Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Expocómic Madrid 2009: una mirada crítica

Fiel una vez más llega el salón del cómic de Madrid, Expocómic, al recinto feria de La Casa de Campo, con un cambio de fecha (acertado bajo mi punto de vista), que ha supuesto un pequeño respiro respecto años anteriores, sobre todo al no coincidir con el salón de Getxo.

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Con menor afluencia de público que en pasados años (la crisis afecta a todos y pagar cinco euros para pasear en un recinto cerrado no resulta del gusto de la mayoría), además de la consabida caída de varias tiendas especializadas y el stand de Planeta (aunque bien representado en el stand de Dibbuks por Ricardo Esteban), ha resultado un salón agradable en todos los sentidos, en contraposición al pasado año, para muchos muy flojo y pobre, donde se han podido ver más familias al completo disfrutando del salón (mucha gracia me hizo un padre disfrazado de Jedi con sus hijos escoltando al padre con sus respectivos disfraces de Darth Vader a juego).

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Limados algunos aspectos en el desarrollo y funcionamiento de las actividades (este año el horario de actividades ha sido razonable, sin grandes espacios de tiempo en blanco que ayudaban a ocupar todas las horas del día), eliminadas aquellas cosas que no acaban de funcionar, salvados los problemas de última hora con la caída de varios autores antes y durante el salón, Expocómic sin quitarse el sambenito de salón de segunda, inclusive por detrás de su propio Salón del Manga.

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Es cierto que ya no sorprende a nadie, ni siquiera a los visitantes primerizos, y durante estos últimos años parece que existe una autocomplacencia dentro de la organización, por que no se ve un afán de innovar. Es posible que muchos piensen que un salón del cómic debe ser un mercadeo al cual acompañan unas actividades como exposiciones y la visita de algún autor para que firme y dibuje gratis, pero yo no lo veo así.

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Con un mínimo de interés se pueden hacer muchas cosas, aún con un presupuesto reducido. Esto no quiere decir que Expocómic no tenga muchas opciones, al contrario, existen múltiples actividades muy variadas para todo tipo de aficionado y edad, PERO con el handicap de ser siempre las mismas, no levantan mucho interés entre el gran público que visita el salón sin más ánimo de lucro que disfrazarse y ser el centro de atención por un día.

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Se podría dar mayor participación audiovisual al salón, no solo una esporádica presentación, como este año la nueva serie de animación Hero Kids de Julián Clemente y Víctor Gómez. Revisar series antiguas, películas basadas en las viñetas, ciclos de películas de serie b, etc..

Cómo es posible que ni Panini ni Planeta no tengan una mínima representación en el salón de Madrid. Sin contar con la agradable presencia de Ricardo Esteban, editor de la línea de autores españoles de Planeta, nadie acudió para promocionar los nuevos productos de ambas editoriales. No entiendo como Panini, a día de hoy la editorial más importante, se olvida de tal manera de una zona tan importante de ventas. No sé si será por desidia de la organización o de las mismas editoriales.

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Olvidemos la parte menos glamurosa para concentrarnos en lo realmente importante.

Más abajo, aquellos que no pudieron ir, se podrán hacer una idea con las diversas fotografías de las exposiciones de Didier Crisse (Atalanta), 11-M (la novela gráfica), Jorge Zentner (El Silencio de Malka) y el arte fantástico de Javier Trujillo, además de un dibujo del artista argentino Rodolfo Migliari (un poco desubicado su stand en la zona de Fanzines), destacando sobre todo los originales del belga Crisse.

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En años anteriores el tipo de visitante era más variado a la hora de elegir un atuendo para disfrazarse (o para formar parte de un determinado estilo estético), por ejemplo el año pasado había una gran cantidad de góticos visitando el recinto. En cambio este año, se ha impuesto el estilo japonés, con una gran cantidad de Gothic Lolitas, J-Fashion, Muñecas que cohabitaban con los disfraces más diversos de Anime, Manga, Videojuegos, y en menor medida superhéroes, siempre atentos a los múltiples zombies, aficionados disfrazados y animados por la propuesta de Marcha Zombie de la editorial Dolmen (y un modo de promocionar su nueva línea).

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Esta tendencia hacia todo lo que mueve Japón se ha impuesto de tal manera, haciendo pensar que el cambio generacional no está tan encaminado como muchas editoriales creen. Desconozco sí todos los Otakus compran religiosamente sus series mes a mes, y dentro de sus compras hay cabida para el superhéroe o el álbum europeo. Es muy posible que gasten su dinero en merchandising, y el tomito de Manga lo dejen como un extra. El abanico es variado, resulta más atractivo para un principiante. Como todo, será una moda pasajera.

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Otro año más, y van doce. Espero que en el decimotercero (ese número maldito para algunos) Salón del Cómic de Madrid, hayan tomado nota y nos asombren con nuevas ideas y actividades.

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Para mayor información en el blog oficial de Expocómic