Tras el buen sabor de boca que dejó el primer tomo, llega Black Magick 2: El despertar II, editado por Norma Editorial. Como se puede intuir por el título, realmente estos dos tomos componen un gran arco argumental de presentación dividido en dos sub-arcos. Tenemos la suerte de haber leído con cierta rapidez estos dos tomos que en EE.UU. es todo el material que se ha publicado en los últimos cuatro años. Por fin se ha anunciado la publicación del tercer recopilatorio para finales de año pero, suponiendo que se pueda publicar finalmente en esa fecha, no vamos a esperar verlo en España antes de principios de 2021. Así que tomad aire, disfrutad de lo que tenemos hasta ahora… y cruzad los dedos para que la espera no se haga muy larga.
En este segundo tomo vamos a seguir viendo más sobre el conflicto entre la detective Rowan Black y la Aira, la sociedad de cazadores de brujas que persigue a la policía pensando que anda detrás de una serie de muertes. Pero por si fuera poco, esas brujas malvadas que ya en el anterior tomo se mostraban casi de soslayo, van a cobrar más protagonismo en este segundo libro. Y no solo eso, Morgan, el compañero de Rowan está a punto de tener un bebé y cada vez mira con más suspicacia las casualidades que giran en torno a ella y siente que le está ocultando algo.
Rucka desarrolla en estos seis números la situación, pero no deja de ser una presentación y una colocación de las fichas sobre el tablero. Por eso estos once números dan la sensación de ser una mera presentación, tal vez algo alargada, pero que jamás se llega a hacer pesada o lenta. El hecho de ser una obra relativamente coral, con muchos bandos, información que se va revelando poco a poco… hacen que la historia siempre avance en ritmo, aunque la trama no lo haga a la misma velocidad. Sí resulta interesante ver cómo va desarrollando a los personajes, cómo a pesar de ser una historia con bandos supuestamente bien definidos, tienen grises en cuanto al bien y el mal.
Uno de los factores que va a ralentizar un poco el avance de la historia es que en estos seis números se nos revelan mucho datos del pasado, a través de flashbacks de la infancia/juventud de Black, de cómo se inició y qué pasó con su familia. Es con tramas como esta, que resultan atractivas y gozan de cierto ritmo, a lo que me refiero con la discordancia entre avance de la trama sin resentirse en el ritmo.
En cuanto al dibujo, poco que añadir al trabajo de Nicola Scott. Me parece un gran trabajo, con ese dibujo muy detallado, en blanco y negro, que da un efecto de estar dibujado a lápiz, y que solo se llena de color cuando aparece la magia. Un efecto que destaca el papel de la magia en la historia y que a su vez produce una sensación muy agradable y sorprendente durante la lectura.
En definitiva, y una vez leído este segundo tomo, me reitero en lo que comenté de ella en nuestro podcast de Lo mejor del año 2019: Black Magick es una serie que no sorprende en cuanto a una originalidad extrema, que no tiene un ritmo vertiginoso que te hace estar absolutamente enganchado, que no es el sleeper del año… pero es una serie que resulta una de las lecturas más gratificantes de los últimos meses, muy bien planteada y con un estilo artístico atractivo y fresco. Si puedo ponerle una pega es el que no se incluya de algún modo el material extra que sí se incluye en las grapas originales, y que, igual que sucede con otras series de Rucka (Lazarus) aporta muchísima información adicional a lo que vemos en la historia.
Lo mejor: Una historia muy atractiva con un gran desarrollo de personajes. El dibujo de Scott con los efectos de color. El gato.
Lo peor: Que no se incluyan los artículos que vienen en la serie original y que aportan mucha información valiosa. Lo larga que se nos va a hacer la espera hasta el siguiente tomo.
