Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Allí donde van las hormigas

Allí donde van las hormigas
Guion
Frank Le Gall.
Dibujo
Michel Plessix.
Formato
Cartoné con sobrecubierta, 72 págs, B/N, 23x31 cm.
Precio
25€.
Editorial
Planeta Cómic. 2018.
Edición original
Là où vont les fourmis (Casterman).

En la entrevista que realizamos recientemente a David Hernando, editor de Planeta Cómic, recomendaba de entre los títulos de cómic europeo que se estaban preparando Allí donde van las hormigas, lo cual me animó a  echarle un vistazo. No esperaba encontrarme un cuento para todas las edades, un libro de dibujo delicado que pueda resultar atractivo a niños y mayores, y una fábula que pueda ser un cuento sin más para los más pequeños y una historia con doble lectura para los mayores. Un canto al dejarnos llevar por nuestro destino sin resistirnos, pues al fin y al cabo, todos vamos a acabar encaminándonos… allí por donde van las hormigas.

Allí donde van las hormigas

La obra nos presenta a Said, un niño al que su recién descubierto abuelo le encomendará la misión de cuidar un rebaño de cabras en pleno desierto. Allí conocerá a Zakia, una cabra parlante, que será la desencadenante de todas las aventuras que le esperan a continuación. ¿La desencadenante? Bueno, sí, pero realmente Said no duda en consultar antes hacia donde se dirigen las hormigas, para decidir si tomar un camino u otro.

La historia está escrita por Frank Le Gall, conocido especialmente por ser el dibujante de la serie de aventuras Theodore Poussin. Aquí se dedica a los guiones y nos trae una historia tierna, con un niño por protagonista, que es el único no-sorprendido por ver a una cabra hablando y que se deja llevar por sus admiradas hormigas. Le Gall mantiene la incocencia del muchacho en todo momento, haciendo que se deje arrastrar por su destino y que sueñe con descubrir adónde llevan realmente las hormigas, y qué tesoro protegen. En el camino de Said se cruzarán sabios, maleantes y otro tipo de personajes a cuál más inverosímil. Es algo que me ha gustado, esos homenajes a Ali Babá, Aladino y a las leyendas fantásticas árabes, estilo las de las 1001 noches.

Allí donde van las hormigas
El dibujo es de Michel Plessix, del que en España solo hemos podido ver publicado Viento en los sauces (Dcom). La combinación de estos dos autores resulta muy atractiva, pues Plessix utiliza un estilo muy detallado, sin necesidad de perder ese aspecto infantil de los niños que seguro es lo que más puede llamar la atención de un público infantil. El dibujo es a lápiz sin entintar. He visto algunas imágenes de la obra francesa que dan el aspecto de estar entintadas. Desconozco si se trata de una reproducción más oscura, pero aquí se ve el trazo a lápiz tanto para los contornos como con las masas de negro. Sí nos comentó David en la entrevista que existía originalmente una edición en color y esta en blanco y negro, pero lo de las tintas ya… se me escapa. Lejos de dar un aspecto rudimentario, le dan un toque aún más cercano y que encaja perfectamente con el tono de la historia. Creo que el blanco y negro es un acierto. Además, los paisajes y los animales que dibuja son verdaderamente bonitos de ver, incluso sin color.

Pero a mí lo que me ha gustado más es cómo transporta en ese continuo terreno ambiguo de realidad y sueño y la moraleja real de la obra sobre que el destino es el que tenemos y que debemos disfrutar el viaje en lugar de preocuparnos por adónde nos dirigimos o cuándo llegaremos. Hay escenas como la de la bruja o la leyenda con la que abre la obra, que te mantienen en alerta sobre si puedes estar leyendo simplemente un relato fantástico en un sentido onírico estricto, pero es más bien una fábula con un bonito mensaje. Como siempre, destaca la inocencia del niño entre tanto adulto malicioso que intenta aprovecharse de él. De hecho, por la escasa cantidad de personajes, cae un poco en el estereotipo de niño-inocente, adulto-malicioso y anciano-noble y sabio. Pero no llega a caer en un cliché molesto a la lectura.

Allí donde van las hormigas
En definitiva, Allí donde van las hormigas.

Una fábula con mensaje y homenajes, que puede gustar a niños y mayores, y que dejarán a ambos con una sonrisa placentera. Es de esas obras amables, sin sobresaltos en la que, ni siquiera los malos llegan a dar miedo, o dar la impresión de hacer peligrar la integridad de nuestros protagonistas. Un dibujo precioso y una bonita moraleja que poder contar a los más pequeños. En definitiva, un cuento de calidad, hecho con mucho acierto. Contiene extras con bocetos y páginas de la obra cuando estaba pensada como una serie cómica para una revista.

Lo mejor: El dibujo de Plessix. La moraleja. La duda de si estamos en una ensoñación o no.

Lo peor: Si no te gustan los cuentos, no te va a gustar este tampoco.

Para niños y mayores. Para amantes de las fábulas arábicas. Para disfrutar con el dibujo de Plessix.