¡Qué mal está escogido el título de esta serie! Los enemigos superiores de Spiderman… ¡Pero si ni siquiera sale Spiderman! Debería llamarse como su grupo protagonista: Los Seis Siniestros (Bumerán, Turbo, Escarabajo, Conmocionador y Demonio Veloz). Espera, espera… ¡Pero si son cinco! Diablos, ¿es que tenéis que ponerle pegas a todo? Panini recoge en un solo tomo integral los diecisiete delirantes números de la serie de Nick Spencer y Steve Lieber, que sin duda sirvió de base para que los editores de Marvel lo tuvieran como firme candidato a hacerse cargo de la cabecera arácnida en cuanto surgiera la menor oportunidad.

Los enemigos superiores de Spiderman se centra en los cinco villanos referidos… aunque fundamentalmente pone el objetivo en Fred Myers, alias Bumerán. El grupo intenta encontrar su sitio en el panorama de villanos, pero como buenos villanos de segunda, no acaban de dar su gran golpe. Precisamente de eso se aprovechan villanos como Camaleón, y recurrirán a ellos para intentar conseguir sus propios botines. Spencer construye una enorme historia en la que se cruzarán los objetivos de Camaleón, el Búho, Lápida o el mismísimo Castigador. Nuestros Cinco Seis Siniestros estarán en el centro de todo, intentando sacar el mayor rédito económico a la situación. Si encima tenemos un McGuffin en forma de cabeza de Cabello de Plata (Silvio Manfredi) todo apunta a que nos vamos a divertir…

Nick Spencer escribe una historia con multitud de giros argumentales, diálogos brillantes y una estructura muy interesante. Pero nada de eso tiene importancia comparado con la principal característica de esta obra: Es endiabladamente divertida. Divertida de reír a carcajadas. Divertida de llevarte la mano a la cara y de sorprenderte por la infinidad de referencias a la cultura popular. Se centra en Fred Myers, un villano de indumentaria ridícula al que caracteriza como absoluto perdedor. Bueno, en realidad todos los villanos de aquí pueden entrar en algún momento en esa definición. Pero el bueno de Fred tiene una cosa que lo diferencia del resto: tiene encanto. Un encanto al estilo Ferris Bueller… pero en perdedor. Un tipo que lo tiene todo planeado, y que nos va a sorprender en cada número con un giro de rumbo que no esperábamos, pero al que nunca vamos a dejar de ver como un «pringao».

Y qué bien lo escribe Spencer. En este cómic vemos la semilla de lo que luego nos traería (también junto a Lieber) en The Fix, ese humor de historia de golpes planeados por segundones perdedores, que por una cosa o por otra acaban sorprendiéndonos. ¡Si hasta tenemos un perro! Lo que más me gusta del guión es lo bien que utiliza los running-gags sin que parezca forzado. En estos diecisiete números vamos a tener chistes repetidos una y otra vez… y en todos nos vamos a reír como si fuera la primera vez que los vemos: Katherine Heigl, las alas de Mach-7, Los Soprano, las gafas con nariz de plástico… Están dosificados con ingenio y aportan una sensación de complicidad y cercanía fabulosas.

Además, cuenta con un espíritu de autocrítica/autoparodia que se anticipa a lo que puedan pensar los propios lectores. Desde el nombre del grupo, homenajeando a aquellas series The deadly foes y The lethal foes of Spider-Man, hasta las denominaciones de Seis Siniestros o Sindicato Siniestro. El título de la serie es un homenaje a esas que acabo de citar, y una más de esas series de lo que supuso el Superior Spider-Month, maniobra editorial ideada por Nick Lowe para aprovechar el tirón del que había sido el bombazo de la temporada, The Superior Spider-Man. Pero, por muy bien que aproveche Spencer los recursos que tiene en el Universo Marvel, es una serie que podría haber funcionado igualmente bien sin estos personajes, podría haberse publicado en Image con villanos inventados y personajes creados expresamente para ella. Habría funcionado muy bien y sus chistes habrían hecho reír igualmente. Pero es que el entorno Marvel le sienta taaaaan bien. Ves cómo se echan a temblar cada vez que hablan del Castigador, y te sientes cómplice; te cuentan el pasado familiar de la nueva Escarabajo… y aceptas un Deus Ex Machina como una casa sin rechistar, y con una sonrisa en la cara; usan al Dr. Muerte para otro McGuffin de la trama… y te tienes que reír.

Pero aunque se centre en Myers, la verdad es que en estos diecisiete números tiene un momento para cada uno del resto del grupo… y lo hace sin que se vea forzado ni parezca un relleno que frene la trama principal. Está realmente bien introducido el trasfondo de cada personaje. También va a contar con un buen número de personajes de apoyo, algunos más conocidos como Hidro-Man, pero otros que ni alcanzan la categoría de segundones como Espejismo u Oso Pardo. Sin contar con la camarera de la que se queda pillado Fred, un personaje muy bien utilizado y al que no queremos dejar de ver interactuar con el villano.

El dibujo de Steve Lieber empieza siendo algo titubeante, pero rápidamente le coge el pulso y se asienta por completo en la serie. De hecho, solo se ausenta en uno de los diecisiete números de la serie. Muy interesante ver cómo usa esos recursos que le veríamos también posteriormente, como esos bocadillos con emoticonos, y esas transiciones momento a momento en las que una sonrisa o un mero cambio de expresión hacen innecesario cualquier otro apoyo de texto. Está apoyado por un muy buen trabajo al color de Rachel Rosenberg.

El tomo incluye un par de historias de complemento que se incluyeron en los números diez y once de la serie, y en la que participaron un buen número de guionistas (James Asmus, Tom Peyer o Eliot Kalan) y de dibujantes (Carmen Carnero, Pepe Larraz o Gerardo Sandoval). En la primera Demonio Veloz, Turbo y Escarabajo cuentan batallitas en un bar, y en la segunda asistimos a una reunión de villanos como Oso Pardo, Saqueador o el Dr. Bong, donde cuentan cómo les fastidió Spiderman sus carreras. Son prácticamente las únicas páginas donde vamos a ver aparecer al héroe, ya que en la historia principal brilla por su ausencia. También se incluyen todas las portadas oficiales y alternativas de los números.

En definitiva, 100% Marvel HC: Los enemigos superiores de Spiderman.

Una historia divertida, muy divertida. Una serie que cuando la leas (si es que no lo has hecho antes) te hará dividirte entre la rabia porque sus ventas obligasen a cancelarla en el diecisiete, y el hecho de que esa extensión relativamente corta haya permitido que sea una historia cerrada y redonda. Qué poco está explotado el género cómico puro en el mundo del cómic de superhéroes, y qué bien puede salir cuando está escrito por alguien con oficio. Esta serie se ha ganado por méritos propios un sitio junto a joyas como la Liga de la Justicia de Giffen/DeMatteis/Maguire o el Nextwave de Ellis/Immonen. Una historia con continuos giros de guión y diálogos chispeantes, que hacen que una trama que se desarrolla en diecisiete números no quede en ningún momento alargada ni repetitiva. Si os gusta reír leyendo, no podéis dejarla pasar.

Lo mejor: El tándem Spencer/Lieber. Las mil referencias populares. Lo bien que funcionan los running-gags.

Lo peor: Tal vez sea un tomo algo pesado y difícil de manejar.