algo que tal vez acabe haciendo algún día. Cuando escribes cómics en los EEUU, la idea de que alguien se te acerque y diga “esto es arte” es ajena para nosotros. En los EEUU oímos acerca de la consideración del cómic en Europa, y es como descubrir Xanadú. Es un lugar donde hay exposiciones y se venera a los artistas. Cuando Moebius murió este año, la gente en Europa le lloró.

Bueno, Moebius era una especie de icono. Era el equivalente europeo de Jack Kirby.

A eso me refiero. En EEUU salió sólo una pequeña noticia, y en la comunidad comiquera, y punto. Para mí, la muerte de Moebius tendría que haber sido una noticia enorme. Digo todo esto porque si quiero contar una historia en forma de cómic, es porque así es como creo que se debe contar. Si creo que una historia funciona mejor como novela, así es como la voy a contar. En EEUU pasa mucho que alguien quiere hacer una película, y coge un cómic para adaptarlo. Si quieres hacer una película, escribe una película, no cojas lo que tenemos y lo conviertas en otra cosa. Si hay una historia de Kodiak que funcione en cómic, la haré.