Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Batman Saga: Batman e hijo

Batman Saga: Batman e hijo
Guion
Grant Morrison, Geoff Johns, Greg Rucka, Mark Waid.
Dibujo
Andy Kubert, John Van Fleet, Giuseppe Camuncoli, J.H. Williams III, Joe Bennett, Keith Giffen.
Tinta
Ruy José, Lorenzo Ruggiero, Jesse Delperdang.
Color
David Baron, Pete Pantazis, Dave Stewart, Guy Major, John Van Fleet.
Formato
Cartoné, 240 págs, color.
Precio
23€.
Editorial
ECC Ediciones. 2019.
Edición original
52 #30 y 47, Batman #655-658, 663-666 (DC Comics).

Con la vista puesta en el 80 aniversario de la creación de Batman, ECC Ediciones presentó una nueva línea editorial llamada Batman Saga. En ella, se recuperará todo el Batman moderno, comenzando por el Batman de Grant Morrison y que llegará a la etapa actual de Tom King. Podéis consultar su guía de lectura en este enlace. Ya hemos visto publicados algunos tomos de la etapa de Scott Snyder y Greg Capullo y de la de Tom King. Toca el turno de comenzar con una de las etapas más admiradas, a la vez que polémicas y controvertidas como es la de Grant Morrison. Con Batman e hijo damos el pistoletazo de salida para una etapa muy ambiciosa y, sobre todo, planificada con la precisión de un reloj suizo.


El problema para los que queramos tener recuperar en cartoné la etapa del escocés, es que el planteamiento de esta línea Batman Saga hace que tengamos tomos entre medio con los números de otros autores. Hubiera estado bien tener una edición exclusiva del Batman de Morrison aparte, pero para los que quieran tener una edición completa y cronológica de la serie esta línea editorial es perfecta. Eso sí, van a ser más de cincuenta tomos, así que preparad las estanterías y los bolsillos…

Como decía, la etapa de Morrison ha sido muy discutida: Coincidió con una intención de cambio para el personaje a raíz de las Crisis Infinitas. La editorial pretendía rebajar un poco esa faceta oscura que había puesto de moda Frank Miller en los ochenta y de la que apenas se había salido. La faceta pública de Bruce Wayne hacía tiempo que se había asumido como conocida, y ya era raro ver a ese Wayne socarrón y vividor. Como iremos viendo a continuación, Morrison comienza con un Batman diferente, muy entretenido, y con un elemento novedoso que suponía un elemento distinguible con respecto a otras etapas. Pero poco a poco, la cosa se iría complicando y la serie se haría algo más difícil de seguir, especialmente en su edición mensual, en la que el ritmo de lectura se veía afectado por los parones para ir metiendo los números de otros autores, y que dificultaba un poco identificar el mensaje que quería transmitir el guionista. Reconozco que cuando la leí en grapa, no acabé de conectar con el mensaje de Morrison, así que es el momento perfecto para volver a ella ahora que se va a publicar nuevamente en tomos (recordemos que la anterior edición en tomos de ECC con este material estaba bastante difícil de encontrar).

Este Batman e hijo se abre con dos números de la serie semanal 52. Con estos números vamos a hacer hincapié en el viaje personal que hizo el personaje durante ese año que narra la serie 52, y que permite comprender por qué a partir de ese momento volveríamos a ver un Batman más luminoso, y con su faceta pública de vuelta a las primeras planas de la prensa sensacionalista, que lo mostraban como ese playboy millonario que tiene como prioridad divertirse.


