Pasó aquella época en la que traer un nombre del mundo de la televisión era un acontecimiento. Actualmente no es raro que guionistas de cine y televisión escriban comics y que escritores conocidos por sus cómics se aventuren en el mundo de las pantallas grandes y pequeñas. Por eso tal vez la llegada de Christopher Cantwell a Marvel ha pasado más desapercibida de lo que debería, pero podríamos calificar con toda tranquilidad este Doctor Muerte 1: Pottersville como uno de esos llamados sleepers.
Tampoco es que esto sea una novedad o un juicio únicamente personal, ya que la propia industria USA ha parecido compartirlo en forma de una nominación al Eisner a la mejor serie nueva. A Salvador Larroca ya lo conocemos de sobra y pese a que Doctor Muerte 1: Pottersville supone una mejora con respecto a sus últimos trabajos en Star Wars, está claro que el factor sorpresa no va a provenir de él sino del guionista Christopher Cantwell. Cantwell es conocido sobre todo como creador, escritor y productor de la serie Halt and Catch Fire, serie sobre la revolución de la tecnología informática en los 80 que es una auténtica joya. Sin embargo, Doctor Muerte no es su primer trabajo en el mundo del cómic, ya que hemos podido verle en el sello Berger Books de Dark Horse con títulos como Podía volar o la inédita en España Everything.
Si construir una historia con el villano Marvel por antonomasia como protagonista no fuera suficiente reto, Cantwell urde una trama con multitud de flancos abiertos. Pongámonos en antecedentes. Por circunstancias que será mejor que leáis, Victor Von Muerte es acusado de un incidente que podría tener consecuencias a nivel planetario y tendrá que huir de su Latveria natal. Despojado de su armadura y sus recursos como monarca y mientras huye de las fuerzas de la ONU y de organizaciones criminales, tendrá que probar su inocencia al tiempo que trata de salvar el futuro. Por otro lado, Latveria se encuentra a las puertas de una invasión Symkariana y, por si fuera poco, extrañas visiones de un insólito futuro acechan a Víctor.
La verdad es que no le falta chicha a la trama por más que transite algún que otro lugar común. Sin embargo, la gran fuerza de Cantwell reside en los diálogos. Es a través de esos diálogos como convierte al Dr. Muerte en algo así como el héroe de esta aventura sin que en ningún momento nos olvidemos de que estamos ante un tirano. Cantwell consigue sacar jugo a fondo del personaje a través de una combinación de visitas a momentos y personas clave de su vida y una serie de situaciones límite que llevan a Muerte a ser más Muerte que nunca. Por supuesto que habrá acción, pero es a través de los diálogos de Muerte con sus amigos y enemigos, cuando surgen las preguntas adecuadas para presentarnos este enfoque del personaje que es el centro de Doctor Muerte 1: Pottersville.
Adelantábamos que Larroca sube un peldaño el listón de lo que nos dio en Star Wars. De nuevo destaca en la creación de ambientes que decora con todo lujo de detalles, pero ni mucho menos esto lo convierte en el dibujante idóneo para Doctor Muerte 1: Pottersville. En una serie donde lo fundamental es sacar gente hablando, donde la emoción y la expresividad de los personajes deberían tener todo el peso gráfico, Larroca nos da escenarios cuidados y estampas impactantes.
Es realmente una pena que guionista y dibujante remen en sentidos opuestos, pero en cualquier caso, todo parece indicar que estamos ante una de esas series de la periferia de Marvel que tan buenos resultados nos han dado en los últimos años para la crítica y ese sector del público que busca enfoques nuevos. Lamentablemente este tipo de series no suelen tener una gran acogida en cuanto ventas y parece ser que el número 10 americano será el último. Pero miradlo por el lado bueno, con este y otro tomo tendremos completa una de las series más interesantes que nos ha dado Marvel este año.
