Al estilo de las mejores historias de catástrofes, Trapped nos narra el reinado de sangre y destrucción de un cocodrilo gigante albino que habita en las alcantarillas de Miami. Nada es lo que parece en Rampage, o si no que se lo pregunten a Shawn Nelson, un ex soldado adicto a la metadona que vive en un barrio residencial de San Diego. Tras desintoxicarse descubre que no son ni dragones ni oro lo que hay en los pozos que ha cavado en su jardín. ¿Quieres pasar un buen rato? En Death of a Nation tienes la diversión asegurada. Ven de vacaciones a su nada convencional parte de atracciones en el que podrás disparar a cualquier persona infectada con el virus zombie.
Dos veces al año, la editorial madrileña Dibbuks nos trae una nueva recopilación del cómic Doggy Bags, obra del estudio francés Label 619, que da una visión macarra, violenta y en ocasiones sobrenatural del American Way of Life. Jugando con los estereotipos y las leyendas urbanas estadounidenses, los artistas de Label 619 dan una vuelta de tuerca en cada número a ese fascinante universo de policías corruptos, rednecks y WASPs que aquí conocemos principalmente a través del cine de Hollywood.
Este número, publicado en octubre de 2017, presenta tres historias dedicadas a los monstruos que viven en las alcantarillas de Florida, los efectos de la metanfetamina en la mente de un soldado veterano y un macabro parque de atracciones donde la principal atracción… se alimenta de carne humana. Comenzamos con Trapped, la historia de un atraco a un banco que sale mal: un policía muere y los atracadores se refugian en las alcantarillas, una zona fuera de la jurisdicción de la policía de Miami. Y el motivo no lo dictan las leyes, sino el peligro que mora en el subsuelo, que ha hecho que las fuerzas de seguridad hayan ordenado sellar todas las tapas de alcantarilla de la ciudad. Un peligro que los atracadores no tardarán en descubrir. Escrita por El Puerto y dibujada por Tomeus, la historia sigue un guion de corte cinematográfico al más puro estilo Hollywood, con acción, terror y un final sorprendente.
El segundo capítulo, D.O.A. Rampage, corre a cargo de Ducoudray y nuestro viejo conocido Neyef. Se trata de una recreación de la historia real protagonizada por el ex-soldado del ejército americano, Shawn Nelson, que robó un tanque M60A3 Patton de una armería de la Guardia Nacional de Estados Unidos en San Diego, California, y armó una buena el 17 de mayo de 1995 (según Wikipedia, porque en el cómic se dice que fue el 18 de mayo de 1994), destruyendo coches, bocas de incendios y un vehículo de recreo antes de ser abatido a tiros por la policía. El cómic mezcla los hechos reales que condujeron a esta espiral de destrucción a bordo del tanque, incluyendo las excavaciones que el propio Nelson hizo en el jardín de su casa buscando oro, con las alucinaciones que sufría a consecuencia de la metanfetamina mezclada con el estrés post-traumático de su paso por el ejército, que el guionista Ducoudray muestra en forma de un San Jorge que se aparece a Nelson para guiarle en su lucha contra el “dragón”.
Aquí podéis ver un vídeo que resume la persecución al tanque por las calles de San Diego (la persecución total dura 23 minutos):
Cerramos el tomo con la que mí, es la mejor historia de este quinto recopilatorio: Death of a Nation, presentando un morboso parque de atracciones en el que los visitantes pueden protagonizar tiroteos como el asesinato de Kennedy, la Guerra de Vietnam o incluso acribillar a prisioneros árabes en Guantánamo. Lo que lo hace especial es que las víctimas de estos disparos no son muñecos, sino ¡zombies!, recluidos en la isla después de la (ficticia) epidemia de 2015 producida por una cepa mutada de la duela del hígado (fasciola hepatica), un parásito que afecta a los bóvidos y muy raramente a los humanos, y que causa que las personas infectadas adopten un aspecto de muerto viviente y un comportamiento violento. Los infectados han sido recluidos en la isla de Santa Muerte, donde el magnate Rupoch Murder (guiño, guiño) ha montado el parque de atracciones Patriot Park, donde los ciudadanos pueden dar rienda suelta a su odio en forma de balazos a ex-presidentes, comunistas y terroristas. Si habéis visto Parque Jurásico, sabréis que una idea así no puede acabar bien.
Doggy Bags no es un cómic paródico. Es una ácida crítica social a un modo de vida que nos disgusta tanto como nos fascina. Con un estilo de dibujo crudo y descarnado, todo lo alejado posible de la línea clara francobelga a la que estábamos acostumbrado, esta publicación del estudio Label 619 nos acerca a la parte más oscura del estilo de vida norteamericano, mezclando la ficción con historias reales de ese país, dando como resultado un cómic tan divertido como violento. Una gamberrada que Dibbuks seguirá publicando en nuestro país mientras el invento funcione. Y esperamos que así sea por muchos años.
