Batman: Especial Detective Comics 1.000 es un número conmemorativo y muy especial. Tal como sucediera con Superman, el número redondo y el 80 cumpleaños del caballero oscuro se hacen coincidir en este tomo tan especial en el que ECC pone de su parte y nos trae un prólogo de Nacho Vigalondo, otro prólogo y varios extras más de Álvaro Martínez y una portada exclusiva (con su correspondiente desglose paso a paso) de David Rubín, además de una serie de artículos de Fran San Rafael desglosando la historia de Batman por décadas para aquellos menos familiarizados con él.
ECC es completamente consciente de que un cómic como Batman: Especial Detective Comics 1.000 tendrá unas ventas fuera de lo normal y quiere brindarnos un producto que ese lector ocasional de Batman o ese comprador buscando un regalo pueda apreciar. Nada menos que un número 1000 en tapa dura y contenidos exclusivos de nombres conocidos por los ajenos al mundillo. La prueba de que la estrategia ha salido a pedir de boca es que en menos de dos meses ya hay circulando una segunda edición.
Del mismo modos que el especial de Superman, Batman: Especial Detective Comics 1.000, es un cómic que homenajea pasado presente y futuro del cruzado enmascarado… o bueno, quizá futuro no. De nuevo al igual que sucedía con Superman, ECC mutila Batman: Detective Comics #1000 y toma la historia de Peter J. Tomasi y Doug Mahnke, la elimina y se la lleva a su revista ECC Cómics. Los montones de lectores ocasionales que compren este tomo no advertirán que falta lo que no saben que existe y ni siquiera sabrán que se ha subvertido el sentido global del homenaje, con lo que tendremos compradores satisfechos, ¿qué hay del fan incondicional de Batman? ¿Qué sucederá cuando vean la amputación que ECC ha perpetrado? Su cólera será terrible… y lo compraremos igualmente.
En fin, en cuanto a su contenido, tenemos a lo más sonoro de la factoría Batman para contarnos un total de 10 historias cortas, que pese a ser anecdóticas, coinciden en su propósito de homenaje, pero sobre todo de fotografía del personaje y su universo en la que poder dejar la visión y la impronta de los autores, por supuesto, con resultado desigual.
Así, Scott Snyder y Greg Capullo no sumergen en una trama detectivesca con momentos de razonamiento deductivo un tanto absurdo y más digno del Batman del 66 que del tono grave que parecen intentar darle. Tal vez convenga destacar el guiño que supone la aparición de Slam Bradley, el detective que debutara en el primer número de esta cabecera milenaria.
Kevin Smith se las arregla para sacarse de la manga un concepto bastante interesante, pasarlo bien con los juegos de palabras y brindarle a Jim Lee una colección de postales que dibujar.
Paul Dini y Dustin Nguyen hacen honor a su fama de veteranos discretos y sin mucho ruido nos demuestran que casi nadie entiende al personaje como ellos, a la vez que nos dejan una historia curiosa y seguramente la más entretenida del tomo.
Warren Ellis huye del tributo y la trascendencia para unirse a Becky Cloonan en una historia desbordante de acción, que aún así se las arregla para clavar a Batman.
Probablemente junto con Frank Miller (extrañamente ausente en este especial más allá de una portada) la persona más relevante para entender el Batman moderno es Dennis O´Neil. O´Neil se une a Steve Epting para contarnos la que curiosamente es la historia más pesimista de todo el tomo.
Sin grandes luces ni grandes sombras resulta el trabajo de Christopher Priest y Neal Adams y pese a ello, un tomo como Batman: Especial Detective Comics 1.000 sin una escena de Batman y Ra’s Al Ghul dibujada por Adams habría estado desnudo.
No podía faltar Brian Bendis en uno de sus retruécanos tramposos y de credibilidad distraída con un Alex Maleev tan impresionante como habitualmente.
En el extremo contrario estaría la siguiente historia, donde Geoff Johns nos plantea una idea repleta de chicha y homenajes con un Kelley Jones particularmente acartonado.
James Tynion y Álvaro Martínez recogen el manto de Dini y Nguyen en eso de bordar el espíritu de la batfamilia sin hacer mucho ruido pero con una solidez casi sin rival en este tomo.
Pone el broche final Tom King acompañado de Tony Daniel y Joëlle Jones. De nuevo tenemos (aunque esta vez quizá más literalmente) una foto de familia, que es también un retrato del propio Batman.
Batman: Especial Detective Comics 1.000 es un especial de calidad desigual donde, pese a que algunas de sus historias merezcan mucho la pena, el peso de su valor conmemorativo es mayor que el de la huella que nos pueda dejar lo que en él se cuenta. Alrededor de la mitad de las página en extras dan buena fe de ello, pero ¿alguien me puede explicar por qué le quitan una historia?
