Es la hora de las tortas!!!

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Balas Perdidas 4: Días negros

Balas Perdidas 4: Días negros
Guion
David Lapham.
Dibujo
David Lapham.
Formato
Rústica con solapas, 260 págs, B/N, 27x24,5 cm.
Precio
19,90€.
Editorial
La Cúpula. 2019.
Edición original
Stray Bullets #23-30 (Image/El Capitán).

Con este tomo, La Cúpula termina de reeditar todo el material de Balas Perdidas previamente publicado, basándose en la remasterización de Image del material original. Enlazamos además con el tomo 5, ya editado previamente, y nos quedamos con la noticia de la continuación de la edición del material inédito para principios de 2020. Este tomo incluye los números 23 a 30 y salvo el primer número, ambientado en 1980, y el número 26, que nos cuenta una de las historias de Amy Racecar, el resto se mueve adelante y atrás, pero dentro del año 1985.

La historia va a girar en torno de Virginia conociendo a un aspirante a autor de teatro, y Beth con sus trapicheos. Nuevamente vamos a tener escenas vistas desde varios puntos de vista, y saltos adelante y atrás en el tiempo. Volviendo a esa comparación inevitable, que ya hemos hecho en anteriores reseñas, con Pulp Fiction, diríamos que este tomo gira en torno al capítulo de Marsellus Wallace y Butch, en más de un sentido. Tenemos a personas que no son lo que parecen, escenas con matones amenazantes, planes de golpes, e incluso esa vuelta a la infancia que podríamos encontrar en el capítulo de las aventuras de Amy Racecar.


A estas alturas de la serie, la estructura desordenada no es ninguna sorpresa. Y decíamos en el tomo anterior que Lapham empezaba a centrarse en historias más concretas, en lugar de ir dando tanto salto. Aquí hay un poco de ambas fórmulas, porque es cierto que se centra bastante en Virginia y Beth, pero vamos a tener continuos saltos en el tiempo dentro de la misma línea argumental. Y vamos a profundizar en algunos personajes que llevamos viendo desde los primeros números pero de los que solo habíamos visto escenas aisladas. Es el caso de Monstruo, ese matón silencioso que aquí vamos a conocer mejor y podemos ver algo más acerca de sus intenciones. O Spanish Scott, sobre el que va a girar el primer número del tomo, el único que no se desarrolla en 1985.

Pero si algo impacta de este cuarto tomo es ir descubriendo de dónde salen esas tramas de Amy Racecar. Hasta ahora, parecía que estaban ambientadas en un futuro a medio plazo, pero no quedaba del todo claro cuándo estaban ambientadas. En estos números vamos a saber realmente cuándo y dónde tienen lugar, y aunque algún avispado lector puede haber unido antes los puntos, para muchos tal vez resulte toda una sorpresa con la serie ya tan avanzada. No voy a profundizar más sobre esto porque no quiero estropearle a nadie la posible sorpresa.


Poco vamos a poder añadir de todo lo dicho ya en anteriores reseñas al dibujo de Lapham. Sigue apoyándose en una estructura predominante de una rejilla de 4×2 viñetas, con un dibujo cada vez más detallado, especialmente en los fondos de viñeta, pero que a pesar de todo mantiene un tono bastante sencillo y casi diría que adusto. Solo vamos a ver una salida de ese tono en el comentado ya número 26, por motivos obvios que saltan a la vista cuando se lee, y en el que va a haber algo más de luz y color, a pesar de estar hablando de una serie en blanco y negro…

Balas Perdidas sigue siendo una serie imprescindible, que a cada arco argumental/tomo aporta algo nuevo y que mantiene la sensación de sorpresa. Puede que la fórmula pierda algo de novedad, pero Lapham se las arregla para introducir algún pequeño cambio en ella que nos haga girar el cuello con un gesto de sorpresa agradecida. La profundidad en el tratamiento de sus personajes, la falta de compasión con ellos a la hora de mostrar sus vidas duras que les ponen a prueba constantemente… hacen de la serie un lugar de escape feliz, un happy place, que va a agradecer cualquier lector de cómics que disfrute del medio. Ya queda menos para seguir rellenando huecos de esta enorme y larga historia.


Lo mejor
: La sorpresa (o no) con la trama de Amy Racecar. Las escenas vistas en perspectiva diferente en capítulos diferentes.

Lo peor: Es verdad que a estas alturas ya conviene releer o hacerte con una web de referencias lineales para no perderte ningún detalle.