Es la hora de las tortas!!!

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Balas perdidas 6: Asesinos

Balas perdidas 6: Asesinos
Guion
David Lapham
Dibujo
David Lapham
Formato
Rústica con solapas. 17,2 x 24,5 cm. 276 páginas, B&N
Precio
20,50€
Editorial
La Cúpula . 2020
Edición original
Stray Bullets: Killers #1-8 (Image)

Comenzamos nueva etapa en este serión de David Lapham. Ya los últimos números del volumen anterior aparecían con el sello de Image Comics en la portada, pero es este Balas perdidas 6: Asesinos donde comenzamos una nueva andadura en la que la negrísima saga de Lapham nos llega en forma de series limitadas.

Balas perdidas 6: Asesinos

Balas perdidas 6: Asesinos recopila la totalidad de los 8 números de los que contaba Stray Bullets: Killers y más allá del modo de publicación tampoco se observan grandes cambios con respecto a etapas anteriores, lo cual en Balas perdidas es una noticia excelente, ya que en sus 25 años de andadura, todas y cada una de sus entregas nos han dejado un nivel excepcional. La verdad es que cuesta encontrar una serie en tan buen estado de forma durante tanto tiempo.

Y como decíamos Balas perdidas 6: Asesinos no es una excepción ni en calidad, ni en tono ni en estructura. Por más que ahora se distribuya en miniseries, vamos a tener aquí a viejos conocidos como Virginia, Spanish Scott o Dedos para acompañarnos en un viaje a lo más negro del alma humana. Tal vez es cierto que trabajar con una extensión prefijada permite a Lapham ponerse algo más juguetón que de costumbre con la estructura. Así, en lo números pares tendremos a Virginia tratando contra todo pronóstico de asentarse en un pequeño pueblo de Maryland con su tía y encontrando algo parecido al amor cuando conozca a Eli. Por otro lado, en los números impares saltaremos atrás y adelante en el tiempo, cambiaremos de escenarios y de protagonistas, tendremos montones de elipsis e incluso una de esas chaladuras protagonizadas por Amy Racecar, que son marca de la casa.

Balas perdidas 6: Asesinos

Contra lo que pudiera parecer, este juego de saltos abruptos no solo no lastra la lectura, sino que consigue darle nuevos detalles y en resumidas cuentas un valor añadido y mayor interés cuando todo confluya al final. No es ningún secreto que no acabará bien, pero es que quienes ya conocen la negrura de Balas perdidas, ya saben que nadie se libra de la corrupción. Como en entregas anteriores, en Balas perdidas 6: Asesinos lo noir no está en los ambientes criminales (que también), la policía, los negocios o la política, por citar algunos de los lugares conocidos del género. La negrura está en tu vecindario, puede que incluso en tu familia y la pregunta no es si un personaje será engullido por la corrupción, sino cómo y cuándo lo hará.

Incluso cuando Balas perdidas 6: Asesinos tiene momentos de humor (que los tiene y unos cuantos), se trata de un humor negrísimo, como si llevara la degeneración a un nivel tal que resulta cómica y que consigue de algún modo no desentonar con el tono por lo general grave de la serie.

Balas perdidas 6: Asesinos

El blanco y negro puro y la habitual retícula de 8 viñetas de Lapham consiguen que nos olvidemos del dibujo y que no se entienda esto como una flaqueza, sino como el mejor de los halagos. La pericia sin alardes de Lapham consigue centrar los esfuerzos en que las imágenes cuenten una historia, en que guión y dibujo caminen de la mano indisolubles. No hay guión y dibujo, hay una historia cautivadora.

Todo está podrido en Balas perdidas 6: Asesinos y nuestra alma pierde un poco de luz cada vez que nos terminamos un tomo y hemos disfrutado como cochinos de lo más bajo de ser humano. Mientras Lapham no decida hacer una historia sobre nosotros (en cuyo caso estaremos jodidos) estaremos seguros y henchidos del gozo de habernos echado a la cara una de las lecturas más gratificantes del panorama comiquero… seguros porque nuestro mundo no es así de negro… ¿no?