Todd Nauck tiene nombre de chiste malo y aspecto de figurante de película de surferos californianos. Es joven, alto, rubio y viste camiseta, bermudas y zapatillas de deporte. En cualquier lugar de España lo identificaríamos como el típico guiri. Pero cuando uno ve que es responsable de obras como Young Justice o el tebeo donde Spiderman salva la ceremonia de investidura del presidente Obama, Todd parece un poquito menos guiri.
Desde el primer momento le aviso de que no le vamos a preguntar por su trabajo, sino que queremos conocer a la persona que coge el lápiz. Todd parece divertido, como aceptando el desafío. “Biennn”, me dice, y se pone en guardia para lo que ve venir.
“¿Por qué superhéroes, Todd?”
“Bueno, era lo que leía de pequeño, así que era normal que acabara dibujándolos”.
Todd Nauck es un All-American-boy, de los que se bebían un vaso de leche en las comidas y bendecían la mesa. Así que no es de extrañar que nos dijera que en su tiempo libre le gusta leer, ir al cine con su mujer… vamos, lo normal. Ah, sí, y pasar mucho tiempo con su Iglesia. Ding, con la Iglesia hemos topado. Por lo visto, es normal que en ciertas comunidades norteamericanas la gente se involucre en la vida de su parroquia. Lo dice con tanta naturalidad que no pregunto más sobre el tema (es uno de los cuatro temas tabú en cualquier conversación, además del fútbol, la política y los toros).
Como gran parte de los artistas que nos visitaron el pasado Saló del Cómic, Todd vive en el sur de California, pero nació en Texas. De modo que cuando le pregunté por el lugar donde le gustaría jubilarse, puso esa cara de “no-depende-de-mí”, y me contó que, como su mujer (alta, rubia, guapísima, simpática, una All-American-girl) es de Washington, lo más seguro es que se acaben yendo a vivir allí. Y ahí entra en escena esa mirada cómplice que compartimos los que muchas veces tenemos que ceder ante la parienta. “Te entiendo, Todd, te entiendo”.
Todd nunca pensó que llegaría tan lejos. De pequeño admiraba a los dibujantes de los cómics que leía: Jack Kirby y Alan Davis, entre otros. Pero cuando uno empieza no se imagina que acabará dibujando a uno de los superhéroes más icónicos de la historia del cómic compartiendo portada con uno de los presidentes americanos más populares y mediáticos.
Para acabar la entrevista, someto a Mr. Nauck a nuestro “desafío de un minuto”. Al mencionar esto, ya se imagina de qué va, y acepta encantado. “¿Qué dibujo?” “Lo que tú quieras”. Y alehop, se marca un Spiderman con un boli Bic:
A la noche vuelvo a coincidir con el Sr. y la Sra. Nauck en la fiesta de Perdidos y, oh estupor, ¡se acuerda de mi nombre! Y mi corazoncito de fan se hace un poquito más grande.
