Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Animosity Vol. 3: El enjambre

Animosity Vol. 3: El enjambre
Guion
Marguerite Bennett.
Dibujo
Rafael de Latorre.
Tinta
Rafael de Latorre.
Color
Rob Schwager.
Formato
Cartoné, 136 págs, color.
Precio
14,95€.
Editorial
Planeta Cómic. 2020.
Edición original
Animosity #9-13 (Aftershock).

Homo homini lupus. El hombre es un lobo para el hombre. No, tranquilos, no vamos a reseñar la Asinaria de Plauto, sino Animosity Vol. 3: El enjambre, editado por Planeta Cómic, que contiene los números 9 a 13 de la serie de Aftershock escrita por Marguerite Bennett y dibujada por el brasileño Rafael de Latorre. A pesar de los pocos números que llevamos, podemos decir ya sin miedo a equivocarnos que la guionista de obras como DC Bombshells o Fuerza-V le ha tomado el pulso por completo a la historia de la dulce Jesse y su fiel amigo el perro Sandor, convirtiendo lo que a priori parecía una simple road movie con una premisa atractiva en un canto de amor animalista y una reflexión sobre lo peligroso que es el ser humano para sí mismo.


En este tomo el grupo va a hacer un alto en el camino hacia la búsqueda del hermanastro de Jesse para ayudar a un enjambre de abejas a quienes les han robado a su reina. Jesse, Kyle y los animales tendrán que investigar y ver cómo recuperarla, encontrándose a algunos viejos conocidos durante su misión.

Me gusta lo que está haciendo Bennett. Es cierto que es una serie muy disfrutable, y que en el fondo está haciendo la historia de un viaje que nos puede recordar a Y, el último hombre o incluso encuentro un referente mucho más cercano en Los muertos vivientes. Pero no es eso lo que me gusta. Bennett se esconde en esa premisa de cómo los animales se rebelan para contarnos una fábula pro-animalista, poniendo en boca de los animales las verdades sobre cómo el ser humano arrasa con todo lo que se cruza en su camino sin reflexionar el papel que cumplen determinados animales en nuestras vidas. Uno de los ejemplos más palpables reside en las abejas, como queda de manifiesto en este tomo. Y es curioso porque deja muy claro ese menosprecio hacia los insectos en varios momentos de la historia, en cómo se piensa que por ser pequeños animales no merecen ser respetados, incluso en un grupo que ha llegado a una convivencia pacífica y colaborativa con los animales.


No obstante, no se centra exclusivamente en el viaje y se va profundizando cada vez más en la historia de los padres de Jesse. Se van aportando detalles con cuentagotas pero queda patente que todavía nos falta mucha información al respecto, incluso que se oculta algo turbio tras ello, que nos puede sorprender en un futuro cercano.

De Latorre sigue haciendo un buen trabajo. Se agradece mucho que mantengan los equipos creativos, contribuyendo así a la sensación de una historia con una marca personal, y que tan buenos resultados ha dado en las dos obras que he citado antes, por ejemplo. Es una de las cosas que más se agradecen de Aftershock. Sigue sorprendiendome lo comedido que se muestra el brasileño a la hora de dibujar unos animales que, por las tramas, puede llevar a la tentación de antropomorfizarlos. Las escenas dentro de la colmena me parecen muy bien planteadas y visualmente son muy llamativas.

El tomo incluye todas las portadas, y añade como extras algunos procesos de creación desde el guión al acabado, tanto con páginas interiores como con alguna portada. Me ha dado la impresión de que en alguna de las páginas del guión se les ha colado algún spoiler, por lo que recomiendo no leerlas demasiado en profundidad, especialmente en la página del alce.


En definitiva, un nuevo arco de una serie en la que cada vez deja más claro lo que dice uno de sus personajes en un momento determinado: «Todos los hombres serían tiranos si pudieran.» Una road movie con mucho mensaje subyacente, con muchas capas de lectura y en la que el lector puede llegar a implicarse hasta donde quiera, y asimilarlas o quedarse solo con la aventura. Animosity tiene buen ritmo, un dibujo correcto y una invitación a reflexionar sobre la importancia de los animales y que no es necesario tener ese papel dominante sobre otras especies.

Lo mejor: Me encantan esos detalles aparentemente irrelevantes, en los que Bennett se pone en la mente de los animales, como cuando el gato se «juega los cojones que ya no tiene». Las diversas capas de lectura.

Lo peor: Sigo temiendo que se pueda desinflar en cualquier momento, aunque pasan los números y sigue sin hacerlo…