Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Aspirina, de Joann Sfar

Aspirina, de Joann Sfar
Guion
Joann Sfar
Dibujo
Joann Sfar
Color
Brigitte Findalky
Formato
Cartoné. 22 x 24cm. 280 páginas. Color
Precio
26,50€
Editorial
Fulgencio Pimentel . 2020
Edición original
Aspirine 1-2 (Rue de Sèvres)

Desde que a mediados de los 90 se empezara a ver el nombre de Joann Sfar, se ha convertido en uno de los autores más prolíficos, polifacéticos y consolidados de la historieta francobelga. Son ya más de un centenar de álbumes lo que llevan su firma y ha tocado todo tipo de géneros: fantasía con La mazmorra, western con en la última encarnación de Blueberry, biografía con Pascin, misterio con el Profesor Bell o terror romántico con Vampir (y cómic infantil en su versión petit). Precisamente de este último surge Aspirina.

Fulgencio Pimentel nos trae un enorme integral de 280 páginas que reúne dos tomos muy distintos que prácticamente sólo tienen en común a la vampira que da título a la obra y a los suyos.

Aspirina, de Joann Sfar

La primera de las dos partes de este tomo nos presenta una historia mucho más introductoria y, si es posible decir eso dada la variedad de registros del autor, mucho más en la onda de lo que podemos esperar de Sfar. Aspirina es una vampira adolescente, lo que quiere decir que será adolescente por toda la eternidad, es decir, crisis existencial permanente, irascibilidad y un eterno desprecio por el resto del mundo, cualidades todas que se acentúan cuando los siglos te hacen consciente de sufrirlas y aumentan la distancia y el desdén por la humanidad. Acude a unas clases de filosofía que considera absurdas e insoportables, practica suicidios inútiles, se merienda a los ligues de su voluptuosa y frívola hermana y se dedica a reflexionar y quejarse muy fuerte de todo. La cosa comenzará a girar cuando aparezca en escena Yidgor, un frikardo de carnet, que ansía que algo extraordinario suceda en su vida y se obsesiona con Aspirina. Terminará comenzando una amistad no reconocida y una serie de peripecias que poco a poco tomará más tintes fantásticos.

Es en esta primera parte donde observamos a ese Sfar que ve la vida con ironía, que nos hace preguntas trampa y reparte mala leche (deliciosa su visión de contestatarismo cuqui de hoy día). Es el Sfar que nos cuenta una historia de inadaptados al margen de la humanidad que nos enseñan cómo es ser humano con su particular humor.

Aspirina, de Joann Sfar

La segunda parte cambia totalmente de tercio para convertir Aspirina en un tebeo mucho más terrorífico a ratos y aventurero en otros. A través de Dick, un joven recién ahorcado que ahora es un zombi y nos servirá de introducción para una trama in media res y mucho más fantástica. Un Reino Unido distópico, mitología lovecraftiana (mucho más allá de unos tentáculos aquí y allá), robos, persecuciones con tiroteos a golpe de Thompson, duendes, momias y hasta una suerte de sfarverso que se cruza con El Profesor Bell.

Aún cuando de vez en cuando en esta segunda parte también encontramos ese humor ácido y esas puyitas y reflexiones aquí y allá, el tono de esta segunda parte es mucho menos grave y más disfrutón incluso cuando tiene momentos bastante terroríficos.

Aspirina, de Joann Sfar

Si ya resulta extraño que un tebeo como Aspirina pueda manejar tal variedad de tonos y géneros, resulta aún más sorprendente ver cómo se adapta a todos ellos el estilo simplista y desgarbado de Sfar. Hay también un evidente salto de registro entre la primera y la segunda parte del tomo, pero siempre manteniendo esa personalidad inconfundible. Lo que sí se mantiene y da uniformidad es el color de Brigitte Findalky, una maravilla profundamente atmosférica, arriesgada a veces, que entiende y realza los juegos compositivos de Sfar.

Cerca de 30 años de carrera y Sfar aún sabe darnos, no sólo lo que sabemos que nos gusta de él, sino reinventarse y sorprendernos cuando menos lo esperamos. Aspirina es dos cómics completamente diferentes y deliciosos ambos.