Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El Asombroso Spiderman 11: ¿Quién manda en el mundo?

El Asombroso Spiderman 11: ¿Quién manda en el mundo?
Guion
Nick Spencer
Dibujo
Kev Walker
Color
Laura Martin
Formato
Grapa, 72 páginas
Precio
6 €
Editorial
Panini Comics. 2019
Edición original
The Amazing Spider-Man 26-28 USA

Ante el título de la historia publicada íntegramente en el número 11 del Asombroso Spiderman uno puede pensar que la pregunta de quién manda en el mundo puede ser algún tipo de reflexión geopolítica global o algo así. Hasta que lo abres, te das cuenta de que la historia gira alrededor de un grupo de supervillanas y entonces te queda claro que la respuesta a Who run the world? es Girls y que es una referencia a una canción de Beyoncé. Vamos al tajo.

Casi con toda seguridad, el trabajo que hizo de Nick Spencer el candidato ideal para suceder a Dan Slott al frente de Amazing fue Los enemigos superiores de Spiderman, su tremendamente personal -y por momentos, desconcertante- serie centrada en su versión personal de los Seis Siniestros. Una serie que hizo un hueco en el corazoncito de los spiderfans para Búmerang, un personaje perdedor y casposo, y al que el guionista se ha traído como secundario recurrente al quinto volumen de Amazing. Y en este nuevo arco argumental, además de a Búmerang, Spencer nos trae una nueva versión del Sindicato Siniestro, llamada en esta ocasión El Sindicato a secas y formada exclusivamente por personajes femeninos.

El Sindicato es un grupo fundado por la versión femenina del Escarabajo, personaje que debutó hace ya diez años en las páginas de Capitán América, de la misma forma que el Sindicato Siniestro original fue fundado por el Escarabajo original en los años 80 durante la época de Tom DeFalco y Ron Frenz en Amazing Spider-Man. En esta alineación, los miembros del equipo, además de la mencionada Escarabajo, son la nueva Electro (que ya tiene cuatro años y no se llama Electra), Tramper (versión femenina del Trampero presentada en este número) y tres personajes algo más veteranos, Lady Octopus, Scorpia y Coneja Blanca. Todas ellas tienen algún tipo de rencilla hacia Búmerang, y siendo Fred Myers el tipo de persona que es, nos podemos hacer una idea de por dónde van los tiros…

El caso es que uno de los temas que se tratan en este cómic es el machismo… y no termina de quedarme claro si de una forma tremendamente exitosa o cayendo en muchos de los errores que las villanas del Sindicato pretenden criticar. Sí, es cierto, como señalan que la cantidad de villanas líderes de imperios criminales en el Universo Marvel es prácticamente inexistente. Hemos tenido recientemente una temporada con la Gata Negra como líder de una organización… y poco más. Las villanas Marvel suelen ser personajes solitarios, y cuando forman parte de un grupo, son o secundarias o (sic) bomboncitos disfrazados, con lo que la fundación de este grupo tiene parte intención criminal y parte sororidad.

El caso es que de las seis villanas que forman el equipo, cinco son versiones femeninas de personajes masculinos preexistentes. Y la única que no lo es, es una versión villanesca de una conejita de Playboy. ¿Y sus inquietudes más allá del crimen organizado? Tener una guardería en su villanesca guarida para poder ser buenas madres además de villanas, alimentación macrobiótica… haciendo que estos personajes resulten casi paródicos.

El caso es que, aunque se puedan criticar según que enfoques en el tema de la desigualdad de género y del techo de cristal en esta historia, hay que reconocerle a Nick Spencer dos de sus grandes virtudes: escribe diálogos como pocos en el cómic superheroico actual y se molesta en darle una cierta profundidad a sus personajes. Y con pequeñísimas pinceladas consigue una definición que a muchos otros ya les gustaría. Que sí, que Spencer es el culpable de dos de los peores eventos de Marvel de los últimos años –Imperio Secreto y Cazado- pero al César lo que es del César: cuando se deja de historias grandilocuentes y se dedica a escribir historias de personajes, el tipo lo borda. Y este número, pese a según que detalles que, como hemos comentado más arriba, hacen torcer el gesto, es de los que te dejan un buen sabor de boca cuando lo cierras.