Así llegamos al primer arco argumental de la etapa del escocés, donde precisamente ese Bruce Wayne más frívolo aprovechará una gala benéfica en Londres para enfrentarse a un ejército de Manbats y para que Talia Al Ghul reaparezca para presentarle a su hijo, un tal Damian Wayne… Y ahí entraría un personaje que dinamitaría el estatus del personaje y todo su entorno. Damian llegaba para exigir el manto de Robin, y si para ello tenía que arrebatárselo de sus manos a Tim Drake, no dudaría en hacerlo. Pero el difícil carácter de Damian suponía otro elemento desestabilizador, y es que Batman es consciente de que es un niño que ha sido criado en el seno de la Liga de los asesinos y eso, unido al factor de ser de su propia sangre, contribuía a sacar una indulgencia que sus otros pupilos jamás habían visto en él. Un elemento muy interesante de explorar, y que el guionista supo aprovechar con mucha inteligencia.

Pero he pasado por alto un detalle importante. El primer número de Morrison abre con un ataque del Joker que Batman echaría a perder como en tantas otras ocasiones. Una escena que parece una simple presentación, pero que tendrá más relevancia de lo que parece. Sirve de presentación para el relato que nos trajo en el número 663, en prosa e ilustrado por John Van Fleet. Una historia con Batman, Joker y Harley Quinn que profundiza muy bien en la psicología de los personajes. ¿A alguien más se le viene a la mente cierto barbudo con el que se tiende a comparar a Morrison al ver este recurso?


El número con el que cierra el tomo, el 666, supone un salto al futuro en el que Damian es el poseedor del manto de Batman. Toda una declaración de intenciones y otra más de esas semillas que va plantando Morrison en estos primeros números, que irán floreciendo poco a poco en los años que estuvo al frente de la cabecera. Lo mismo sucede con los Archivos Negros, un concepto que vamos a leer en un par de ocasiones y del que ya hablaremos en posteriores tomos, cuando toque…

En cuanto al apartado gráfico, el dibujante de estos dos arcos argumentales que aquí se incluyen, salvo el citado número en forma de relato ilustrado, es Andy Kubert. Kubert hace un trabajo muy detallado, con un dibujo que busca la espectacularidad, muy dinámico y con ángulos que intentan sorprender al lector. Y ahora entra una opinión personal e impopular: A pesar de lo vistoso que resulta, y tal vez debido a esa intención de sorprender, me parece que tiene una narrativa confusa, sobre todo el primer arco argumental. Es cierto que su segundo arco mejora en ese aspecto, pero a mí el primero me hizo tener que leer varias veces algunas páginas para comprender bien cuál era la acción completa. Si no tenemos eso en cuenta, entiendo que es un dibujo que consigue lo que se buscaba: captar la atención del lector ocasional que se acercara por casualidad y marcar un comienzo de etapa por todo lo grande. Curiosidad que probablemente conozcáis a estas alturas: Kubert dibujaba a Damian con la cara de Grant Morrison.

En cuanto al dibujo de Van Fleet para el número sin viñetas… es un dibujo en tres dimensiones, que ambienta bastante bien el relato en cuanto a lo sórdido y lúgubre, pero que queda algo desfasado en sus ilustraciones de figuras completas con un estilo similar al de esas primeras ilustraciones hechas por ordenador.


En definitiva, Batman e hijo.

Un comienzo de etapa muy espectacular, con historias muy variadas, muchos elementos novedosos y que plantean conflictos que no habíamos visto hasta el momento. Un arranque que resultará igualmente entretenido para los lectores menos exigentes y que no tienen interés en historias que cobran nuevos sentidos cuando empiecen a florecer todas esos conceptos que ha ido plantando Morrison desde un principio. La mera presentación y entrada en escena de Damian, con esa personalidad tan diferente y que va a suponer una auténtica bomba dentro de la Batfamilia, ya es motivo suficiente para disfrutar de este tomo. Pero, tranquilos, esto no ha hecho más que empezar…

Lo mejor: La variedad de conceptos que se introducen. La recuperación del Bruce Wayne público como elemento importante en la historia. Si es una segunda lectura, vas reconociendo algunas semillas que luego irán dando mucho más de sí.

Lo peor: Para mí, Kubert resulta algo confuso en algunos momentos.