Saludos, queridos lectores. Hoy hablaremos de El silencio de Malka, una obra de Jorge Zentner y Rubén Pellejero que nos trae Astiberri en un precioso tomo en tapa dura.

Por cierto, que en Astiberri son muy majos y nos dejan leer gratis las primeras páginas. Solamente habrá que seguir este enlace de aquí :-).

Quizás si os digo así a pelo que esto va de la infancia de una niña judia viviendo en la Pampa argentina os eche un poco para atrás. Así que os diré que estamos ante una obra de realismo mágico costumbrista.

Una de esas historias que parecen no contar nada, pero que cuando te las has leido si lo han hecho.

El guión consta de escenas sueltas. Lo que podrían ser recuerdos de una Malka adulta. O historias contadas a un nieto, como en el tierno y precioso prólogo donde Zentner nos habla de su abuela y habla con su abuela.

Si esto fuera una reseña al uso, ahora os debería estar hablando de la influencia de Borges o de García Marquez. Pero, queridos lectores, yo nací y crecí en Galicia; escuchando historias contadas por madres y abuelas, leyendo a Cunqueiro y a Castelao…

Y es a esta tradición (de la que beben otros, que Argentina estuvo llena de gallegos) a la que llama en mi mente la lectura de este Silencio de Malka.

Tendremos escenas líricas, pura poesía donde no se nos cuenta nada en especial. Y donde seremos nosotros los que  llenemos ese vacio con nuestras propias ideas.

Ojo, no penséis que tendremos dibujos de la niña en medio de la llanura sin fín. Tendremos conversaciones con sus amigos, con su familia.  Seguiremos a su padre viajando al pueblo más cercano, veremos a su madre en los quehaceres domésticos, la veremos ilusionada esperando un libro nuevo para poder leerlo hasta sabérselo de memoria…

Y todas esas cosas nos importarán.

-¿Y el realismo mágico, Lamastelle-san?

No quiero arruinaros la sorpresa que me llevé yo cuando encontré esos elementos mágicos, queridos lectores. Seré discreto. Confiad en mí. Y confiad en el guionista. Aunque en cierto momento pienses que te has saltado una página, no es así. Todo tendrá sentoido al final. Un final que nos dejará con dudas y preguntas, pero que nos explicará lo que hemos visto.

Pasando al dibujo, es simplemente precioso. Pellejero nos ofrece una obra casi impresionista. Bueno, sin el casi. La luz y el color crean los ambientes, rodean a los personajes, transmiten los sentimientos. Escenas diurnas, nocturnas, de tormentas… Todas nos parecen reales. Los personajes parecen desaparecer en medio de la oscuridad o de la lluvia, reapareciendo a la luz de la Luna o de los rayos.

Y esa Pampa. Sin haberla visto nunca en persona, te encuentras de pronto en ella. Acompañas a Malka mientras las sábanas se secan al sol o vemos la granja familiar desde el aire, un puntito de civilización humana en medio de la nada.

Habrá recuerdos. Muchos y de muchos. Tratados de diferentes formas. a veces superpuestos al momento actual, como un recuerdo que surje mientras vemos a un conocido. A veces como viejas fotografías o postales en medio de la escena, como si lo que para uno es un recuerdo, para los demás fuera solamente una historia contada.

La estructura de la obra, en breves capítulos, nos permite disfrutar del dibujo volviendo una y otra vez a las partes que más nos fascinen, sin perder la coherencia de la acción narrada. Ese viaje… esa noche en el barro, esa noche sin palabras por Buenos aires…

Esta edición de Astiberri contiene una historia inédita de tres páginas. Un perfecto ejemplo de lo que os decía antes. Realmente no pasa nada importante, no nos cuenta nada que cambie una vida…

Y a la vez nos lo cuenta todo. Uno de esos hechos irrelevantes que cambian una vida.

Tendremos también un texto de Benoît Mouchart, abriendo la sección de extras en forma de dibujos y bocetos.

Como curiosidad, la chica de la portada no es Malka :-).

¿Por qué leer El silencio de Malka?

Preciosa, melancólica y poética historia, tanto a nivel de guión como de dibujo.

¿Por qué no leer El silencio de Malka?

Buscas una historia de acción o de aventuras mágicas.