¡La culminación de la etapa de Joe Kelly y Ed McGuinness! ¿Estamos ante el final de la amistad entre Spidey y Wade? ¿Por qué han decidido que, a partir de ahora, ya no van a ser un divertido dúo? ¿Y por qué huele a azufre y nos acordamos de “Un día más”? Asistimos al final del arco argumental dedicado a la villana Witsi Witsi.

En el tomo anterior dedicado a las aventuras de este dúo de héroes / cómicos disfrazados, nos encontrábamos con Peter Parker debatiéndose entre si era mejor encerrar a la villana genéticamente creada Witsi Witsi (traducción española de Itsy Bitsy, que hace referencia a la canción infantil del mismo nombre) o acabar con ella definitivamente. Un dilema moral al que Spiderman ya se ha enfrentado con anterioridad, pero del que siempre ha salido airoso gracias a su fuerte sentido de la ética y la responsabilidad. En esta ocasión, el contraste proviene de la presencia de Masacre, que nunca ha dudado a la hora de cargarse a quien hiciera falta, a menudo soltando chistes sin parar. Pero claro, ahora Masacre tiene a Spiderman en un pedestal, es su inspiración y no puede consentir que su ídolo eche su vida a perder cargando voluntariamente con un cadáver a sus espaldas. Para evitar que Spiderman mate, Masacre deberá enfrentarse con él, aunque ello signifique que Witsi Witsi escape con vida, o se regenere una y otra vez y siga matando.

Uno de los temas que más discusión ha generado entre los aficionados es si los superhéroes matan o no. Dejando a un lado a personajes como Castigador, Masacre o Hitman, que no son exactamente superhéroes, muchas veces se ha afirmado que Batman, en sus inicios, llevaba una pistola; también el Capitán América usó armas de fuego durante la Segunda Guerra Mundial. Pero dejando a un lado orígenes y revisiones o universos alternativos, existe cierto consenso alrededor de esta cuestión: los superhéroes no matan si pueden evitarlo. Lo que les diferencia de los villanos, lo que les convierte en héroes, es la búsqueda constante de superación, de ser mejores personas y de utilizar sus habilidades y poderes para ayudar a los demás. ¿Pero qué ocurre cuando el asesinato es la única alternativa? ¿Y si se enfrentan a un villano para quien no existe una cárcel lo bastante segura ni posibilidad alguna de redención? Los Cuatro Fantásticos salvaron la vida de Galactus, y al hacerlo condenaron a otros mundos a la destrucción. ¿Hubiera sido mejor dejar morir al gigante devorador de planetas? ¿Cuántas vidas se perdieron a cambio de salvar una sola?

Un dilema semejante es al que se enfrenta en esta ocasión Peter Parker. La villana Witsi Witsi, creada a partir del ADN de Spiderman y Masacre, cuenta con los superpoderes de ambos, incluidas una capacidad de regeneración casi ilimitada, y una malvad sin fin. Sólo la muerte puede detenerla, pero ¿estará dispuesto Peter a sacrificar su alma incurriendo en un asesinato? Es la pregunta a la que Joe Kelly y Ed McGuinness dan respuesta en los dos números que cierran este arco argumental y con el que da inicio el número 137 de Asombroso Spiderman. Un debate moral en el que el héroe está decidido a matar, mientras que el asesino profesional quiere impedir que lo haga. Masacre puede ser muchas cosas: inmoral, deslenguado, egocéntrico, pero está claro que admira a Spiderman por encima de todas las cosas, y el hecho de que éste cometa un asesinato lo corromperá de tal modo que la imagen que tiene de él se derrumbaría por completo. Salvando a Witsi Witsi, Masacre también salvará a Spiderman.

Estos dos números dan fin también a la colaboración de Kelly y McGuinness en esta colección del Trepamuros y el Mercenario Bocazas. Una etapa que, en mi opinión, ha dado muy buenos momentos. Pese a las opiniones en contra acerca de la inclusión de esta colección en las páginas del mensual Asombroso Spiderman, al menos Panini ha tenido el detalle de no mezclar diferentes colecciones en un mismo tomo, dejando a discreción de los lectores la compra o no de estos números, sin que para ello hayan de perder la continuidad de la colección principal. Yo hubiera sido partidario de su publicación en formato 100% Marvel, y no por orden cronológico sino por arcos argumentales, porque los retrasos del dúo titular ha propiciado la inclusión de numerosos números de relleno, haciendo que un solo arco haya tardado más de lo normal en completarse.

Tras el cierre de esta etapa, da comienzo una nueva marcada por el intento de Spiderman y Masacre de tomarse las cosas más en serio. Spiderman se hace consciente (a buenas horas) de que sus constantes peleas con su galería de villanos provoca, además de daños materiales, víctimas colaterales, y toma la decisión de que debe dejarse de bromas y chistes mientras actúa, y concentrarse más en que nadie resulte herido. Esto chocará con la incapacidad de Masacre para permanecer callado y soltar bromas en el momento más inoportuno, y traerá algún que otro momento involuntariamente cómico. No obstante, esta decisión de Spiderman llega tarde y mal, pues el propio Peter ya está al tanto de toda la gente que ha acabado muriendo a consecuencia de las acciones su alter ego. De modo que este inicio de arco argumental a manos del novelista Joshua Corin (Deadpool: Too Soon?)se basa en una premisa bastante inverosímil. Veremos si puede sacarle algo de juego a la colaboración con Masacre y la aparición de Slapstick como “estrella” invitada. Al dibujo en esta etapa está Will Robson (Great Lakes Avengers, Brave New World), un artista británico con un estilo muy cercano al cartoon, y que por tanto resulta bastante apropiado para esta colección.

Panini continuará la publicación de la colección Spider-Man / Deadpool en este formato; una colección que satisfará a los fans de ambos personajes en su vertiente más cómica y menos trascendental, con un Spiderman que ha de hacer de niñera y guardián de Masacre, y un Masacre que está más que encantado de compartir aventuras al lado de su ídolo. Una lectura muy divertida y bien dibujada, y a un precio muy competitivo.