Es la hora de las tortas!!!

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El asesino dentro de mí

El asesino dentro de mí
Guion
Devin Faraci
Dibujo
Vic Malhotra
Tinta
Vic Malhotra
Color
Jason Millet
Formato
Cartoné, 144 páginas
Precio
16.95 €
Editorial
Planeta Cómic. 2018
Edición original
Jim Thompson's The Killer Inside Me 1-5

La figura del asesino en serie provoca una perturbada fascinación en el ser humano. Por mucho análisis psicológico y fisiológico que se pueda hacer de estos personajes, asomarse al pozo de negrura que tienen por alma es una experiencia absorbente. Citando Más allá del bien y del mal de Friedrich Nietzsche, “Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”. Y este abismo lleva mucho tiempo presente en nuestras vidas, tanto en el mundo real como en la ficción.

Quizás el primer gran asesino en serie de la cultura popular fuera Jack el Destripador, sobre el que tanto se ha escrito, dibujado y rodado, inspirador de la gran obra maestra From Hell, de Alan Moore. Pero ya hay grandes asesinos en serie antes de nuestro querido Jack. De hecho, hay alguno documentado antes incluso de la Era Cristiana. Ya en la Edad Media tenemos a Gilles de Rais, el infame Barbazul, con más de 140 víctimas en su haber. A finales del S. XVI y principios del XVII estuvo en activo Erzsébet Báthory, la Condesa Sangrienta, con una indefinida cuenta de cadáveres de entre 80 y 650. En España también tenemos nuestra cuenta de asesinos, entre los que podríamos destacar a Manuel Blanco Romasanta, que inspiró la película de Paco Plaza, Juan Díaz de Garayo, conocido como el Sacamantecas, o Enriqueta Martí, la Vampira del Raval, a la que hemos visto recientemente en El Ministerio del Tiempo. En tiempos más recientes, el dudoso honor de encabezar el podio lo tiene el colombiano Luis Alfredo Garavito, La Bestia, con cerca de 140 víctimas confesadas en los años 90. Con muchas menos víctimas están los mucho más mediáticos John Wayne Gacy y Jeffrey Dahmer, a los que pudimos ver en American Horror Story: Hotel. Estos americanos, hasta sus asesinos nos venden bien.

En la ficción, el asesino en serie también tiene una potente historia detrás. En literatura podríamos hablar de Patrick Bateman, de American Psycho de Bret Easton Ellis, Norman Bates, de Psicosis de Robert Bloch o Hannibal Lecter, de, entre otros, El silencio de los corderos de Thomas Harris. Si ya abrimos el campo a cine y televisión, la lista de iconos se nos dispara. Michael Myers, Jason Voorhees, Leatherface, Freddy Krueger, Jigsaw, Dexter… y antes que todos estos, Lou Ford, de la novela de 1952 El asesino dentro de mí, de Jim Thompson.

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El asesino dentro de mí

Lou Ford, el asesino del que habla el título, es un agente de la ley en Central City, un pueblecito tejano. No es un asesino visceral y descarado, de los que van sin ocultarse machete en mano, como los mencionados Jason o Myers. Es un asesino metódico, controlador, que mantiene una impecable fachada de personaje sureño, amable, respetuoso, de vida lenta y relajada. Pero en su cabeza tiene un plan para llevar a cabo una venganza por unos hechos que tuvieron lugar años atrás. ¿Que lo que hace es una aberración moral y legalmente reprobable? Sí, cierto, y además Lou es plenamente consciente de ello.

El asesino dentro de mí es una historia narrada en primera persona desde el punto de vista del asesino. No es la primera vez que se plantea una historia de ese modo, ya lo había hecho casi treinta años antes Agatha Christie en El asesinato de Roger Ackroyd, o  James M. Cain en Perdición, adaptada al cine por Billy Wilder. En tiempos más modernos podemos hablar de los mencionados American Psycho o From Hell, que la película se encargó de mancillar. Pero en la narración con este enfoque, teniendo claro el whodunnit desde prácticamente el princpio de la historia, el interés de la misma es otro. Es establecer el perfil psicológico del asesino, el intentar que el lector comprenda por qué hace lo que hace o, más aún, que se sienta horrorizado por leer en primera persona, identificándose con el monstruo mientras comete los actos aberrantes que caracterizan a este tipo de personajes. En ese sentido, este cómic funciona a la perfección. Siendo una adaptación prácticamente literal de la novela original, el ritmo y el desarrollo de los acontecimientos es cosa de Jim Thompson, pero la transición de prosa al medio gráfico es mérito de Faraci y Malhotra, y salen totalmente airosos del proceso, más aún siendo autores que no tienen una larga carrera a sus espaldas.

Las películas

De la novela en la que se basa este cómic hay dos adaptaciones cinematográficas. La primera, de 1976, estrenada en España como El asesino está en mí, fue dirigida por Burt Kennedy (Asalto al carro blindado, 1967) y protagonizada por Stacy Keach (Mike Hammer) en el papel de Lou Ford y Susan Tyrell y Tisha Sterling como Joyce y Amy respectivamente. La segunda versión, de 2010, estrenada aquí como El demonio bajo la piel, fue dirigida por Michael Winterbottom (Wonderland) y protagonizada por Casey Affleck (Manchester frente al mar) en el papel de Lou Ford y Jessica Alba (Sin City) y Kate Hudson (Casi Famosos) como Joyce y Amy respectivamente.

Los autores

Éste es el primer trabajo del guionista, Devin Faraci, que ha colaborado puntualmente en las obras de Ed Brubaker The Fade Out y Kill Or Be Killed. Faraci trabajaba como editor en jefe de la página Birth.Movies.Death, la cual abandonó en octubre de 2016 tras un caso de acoso sexual en el que se vio envuelto. Actualmente escribe en Cinema Sangha, una página sobre cine desde una perspectiva budista. Tras la publicación del quinto y último número de The Killer Inside Me no ha vuelto a trabajar en el mundo del cómic.

El dibujante, Vic Malhotra, empieza a publicar profesionalmente en 2011, y su primer trabajo de renombre es la adaptación de la obra de Joe Hill Thumbprint para IDW, publicada aquí por Panini en octubre de 2014. La mayor parte de su obra se ha desarrollado en IDW, donde ha ilustrado la obra que hoy nos ocupa y la mencionada Thumbprint, además de varios trabajos dentro de la franquicia Expediente X, entre los que podríamos destacar un bizarrísimo crossover con El Cuervo.

En resumen…

Siendo como soy un devorador incondicional de prácticamente todo lo que cae en mi mano de la figura del psycho killer, la lectura de este cómic era prácticamente obligada. Siendo unos autores prácticamente desconocidos los responsables de adaptar esta novela, que ni siquiera aparecen acreditados en la portada de la edición de Planeta, imaginaba que sería un producto que se limitaría a dar satisfacción a ese rincón oscuro de mi consumo de ficción, y nada más lejos de la realidad. A ver, también, pero no sólo eso. Ha sido una lectura fascinante, una historia con un ritmo impecable y un personaje protagonista tremendamente bien construido. Sí, gran parte del mérito lo tiene Jim Thompson, autor de la obra original, pero la adaptación a cómic funciona sin peros de ningún tipo. Estamos por tanto ante un cómic de obligada lectura para los consumidores habituales de historias de asesinos en serie sea cual sea el formato en el que aparezcan, y también para los fans del género noir.