La Tormenta de Saturno es la conclusión de la serie clásica protagonizada por el guerrero Kree y que antecedió a su trágica muerta. Este último volumen aborda las consecuencias de la muerte de Thanos, la alianza con Drax El Destructor y el reto de ISAAC, la computadora viviente de Titán.

El pobre Capitán Marvel siempre ha adolecido de una terrible maldición: la de llevar el nombre Marvel en el título. Para empezar, fue como ese hijo que nace no deseado, pero al que quieres igual: Marvel tenía que aprovechar que tenía registrados los derechos de su nombre (arrebatados a la editorial Fawcett) para crear un personaje propio. Igual que tuvieron que hacer con Spiderwoman y She-Hulk, para que nadie registrara ese nombre antes que Marvel. En segundo lugar, el Capitán Marvel tuvo una vida breve pero intensa, sufriendo un final trágico aunque magistral en la novela gráfica de Jim Starlin La muerte del Capitán Marvel. Un par de años antes Marvel Girl (Jean Grey) también había sido borrada del mapa, y Ms. Marvel (Carol Danvers) fue despojada de sus poderes apenas un mes después. Desde luego, cualquiera diría que llevar la palabra Marvel en el nombre es llamar a la mala suerte (o que se lo pregunten a Monica Rambeau, que no tardó en cambiarse el nombre de Capitana Marvel a Capitana Marvel II y luego a Fotón, no fuera a ser que también ella pillara por algún lado.

Por otra parte, sus aventuras espaciales siempre tuvieron una gran carga de lo épico y lo majestuoso. No es que yo sea muy fan de las sagas galácticas, y por ello mi acercamiento a este tomo no estuvo exento de cierto recelo, pero conseguí devolver mi mente treinta años al pasado, olvidar mis prejuicios y emprender su lectura como un chavalín impresionable, dispuesto a dejarme epatar por los grandiosos poderes cósmicos más allá de la imaginación más desbocada: un universo donde todo era posible si se tenía suficiente amplitud de miras y, por qué no decirlo, suspensión de la incredulidad. !Recibamos con un fuerte aplauso las aventuras siderales del Capitán Marvel!

Inciso:

La canción Cosmically Conscious fue escrita por Paul McCartney en la India en 1968 mientras los Beatles estudiaban allí meditación trascendental con un yogi. Sin embargo, dicha canción no vio la luz hasta la publicación de su disco Off The Ground de 1992. Resulta curioso que el personaje Capitán Marvel, creado en 1967 por Stan Lee y Gene Colan en plena efervescencia de la psicodelia, resultara imbuido de la consciencia cósmica unos años después. ¿Casualidad? ¿Serendipia? Recordemos que Paul McCartney ya ha dedicado una canción a villanos de Marvel Comics: Magneto and Titanium Man. Como diría Íker Jiménez, saquen ustedes sus propias conclusiones.

En este volumen, que recopila las últimas aventuras del Capitán Marvel antes de su mencionada muerte, asistimos a las consecuencias de la muerte de Thanos. Drax el Destructor (en su aspecto pre-cinematográfico, para los despistados), privado de la posibilidad de vengarse matando a Thanos, la emprende con el que considera responsable de su frustración, que no es otro que nuestro buen Capitán. Tras la obligada lucha de rigor entre los dos personajes, finalmente unen fuerzas contra su objetivo común, Isaac, la computadora viviente de la luna de Saturno Titán, que ha aprisionado a los titanes, entre ellos Eros y Mentor. Se desencadena así una guerra que acabará involucrando a Rick Jones y su novia Gertie y que llevará parte de la lucha al propio planeta Tierra, con villanos tan poderosos como Stellarax o Caos.

Dibujo de Pat Broderick

El legendario guionista Doug Moench (Batman: Presa y Terror, Batman: Gotham Maldita), creador del Caballero Luna y responsable de una de las más memorables etapas de Shang-Chi, también tuvo su etapa galáctica, donde sacó todo el provecho posible del sense of wonder que permiten las aventuras espaciales. Luchas a vida o muerte en entornos fantásticos, discursos grandilocuentes, poderes que escapan a la comprensión humana… todo es más grande que la vida en esta saga interestelar, en la que el Capitán Marvel pone a prueba sus poderes fotónicos y lleva su resistencia al límite para salvar no sólo la Tierra, sino todo el universo, de la terrible amenaza de Isaac. Le acompaña en este viaje el (por aquel entonces) joven dibujante Pat Broderick, en su primer encargo en una serie regular, después de hacer páginas y números sueltos para Marvel y DC. A Broderick se le nota un cierto aire a lo Neal Adams y Michael Golden, dos veteranos con quienes trabajó a finales de los 70. Sus primeros números de la serie son realmente buenos, con un estilo épico y auténticamente superheroico, si bien en su última etapa se le nota algo más decaído, fallando más de lo que debiera en las caras y las proporciones humanas.

Este tomo también incluye cinco números de la cabecera Marvel Spotlight, revitalizada para dar salida a la historia de la colección del Capitán Marvel que había quedado inconclusa con la cancelación de la serie, obra también de Moench y Broderick, más dos historias autoconclusivas, de la mano de Archie Goodwin y Steve Ditko, y de Mike W. Barr y Frank Miller, publicadas también en 1980. El tomo se cierra con una historia escrita a varias manos y dibujada por Jerry Bingham, que aunque publicada en 1990, tiene lugar antes de la muerte de Mar-Vell.

Dibujo de Frank Miller

Panini finaliza con este tomo la publicación de las aventuras del Capitán Marvel en su formato Marvel Gold, enlazando directamente con la novela gráfica La muerte del Capitán Marvel, antes mencionada. Esta colección se ha caracterizado siempre por un gran sentido de la aventura espacial, con sus personajes majestuosos y sus diálogos grandilocuentes. Tal vez fueran éstos los motivos de la bajada de ventas de la serie hasta su cancelación, en una época en que los héroes urbanos empezaban a hacerse cada vez más populares. Fuera como fuera, el Capitán Marvel, pese a sus altibajos, es un personaje tan emblemático que, tras su muerte, Marvel quiso mantener su memoria en forma de la Capitana Marvel II, Genis-Vell o la actual Capitana Marvel de la que, recordad, tendremos película en 2019.