Una era llega a su fin… Gotham ya está a salvo del maligno Bloom gracias a Jim Gordon y Bruce Wayne, que vuelve a ser Batman. Pero un misterioso apagón sume la ciudad en la negrura y el Caballero Oscuro se dispone a averiguar la causa en una historia muy especial, que además responde a la incógnita de lo que “Gotham es”, abierta con El Tribunal de los Búhos, y que marca el desenlace de una época. En este Epílogo no sólo Scott Snyder y Greg Capullo rubrican sus años al frente del personaje; también otros autores nos permiten asistir al presente de un Bruce Wayne que ha logrado recobrar su memoria… y al pasado y al futuro de Batman a partir de todo lo visto en esta etapa para el recuerdo.

Future’s End fue un evento de DC Comics nacido en 2014, inspirado en el éxito que tuvo la serie 52, que semanalmente repasaba la vida del Universo DC tras la desaparición de sus tres principales héroes: Batman, Wonder Woman y Superman. En The New 52: Future’s End se exploraba el pasado, presente y futuro del Universo DC mediante un viaje atrás en el tiempo de Batman Beyond para prevenir a los héroes de dentro de 5 años de la amenaza de una guerra que afectará a todo el multiverso. Uno de los tie-ins de esta Future’s End está contenido en este tomo, y que explota el miedo a un mundo sin Batman. A pesar de todo el empeño de Batman a lo largo de los años en forjar un legado, dejando meridianamente claro que Batman no es una persona, sino un símbolo (prueba de ello es que ha dejado su manto a, entre otros, Dick Grayson, Jean-Paul Valley y, en el futuro, Terry McGinnis), aquí Bruce Wayne decide que la Tierra no puede prescindir de él, y decide, como buen megalómano, clonarse a sí mismo para que siempre exista un Batman. Una premisa que no puede sino sorprendernos, visto el tamaño actual de la bat-familia y la cantidad de adláteres a los que Batman ha entrenado para ayudarle y sucederle. Pese a esta incongruencia, el Batman de dentro de 5 años es una especia de Tony Stark roto y moribundo que cuenta con el soporte vital de su bat-armadura no sólo para luchar contra el crimen, sino también para mantenerle en pie. Este Batman es más bien un Iron Bat, con una armadura capaz de las más increíbles proezas, tales como hacerle vibrar para atravesar paredes o resistir el impacto de granadas. Un Batman del futuro cercano cada vez más dependiente de su intelecto y su tecnología y menos de sus capacidades físicas, lo cual cobra sentido sabiendo el esfuerzo al que Bruce Wayne ha sometido su cuerpo durante toda su carrera de luchador contra el crimen. Esta historia está escrita por Ray Fawkes y Scott Snyder y dibujada por el vigués Alejandro Cal Oliveira, ACO (Nick Furia: Operaciones Encubiertas), en un ejercicio de reflexión sobre lo que significa Batman y su importancia, pero sin profundizar demasiado en la moralidad de un superhéroe clonado, y sus muchas implicaciones y posibilidades. Una oportunidad perdida, que sin duda daría mucho juego en una futura serie o en un Otros Mundos.

Le sigue el Batman Annual 4, obra de James Tynion IV y Rogê Antônio, que recoge el regreso de un amnésico Bruce Wayne a su mansión, que durante un tiempo ha servido como prisión para los criminales dementes de Arkham. Ahora, los más peligrosos han sido trasladados al penal de Blackgate, mientras que los más “dóciles” se alojan en hospitales estatales. Pero no todos los pacientes del Asilo Wayne han abandonado el edificio. Aún quedan tres de ellos que buscan venganza contra Batman a través de Bruce Wayne. Y, en sus casos, podemos decir que tienen motivos de peso para vengarse: es una de las cosas más interesantes de este cómic, el cómo se adentra el guionista en las motivaciones de los villanos para llevar a cabo sus actos. En la mayoría de las ocasiones no se trata sólo de robar bancos y sembrar el caos, sino que subyace un deseo oculto de venganza, o compensación por un daño sufrido. Y en este caso se trata de un daño infligido no por Batman, sino por su ignorante alter ego Bruce Wayne. Aquí es el brasileño Rogê Antônio (Batgirl and the Birds of Prey, Grayson) el encargado de dar vida al guion de James Tynion IV (Batman/Tortugas Ninja II, Detective Comics: La maldición de Clayface).

Este volumen que cierra a etapa de Scott Snyder y Greg Capullo al frente de Batman tan sólo contiene una historia creada por esta pareja de autores, y se trata del número 51 de la serie, en el que Batman da rienda suelta a sus dotes investigadoras para averiguar quién anda detrás de un temblor que ha dejado sin luz a toda la ciudad. Lo curioso de este número es que Batman ya no es sólo un luchador contra el crimen, sino que se ha erigido como protector de Gotham, y eso incluye aviones que se estrellan e incluso catástrofes naturales. Mientras Batman esté presente, nada malo podrá ocurrirle a Gotham. Esto da pie al último número de la serie, titulado La lista, en el que Bruce Wayne y su mayordomo Alfred repasan la lista que el joven Bruce escribió para ayudarle a superar la muerte de sus padres. Dicha lista recogería todas las cosas que Bruce habría de hacer para salir adelante. Se trata de una historia que mezcla la acción con la nostalgia, mientras Batman repasa los elementos de esta lista y recuerda sus discusiones con Alfred acerca de lo que debía incluir o no en ella. Una historia que indaga en los profundos sentimientos del héroe, y en lo que le hace más fuerte, que muchas veces no proviene de dentro de uno mismo, sino de fuera. El dibujo corre a cargo de Riley Rosmo (Batman / La sombra, Constantine: Hellblazer), con un estilo sucio que en ocasiones quiere recordar a Sean Murphy sin conseguirlo del todo.

Este volumen, publicado por ECC Ediciones, recoge las historias situadas tras los sucesos de los tomos previos, El Tribunal de los Búhos, La muerte de la familia, Ciudad secreta, Ciudad oscura, Vigilancia nocturna, Final del juego, Superpesado y Bloom. Batman: Epílogo es el cierre de una etapa del Caballero Oscuro orquestada por un guionista superestrella que tiene tantos admiradores como detractores. Lo cierto es que su trabajo en Batman no ha dejado indiferente a nadie y, aunque este tomo no sea el más adecuado para apreciar su trabajo, sí contiene un puñado de buenas historias que se pueden leer independientemente del resto de volúmenes.